Los efectos de la sequía y las heladas tardías siguen pesando en el desarrollo de la actual campaña agrícola y afectan en especial a los tres cultivos que más divisas aportan a la economía nacional : soja, maíz y trigo. En el caso de la oleaginosa, un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) advirtió sobre el retraso de la siembra y proyectó pérdidas productivas y económicas en la zona núcleo.
“Lamentablemente hay un escenario generalizado de quebranto en la región aún cuando la soja está siendo sembrada”, explicaron los especialistas de la entidad. Hasta el momento se sembró el 47% de la soja de primera en la región núcleo. Esto es, un total de 1,9 millones de hectáreas de las 4,1 millones de hectáreas proyectadas para la presente campaña, lo que representa un retraso en la tarea por parte de los productores del 47% en relación al promedio de las últimas 5 campañas. Todo por los efectos del clima, más allá del alivio el fin de semana pasado, con lluvias que permitieron reactivar la siembra, en especial en aquellas zonas que contaban con mejor humedad previa y recibieron precipitaciones de más de 40 milímetros .
De todas maneras, el avance de siembra de soja de primera sigue siendo el más bajo de los últimos 5 años. El relevamiento mostró que en el noreste de Buenos Aires solamente se cubrió el 20% de la superficie de intención de siembra y en Baradero estiman que el agua disponible alcanzará para sembrar el 30% de la superficie. En el sur de Santa Fe hasta el momento se sembró el 30% de la oleaginosa. Y en los lugares donde llovió menos de 20 milímetros, técnicos de la BCR sostienen que se necesitan nuevas precipitaciones, de más de 50 milímetros, para sembrar todo lo que se había previsto en la actual campaña.
La zona más adelantada en el sembrado es el sudeste de la provincia de Córdoba, que registra un 80% del área sembrada. Se proyecta que este fin de semana podrían terminarse allí las tareas de siembra.
De cara a la próxima cosecha y si continúa la ausencia de precipitaciones, la BCR plantea que el horizonte productivo del productor de zona núcleo para soja de primera será de 40 a 50 quintales por hectárea. Pero ante la falta de agua en los perfiles de los suelos, se perfilan rendimientos de 35 quintales, que derivarían en una pérdida de USD 150 por hectárea en campos alquilados. “Para que la soja de primera pueda rendir 35 quintales por hectárea deberían llover todas las semanas 25mm hasta el momento de llenado de granos”, precisó un especialista de la entidad.
Pérdidas económicas
Ante la incertidumbre sobre lo que se viene en materia de producción total de soja, en el mundo productivo aparece la pregunta de si los precios podrían compensar las potenciales caídas. Al respecto, el trabajo de la Bolsa rosarina señaló que los valores para el momento de la cosecha de la oleaginosa, si bien presentan un repunte en el orden local, están lejos de los registrados en la última campaña.
“Al día de hoy, para que los números cierren en soja de primera son necesarios en campo propio al menos 18 quintales por hectárea. Pero la situación se torna crítica bajo la condición de campo alquilado donde el rinde necesario para comenzar a ganar trepa por encima de los 40 quintales por hectárea”, puntualizaron los autores del estudio. Recordaron, además, que actualmente el 70% de la producción en la región se hace en arrendamiento y que los costos de los alquileres subieron 2 quintales por hectárea (de soja) en el presente año.
En este contexto, con tres potenciales escenarios de rendimientos cosechables para la actual campaña (de 45 quintales por hectárea, de 35 y de 25, respectivamente, solo en el primer caso los productores ganarían, sea en campo propio o alquilado. Con una cosecha de 35 a 25 quintales por hectárea las perdidas en campo alquilado oscilarían entre USD 150 y 450 por hectárea, respectivamente.
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