La sequía deja de cara al próximo verano 2022-23 en una situación que suma debilidad a la gran mayoría de los tambos en la Argentina. Si bien, los precios de la leche como materia prima aumentan mes a mes para el productor, los márgenes de rentabilidad se achican sistemáticamente por el continuo incremento en los costos.
“Hay una parte importante de los productores que actualmente no llegan a cubrir los costos”, explicó a Infobae Miguel Angel Taverna, presidente de la Fundación para la Promoción y el Desarrollo de la Cadena Láctea Argentina (FunPEL). Además, precisó que “la problemática que enfrenta hoy la producción láctea en la Argentina está signada por el fuerte incremento de los costos que tiene la actividad tambera, como así también las dificultades que propone la sequía”.
Al respecto, aseguró que uno de los principales reclamos del sector para hacer frente al actual contexto, es que se disponga desde el Gobierno una eliminación de los derechos de exportación del 9% que pagan los lácteos como la leche en polvo y del 4,5% que abonan los quesos para favorecer un mejor precio para los tambos por parte de la exportación.
Taverna –quien además es referente en el tema de la lechería en el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA)– manifestó que “hubo un aumento muy importante de los costos en la producción de leche, lo que hace que, si bien los precios de la leche en tranquera se actualiza mensualmente casi al ritmo de la inflación, el incremento en los costos de los insumos hace que los márgenes se reducen muchísimo. El trabajo que hacemos desde el INTA, respecto del seguimiento de distintos modelos de producción de leche, muestra que en términos promedios hay una parte muy importante de productores que no logran cubrir los costos”.
El impacto de los costos es palpable en los números que maneja el sector, tanto los que provienen desde el Sistema Integrado de Gestión de la Lechería Argentina (SIGLEA) y hasta del propio Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA). En este sentido, en los informes se reconoce que la suba de granos como el maíz le saca unos 25 puntos porcentuales de diferencia al incremento que experimentaron los valores de la leche en la tranquera abonada por la industria. Así, mientras que la leche cruda reportó un alza del 75,5% en el último año, los valores de los granos treparon en igual período un 100% interanual. Hoy la tonelada de maíz se abona por el grano disponible un precio de 39.960 pesos mientras que en octubre de 2021 se pagaba a razón de 19.500 pesos por igual volumen.
A todo esto, en octubre pasado los tambos en promedio recibieron un precio de $ 58,39 por litro de leche, con un aumento del 5,2% respecto a septiembre anterior y con un incremento del 75,5% respecto de igual mes de 2021, según datos relevados por el SIGLEA.
Reclamos
Atento a medidas que se reclaman desde la propia cadena, que agrupa a la producción, la industria e incluso a los exportadores, al gobierno nacional que imponga una eliminación de los derechos de exportación. Según el presidente de FunPEL, dicha eliminación de las retenciones para los lácteos “debería tener un impacto positivo en el precio que se le paga al productor. Esto estaría dado por la mejora en la capacidad de pago que tendrían las empresas exportadoras de lácteos”.
Hay que recordar que días atrás, el ministro de Economía, Sergio Massa, anunció la puesta en marcha de un tipo de cambio diferencial para aquellas economías regionales que formen parte del Programa oficial “Precios Justos”. En principio se había dicho que la medida se aplicaba entre el 20 del presente mes y el próximo 30 de diciembre, pero después no hubo más precisiones y todo quedó sin efecto. Aunque trascendió desde el Gobierno que se estudian mejoras en los reintegros a las exportaciones y posibles cambios en los derechos de exportación.
Por último, actualmente hay muchos tambos que sufren y padecen los efectos de la ausencia de precipitaciones, donde la gran mayoría perdió stock de pasturas para suplementar a sus rodeos durante los meses de verano del 2023. “Estamos en una situación climática que se muestra como lo más preocupante. Si todo persiste va a agravarse la situación que se desprende del aumento de los costos, ya que los tambos se quedan sin reservas, y allí comienza a faltar el maíz de primera y va a impactar en lo que es el gasto en alimentos durante el final del 2022 y los inicios del próximo año. En la medida que no se modifique y no se cuente nuevamente con un perfil de agua para producir forraje, va a jugar en contra de la producción, la facturación y también los costos”, concluyó Taverna.
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