Se siguen apilando las complicaciones que un clima adverso, de sequía y heladas tardías, están generando en la producción del agro argentino. El principal foco es la actual campaña agrícola, origen del grueso de las divisas que, vía exportaciones, aporta el campo. Diferentes datos que se publicaron en la semana reflejan el impacto en soja, maíz y trigo. El año pasado, los dos primeros cultivos representaron más del 42% de las ventas al exterior.
La Secretaría de Agricultura de la Nación difundió su estimación de cosecha total de trigo: 13,4 millones de toneladas, cálculo que de confirmarse representaría una caída del 39,4% en relación al ciclo anterior. “Algunos lotes de trigo ya han sido destinados al pastoreo de hacienda o directamente se barbecharon para la siembra de gruesa”, dice un informe oficial.
Por otro lado, se informó que hasta el momento la cosecha alcanzó el 8% de la superficie viable a nivel nacional, contra el 18% del ciclo precedente. Además, en la región del Noroeste Argentino la cosecha registra un avance del 62%, en Chaco del 48% y en Santiago del Estero del 40%, siendo las zonas más afectadas por la sequía, que resulta en rindes muy bajos por hectárea.
Cabe recordar que la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) planteó una proyección de trigo de 11,8 millones de toneladas y Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) estimó hasta el momento unas 12,4 millones de toneladas. Ambos entidades advirtieron que podrían recortar aun más las proyecciones.
Todo lo anterior refleja el impacto de la sequía y las heladas tardías y lo ajustado que estará el volumen para abastecer a la exportación y a la molinería. Al respecto, la BCR proyecta exportaciones por 6,5 millones de toneladas, contra las 7 millones de toneladas de su estimación previa. “Con un consumo industrial doméstico relativamente inflexible, la mayor parte del ajuste recae del lado de las ventas al exterior”, señalaron los economistas de la entidad.
Además, con una producción de trigo muy por debajo a la esperada en el inicio del ciclo, hay un saldo negativo en el ingreso de camiones a las terminales portuarias del Gran Rosario, que según la BCR durante el pasado mes y los primeros 17 días de noviembre se redujo notoriamente. La cifra es de 2.734 camiones, y representa un 24% de lo registrado en el 2021, y con un único año en la serie contemplada desde el año 2011 que registra un ingreso de camiones con trigo a planta inferior al año actual, y corresponde al fatídico año 2013 cuando la descarga de trigo fue prácticamente nula para el período contemplado.
Soja y maíz
Mientras tanto, es también alto el efecto negativo de la sequía y las heladas tardías en la siembra de cultivos de verano, como soja y maíz, que hasta el momento ha registrado un importante atraso de las tareas. Hay una muy limitada humedad en los suelos, como consecuencia de lluvias sostenidamente por debajo de la media.
Según explicaron los técnicos de la Bolsa de Comercio de Rosario, la siembra de maíz y soja en la Argentina se encuentra en torno a los 6 millones de hectáreas, un 40% por debajo del avance del año pasado. Además, el mencionado volumen de hectáreas efectivamente cubiertas es el más bajo desde la campaña 2000/01, marcando el avance de siembra más lento en 22 años.
En base a datos oficiales, se señaló que la siembra de maíz llegó hasta el momento a los 3,3 millones de hectáreas, el 32% del área de intención y la superficie más baja para esta altura del año desde la campaña 2015/16. Por el lado de la soja, los 2,8 millones de hectáreas sembrados hasta la hecha, representan la superficie más baja para mediados de noviembre desde el año 2000/01.
Pero además habrá que tener en cuenta que el retraso que hoy se generando en la siembra de ambos cultivos, tendrá su impacto en la producción que se cosechará en los próximos meses. En ese sentido, la Guía Estratégica para el Agro de la BCR sostuvo que el potencial de rendimiento (que significa el techo de productividad alcanzable) de soja en la región núcleo, será el más bajo de los últimos 12 años, ya que el 76 % de la soja de primera en la mencionada zona del país se sembrará fuera del período dónde se obtienen los máximos potenciales.
Por último, en soja ya hay proyecciones de pérdidas económicas. En este contexto, con tres potenciales escenarios de rendimientos cosechables para la actual campaña (de 45 quintales por hectárea, de 35 y de 25, respectivamente, solo en el primer caso los productores ganarían, sea en campo propio o alquilado. Con una cosecha de 35 a 25 quintales por hectárea las perdidas en campo alquilado oscilarían entre USD 150 y 450 por hectárea, respectivamente. Así lo señalaron economistas de la Bolsa de Rosario.
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