La sequía extrema y las heladas tardías no solamente representaron un problema para el trigo. La falta de lluvias también tuvieron como consecuencia un marcado retraso en la siembra de soja y maíz, llevando a ambos cultivos a cubrir la menor área en 22 años, cuestión que impactará severamente en los rendimientos de estos granos, llevando a generar mermas productivas que afectarán el futuro ingreso de dólares.
Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), marcó que la siembra de maíz y soja se encuentra en torno a los 6 millones de hectáreas, un 40% por debajo del avance del año pasado. Según la entidad bursátil, “este volumen de hectáreas efectivamente cubiertas es el más bajo desde la campaña 2000/01, marcando el avance de siembra más lento en 22 años”.
En el caso del maíz, según datos oficiales, se ha completado la siembra de 3,3 millones de hectáreas, el 32% del área de intención y la superficie más baja para esta altura del año desde la campaña 2015/16. En tanto para la soja, los 2,8 millones de hectáreas implantadas a la fecha representan la superficie más baja para mediados de noviembre desde el año 2000/01, destacó el trabajo.
Para el analista de la consultora FyO, Dante Romano, el atraso en las siembras traerá consigo una merma en el potencial de rendimiento de los cultivos, como también lo hará el corrimiento de la implantación de planteos tempranos a tardíos, sobre todo en el caso del maíz. A partir de esto, el especialista proyectaba al inicio de la campaña una cosecha total de soja de 48 millones de toneladas, y ahora es de 42 millones, en maíz de 50 millones de toneladas y actualmente es de 45 millones de toneladas, y en el caso del trigo de 20 millones de toneladas, y ahora es de 12 millones de toneladas.
De hecho, un trabajo realizado por el especialista destacó que por el atraso y las mermas productivas, unos USD 4.878 millones dejarían de ingresar al país por las exportaciones de los cultivos de verano, en comparación con las proyecciones del inicio de campaña. De la cifra mencionada, USD 1.560 millones corresponden al maíz y USD 3.318 millones a la soja. Pero si a esto se suma a las pérdidas en trigo, alcanzaría un total de USD 7.758 millones menos, llevando el ingreso total de divisas de la actual campaña para soja, maíz y trigo de USD 41.586 millones, un 16% menos que lo esperado al comienzo del ciclo agrícola.
El estudio realizado por el analista, reflejó en el caso del maíz, que al inicio de la campaña se proyectaba un ingreso de dólares por las exportaciones de USD 15.600 millones, cuando actualmente es de USD 14.090 millones, es decir USD 1.560 millones menos, contemplando un precio de exportación de USD 312 la tonelada. En el caso de la soja, con un precio de exportación de USD 553 por tonelada, en el inicio del ciclo se proyectaban divisas por USD 26.544 millones, y en el último informe de Romano llegó a USD 23.226 millones, son USD 3.315 millones menos. Y por último el trigo, con un precio de exportación de USD 360 la tonelada, se proyectaba exportaciones por USD 7.200 millones, y ahora con el efecto de la sequía y las heladas llegarían a USD 4.320 millones, son USD 2.880 millones menos y con un precio de exportación de USD 360 la tonelada.
“Este es el impacto del atraso de la siembra y de que la situación climática va a pasar factura, suponiendo que la campaña no termine siendo una catástrofe”, dijo Romano a Infobae. En esta línea, el especialista sostuvo que “en el caso del maíz, la fecha de la siembra del cereal temprano ya pasó, y se llegó a implantar poco más del 20%. A esto hay que sumarle que el rinde del cereal temprano es entre un 15% y un 20% más alto que el tardío, al mismo tiempo que por las heladas tardías el maíz temprano plantado no va a rendir tanto. Es por eso que ya se está marcando una merma en el potencial de rinde”.
Teniendo en cuenta este panorama, donde se produjo un corrimiento en las fechas de siembra, que tendrá como resultado también que haya un faltante de mercadería nueva, que de todas maneras serán compensadas por lo stocks en manos de los productores, Argentina perderá un período clave para la exportación del mismo.
“Las mejores condiciones de Argentina para exportar maíz por falta de competidores en el mercado son febrero, marzo y abril, que es la fecha de siembra del maíz temprano. De hecho, gran parte de las Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior son para esa época y teniendo eso presente se puede decir que nos encaminamos a un problema. Por un lado, el diferencial entre el maíz de abril y el de julio en el mercado a término se amplió a USD 40, cuando lo normal tendría que haber sido USD 15. No obstante, lo que alivia la situación es que queda mucho maíz de la campaña 2021/22 sin vender. Hoy hay unas 10 millones de toneladas en poder de la exportación y unas 9 millones en el campo, por lo que pensamos que podrían compensar el faltante del maíz temprano”, explicó Romano.
Soja
Por el lado de la soja, que podría tener una merma en la percepción de divisas del 13% respecto a lo estimado al comienzo de la campaña y redundaría en un ingreso total de USD 23.226 millones durante abril y mayo, su siembra se está dando “por la falta de maíz temprano. Pero lo que viene pasando en la oleaginosa es que por la falta de lluvias hay muy poca humedad en el subsuelo lo que hace muy riesgoso sembrar”, dijo Romano.
“Estiman que la producción de soja caerá de las 48 millones de toneladas estimadas inicialmente a 42 millones en la actualidad” (Romano)
Por eso, el especialista subrayó que “por lo que están apostando es hacer una siembra escalonada, no sombrear todo junto, porque es una lotería saber cuándo llegan las lluvias. Pero también, mientras más tarde se implanta el cultivo, peor es el rinde y esas mermas ya las estamos teniendo en cuenta”. De hecho, estiman que la producción caerá de las 48 millones de toneladas estimadas inicialmente a 42 millones en la actualidad.
El problema es que los precios internacionales no ayudarán a que Argentina pueda compensar las mermas, ya que Romano aseguró que en “Brasil, Paraguay y Bolivia vienen muy bien las campañas, con muy buenas lluvias. mientras que los problemas climáticos los concentran en nuestro país y Uruguay. Por lo tanto, la buena producción que se espera de los demás países sudamericanos harán que no suban los precios internacionales y no nos permitirá compensar las pérdidas”.
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