Sectores de la cadena de ganados y carnes pidieron al Gobierno que suspenda el fin de la media res

A pocos días de que se haga realidad el fin de la media res, la medida habitual en la que se comercializa la carne en la Argentina, los sectores que se consideran perjudicados por el cambio volvieron a expresarse en contra del troceo.

Ayer en el predio de la Sociedad Rural Argentina, en el barrio porteño de Palermo, empresarios industriales de la carne, matarifes, consignatarios de hacienda, productores y cámaras representantes de la cadena de ganados y carnes, se reunieron convocados por la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (CAMYA), con el objetivo de analizar la medida anunciada por las autoridades referidas a la obligación de comercializar la carne vacuna en cortes de un peso inferior a los 32 kg a partir del próximo 1º de noviembre, que es avalada por los frigoríficos exportadores.

La reunión se dio luego de que en los últimos días desde la Secretaría de Agricultura confirmaron que no habrá prórroga y que a partir del 1º de noviembre próximo los despachos de carne de todos los establecimientos faenadores del país destinadas a comercio minorista, deberán hacerse en unidades resultantes del fraccionamiento de las medias reses en trozos, cuyos pesos individuales no superen los 32 kilogramos. Se trata del cumplimiento de la normativa, dictada por las carteras de Trabajo, Empleo y Seguridad Social; de Desarrollo Productivo y de Agricultura, Ganadería y Pesca, mediante la resolución conjunta del 4/2021.

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Los asistentes a la reunión de ayer, por consenso unánime concluyeron que la instrumentación de la medida “resulta inviable” en la actual coyuntura. Por tal motivo, resolvieron enviar una carta al ministro de Economía, Sergio Massa, y a la ministra de Trabajo, Kelly Olmos, en la cual se solicita que “se suspenda la aplicación de la medida y se convoque a los sectores afectados al efecto de encontrar soluciones viables y sustentables en el tiempo que nos permitan por la vía del consenso, y sobre bases técnicas sólidas, avanzar en forma efectiva en la modernización del consumo, integrando a todos los actores de la cadena de valor, y muy especialmente a los trabajadores, su salud, y sus fuentes de trabajo”.

En los fundamentos que presentaron los mencionados sectores al momento de rechazar la medida, se encuentran que la mayor parte de las plantas faenadoras no cuentan con instalaciones adecuadas para realizar el corte de las medias reses. Además, los plazos establecidos para su adecuación “no han podido cumplirse debido al alto costo y la complejidad de las obras a realizar y por razones ajenas a la industria, tales como la financiación de las obras comprometida por el gobierno que no se ha hecho efectiva”. También se mencionó que la medida que se está proponiendo, “no ofrece ventajas sanitarias por tratarse de cuartos sin ningún tipo de protección o envase”.

Otro de los aspectos que mencionaron para el rechazo del cuarteo de la media res, es que no se generan mejoras ambientales por el menor aprovechamiento de subproductos, ya que sostienen que los huesos y la grasa seguirán siendo trasladados a las carnicerías y desde allí a las graserías del mismo modo que sucede actualmente con las medias reses. Por otro lado, plantearon que “se encarecerá el producto final ya que los mayores costos por baja de capacidad productiva y faena de los establecimientos, mayor mano de obra, mermas del cuarteo, déficit de cubicaje en cámaras de frío y transporte, y amortización de inversiones, no tienen recupero económico en la etapa industrial”.

En otro tramo de la carta dirigida al titular del Palacio de Hacienda y a la ministra de Economía, se advirtió que en el caso de aplicarse la medida a partir del 1º de noviembre, cesarán sus actividades más de 300 establecimientos “con las consiguientes secuelas socio económicas y afectación de las fuentes de trabajo. Esta situación provocará concentración de la actividad en determinadas plantas afectando el libre juego de la oferta y demanda, encareciendo los servicios de faena, con impacto negativo en las dos puntas de la cadena, afectando a los productores por baja en el precio de la hacienda al mismo tiempo que se encarecerá el precio final de la carne en mostrador”.

“Por el contrario, de no cerrarse esas plantas, se comercializarán medias reses que competirán deslealmente con aquellos que se vean obligados a comercializar cuartos, profundizando el doble estándar económico y sanitario. Compartimos el objetivo de evitar que los trabajadores carguen sobre sus espaldas las medias reses”, se destacó en la carta.

Por último, se señaló que no hay acuerdo para que “se carguen del mismo modo inhumano y antihigiénico los cuartos de hasta 32 kg, tal como lo propone la medida aludida, habiendo medios mecánicos sencillos y económicos de carga y descarga que podrían utilizarse para esta tarea. Y si los medios mecánicos son aptos para descargar cuartos también lo son para descargar medias reses, evitando el sacrificado esfuerzo de los trabajadores”.

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