Tras varios meses sin lluvias importantes sobre el grueso del área agrícola, en los últimos días se registraron precipitaciones de magnitud que trajeron algo de alivio y la posibilidad de avanzar en la siembra de granos gruesos, especialmente de soja. Para el trigo, el agua llegó demasiado tarde en base a la imposibilidad que se dé una mejora en su condición, pero sí da lugar a que no siga empeorando.
Como marca el informe del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), durante “esta última semana se registraron precipitaciones en diversas áreas del país y en casi la totalidad de los puntos significaron las primeras lluvias del mes de noviembre”. El mayor acumulado se registró en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con 101 milímetros, seguido por áreas del centro-este de Cuyo, el centro de la región Pampeana y del NEA. No obstante, la situación fue deficitaria en cuanto a lluvias en áreas del sur del NEA, el este de la región Pampeana y el oeste del NOA.
Las precipitaciones abarcaron una gran parte del territorio nacional y, según las mediciones del INTA, la localidad riojana de Chepes fue el segundo punto con mayor acumulado de milímetros, alcanzando los 90 milímetros. Por su parte, Sunchales sumó 75 milímetros, Santa Rosa, 67,8; Formosa, 60; Río Cuarto, 57; Presidente Roque Saenz Peña, 53; Rafaela, 52; Rosario, 49; Olavarría, 47,2; Junín, 47; Trenque Lauquen, 38,8; Mar del Plata, 34; Tres Arroyos, 32; Marcos Juárez, 22,2; Laboulaye, 21; Venado Tuerto, 16,1; y Mercedes, 4,2, dejando a las claras que si bien las lluvias cayeron sobre una amplia superficie, también fueron muy heterogéneas.
Tras las lluvias, el agua útil y aprovechable para los cultivos en el primer metro de profundidad de la tierra es menor al 10% en la mayor parte del país. En áreas del este del NEA este indicador muestra valores entre el 50% y 80%, mientras que en gran parte de la provincia de Buenos Aires los valores alcanzan el 50%. En Misiones, por ejemplo, el porcentaje de agua útil en el perfil supera el 90%.
En cuanto al impacto en los cultivos “las precipitaciones registradas mejoraron la condición del trigo en algunas áreas puntuales pero, en general, el cereal continúa entre condición buena, regular y mala”. Así, las áreas en donde el cultivo se encuentra más afectado y con mayor proporción de lotes en condición mala, están ubicadas en las provincias de Córdoba, Santa Fe, Santiago del Estero, Chaco y Formosa, mientras que por el lado de los cultivos de verano, las lluvias permitieron que se den avances en siembra del girasol en mayor medida, y en menor medida las de soja y maíz.
Para los próximos seis días, en especial sobre el fin de semana, se prevé lluvias y tormentas de variada intensidad sobre el norte del NEA, NOA, Cuyo y la región Pampeana, puntualmente sobre el oeste, centro y sur. Las precipitaciones pronosticadas serían superiores a las normales para la época sólo sobre San Juan, el sudeste de La Pampa, este de Río Negro, sur de Buenos Aires y oeste y extremo sur de la Patagonia, mientras que los valores serían inferiores a los normales sobre el resto del territorio.
Zona núcleo
La región agrícola del país más golpeada por la sequía fue la llamada zona núcleo, que comprende el norte de Buenos Aires, el centro-sur de Santa Fe y el este de Córdoba. Estas lluvias resultaron un evento importante, aunque su disposición fue heterogénea, con distritos que recibieron 90 milímetros y otros que estuvieron por debajo de los 30. Si bien la suerte del trigo ya está echada en la zona, resultando en un “desastre productivo”, estas precipitaciones son vitales para impulsar la siembra de soja y maíz.
“Hubo lluvias puntualmente importantes. El máximo registro se dio en Pergamino con 90 milímetros. Hacía muchísimo que no llovía, pero otros lugares recibieron muy poca agua, como Bigand, en Santa Fe, que recibió nada más que 16 milímetros”, dijo a este medio el responsable de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), Cristian Russo.
Según detalló Russo, aproximadamente entre un 10% y 15% del territorio recibieron más de 50 milímetros, otro 15% con acumulados de entre 30 y 50 milímetros, y un 60% que percibió menos de 30 milímetros. “En el centro sur de Santa Fe hay un pozo, con muy poco milimetraje”, comentó Russo, aunque ponderó que “se recibieron lluvias después de mucho tiempo, pero nos faltan muchísimos milímetros. Para estar realmente tranquilos se necesitaban 100 milímetros, pero lo importante es que esto se pueda comenzar con la soja”.
Por eso resaltó que “la gente estaba esperando este pulso de agua para arrancar la siembra, con lo que lloviera. Por supuesto que es muy diferente para los productores que recibieron 30 milímetros con los que recibieron 60. El tema es que con esos 30 kilómetros habrá 4 o 5 días de siembra, mientras que el que tienen 60 milímetros va a tener más días”.
“Es una lucha contra el tiempo. Esto la va destrabar a la siembra, pero hay que ver cuánto se va sembrar porque es necesario saber cómo sigue la historia en noviembre, ya hay algunos pronósticos de lluvias para la próxima semana, pero nosotros estamos viendo que el mes no va a ser muy generoso en precipitaciones. Eso la gente lo sabe y aprovecha cada milímetro”, concluyó Russo.
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