Fuego en el campo: el video que muestra como un cortocircuito puede costar millones en época de sequía

En el campo suele decirse que la actividad agropecuaria es una industria a cielo abierto, lo que significa que, más allá de la sapiencia de los productores y de la tecnología que se aplica, queda supeditada a los designios de la naturaleza, tanto en su faz benévola como en la destructiva y también tanto en procesos largos, como la sequía que azota al sector, como en cuestiones de instantes, cuando una chispa puede desatar un desastre.

Y una combinación de ambas le sucedió a Marcelo Cervigni, productor de 49 años y director de la empresa Cervigni Hnos. El miércoles pasado perdió 230 hectáreas de trigo, equivalentes a 850 toneladas, y una camioneta a manos de un voraz incendio que se produjo el miércoles de esta a semana sobre un campo arrendado en el partido bonaerense de Exaltación de la Cruz.

“Estábamos cosechando con dos cosechadoras y con camiones haciendo silobolsa y de repente vino un fuerte viento de la mano de una tormenta, que produjo un cortocircuito en una línea de media tensión que tiró chispas y, teniendo en cuenta la sequía que se está dando en la zona, sin lluvias importantes desde mayo, y el viento fuerte, se produjo un incendio”, relató a Infobae Cervigni.

Según señaló Cervigni, en la actividad suelen darse estos sucesos - de hecho, la empresa ya tuvo el incendio de una cosechadora en 2019 - para los cuales hay protocolos de seguridad. “Nosotros tenemos un tanque hidrante de 1.500 litros con una bomba que se lleva al lugar y un disco para roturar la tierra y evitar que el incendio se expanda. Activamos el protocolo, pero el viento era muy fuerte, con llamas de 30 metros de alto, por lo que decidimos no poner en riesgo a las 9 personas que trabajaban en el lote y, con buen criterio, el encargado los sacó del campo, junto con los equipos. Los trabajadores estaban muy asustados. Nunca vieron un episodio de semejante magnitud”, dijo el productor.

Si bien la empresa podrá recuperar el 70% del trigo perdido a través del seguro, como así también los daños ocasionados a la camioneta, Cervigni lamentó lo sucedido y aseguró que “en 10 minutos se nos quemaron 8 meses de trabajo. Y también, al quemarse el rastrojo de trigo se perdieron los nutrientes y materia orgánica que es importante para el proceso agrícola a mediano plazo”.

Marcelo es oriundo de San Antonio de Areco, y junto a sus tres hermanos son cuarta generación de productores y llevan adelante la empresa que lleva su apellido, con la cual siembran 6.000 hectáreas anuales, de las cuales 12% son en campo propio y 82% en terrenos alquilados. El incendio se dio en un campo alquilado de 700 hectáreas implantadas pura y exclusivamente con trigo, por lo que el hecho podría haber sido ampliamente peor, pero ocurrió el milagro.

“Milagrosamente llegó la lluvia”, dijo Cervigni, a modo de alivio y continuó: “Fueron entre 7 y 10 milímetros (mm) que cayeron y se pudo parar el fuego, sino se hubieran quemado las otras 500 hectáreas de trigo. Incluso, el fuego iba hacia un puesto donde vivía un matrimonio y se hubiera quemado también, porque con la lengua de fuego y el viento todo podría haber sido más terrible. Además, lindante hay otro campo de 200 hectáreas de trigo y también se hubiera quemado”.

De hecho, Cervigni agregó que a los 15 minutos que se desató el fuego llegaron dotaciones de bomberos de partidos lindantes, porque “viendo la magnitud del fuego llamamos a todos lados, y cuando arribaron nos dijeron que mucho no podían hacer y rogaban que lloviera. Y llovió. Por eso, la sequía extrema agravó la situación y a pesar de los protocolos no lo pudimos controlar, por lo que si se da otra tormenta así, lamentablemente, la naturaleza puede más que el hombre”.

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