“Desastre productivo”: cuáles son las zonas más afectadas por la sequía, que llevaría a ingresos más de USD 3.000 millones inferiores al ciclo anterior

Según el INTA y la Bolsa de Comercio de Rosario, gran parte del país se encuentra en esa situación, que daña en especial al trigo, cuya cosecha sería inferior a 16 millones de toneladas

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La ausencia de lluvias complica a la actual campaña de trigo, y genera alerta en el Gobierno
La ausencia de lluvias complica a la actual campaña de trigo, y genera alerta en el Gobierno

La sequía se volvió un problema recurrente del campo y la economía argentina en general. Ya son tres años consecutivos de lluvias por debajo del promedio histórico debido al fenómeno climático de La Niña. En la actual campaña agrícola, las consecuencias impactan en especial al trigo y retrasan la siembra de maíz. A toda esta problemática se sumó en los últimos días la aparición de heladas tardías.

La zona más afectada por esta suma de adversidades es la denominada “núcleo”, que comprende el norte de Buenos Aires, centro-sur de Santa Fe y sudeste de Córdoba. Es la principal región agrícola del país y hace meses que no recibe lluvias importantes que permitan recomponer la humedad de los suelos. También el resto de Córdoba y Santa Fe, parte de Entre Ríos y las provincias del norte se encuentran en una situación de marcado déficit hídrico, y el sur de Buenos Aires se empieza complicar.

Encima, heladas

Eso da lugar a constantes recortes. Por ejemplo, la última estimación nacional de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) planteaba un escenario de cosecha de 16,5 millones de toneladas, tras recortar solamente en un mes la previsión en 1,2 millones de toneladas, por la falta de lluvias. El Director de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la entidad bursátil, Cristian Russo, adelantó a Infobae que tras las últimas heladas la estimación cayó por debajo de las 16 millones de toneladas, lo que representaría más de 7 millones de toneladas de caída en comparación al anterior ciclo.

Por su parte, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) recortó esta semana la estimación de producción en un millón de toneladas de 17,5 a 16,5 millones y dejó la puerta abierta para seguir reduciendo las previsiones de cosecha, proyección que comparte el Gobierno, mientras que el Departamento de Agricultura de EEUU (USDA) disminuyó la proyección de trilla en su último informe sobre oferta y demanda mundial de granos de 19 a 17,5 millones de toneladas.

En dólares

Teniendo en cuenta los números de la BCR, el economista jefe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), David Miazzo, estimó que con el último recorte de la entidad bursátil y la nueva potencial merma, las pérdidas en trigo se ubican en un piso de USD 635 millones, mientras que si se toma los resultados de la campaña anterior, los menores ingresos se ubicaron en USD 3.010 millones.

El Secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, se reunió esta semana con la cadena del trigo para analizar la problemática de la sequía
El Secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, se reunió esta semana con la cadena del trigo para analizar la problemática de la sequía

Este es un gran problema para la economía del país y para el Gobierno nacional, ya que la cosecha de trigo significa el grueso de la entrada de dólares durante el verano. Pero también existen complicaciones respecto a las exportaciones del cereal de esta campaña comercial, ya que de las 10 millones de toneladas que ya están habilitadas para embarcar, ya se comprometieron 8,8 millones, lo que deja un pequeño margen para completar.

“Desastre productivo”

Es una situación de desastre productivo”, señaló Cristian Russo, jefe de Estimaciones Agrícolas de la BCR. El especialista, encargado de confeccionar junto a su equipo informes sobre el estado de los cultivos y la situación climática, alarmó sobre el contexto actual y detalló que “el centro del país es la zona más afectada”, lo cual comprende la zona núcleo, el sur de Santa Fe, el centro de Buenos Aires, toda Córdoba y provincias del norte como Chaco y Santiago del Estero.

La situación hoy está mal, con el 80% de la región pampeana y las principales provincias productoras muy complicadas”, subrayó y agregó que “se registran pérdidas en todos lados y hoy no vemos la posibilidad de que haya alguna provincia que pueda estar por encima de los niveles promedios de rendimiento en esta campaña. El problema es que hay lugares donde vamos a estar muy por debajo, más aún que en 2020″, año en el cual la campaña triguera fue fuertemente afectada por otra sequía.

A modo de ejemplo, relató que en ese momento en Córdoba se desarrolló un desastre productivo con rendimientos de 13 a 14 quintales por hectárea (qq/ha). “Nos está asustando es que este nivel de desastre va a ser más fuerte y no solamente va a estar acotado a Córdoba, sino que se va a sentir en zonas muy importantes para el trigo. En la región núcleo, el año pasado, tuvimos rendimientos cercanos a los 50 qq/ha y ahora estamos preguntándonos por 20 qq/ha, que es el más bajo de los últimos 15 años. En muchas localidades no van a pasar de los 15 qq/ha como en Colón o Pergamino, lugares donde se apunta siempre a rendimientos de 50 qq/ha”.

Pero el problema no es solamente la sequía, sino también las heladas tardías, que en un mes como octubre, cuando el trigo comienza a exhibir su espiga, se vuelven perjudiciales para el cultivo. “Las heladas pegaron en el punto débil. Esas zonas se complicaron mucho más, con enormes efectos y muy inmediatos. Las expectativas de rinde cambiaron de manera total. Se esperan grandes recortes (en el rinde) que irán de entre el 20% al 50% de un día para otro”, comentó Russo.

Hoy la superficie sembrada con el cereal alcanza a los 5,9 millones de hectáreas, por lo que se esperaba hace algunos días que las pérdidas de área a nivel nacional alcancen las 200.00 hectáreas, pero en la actualidad esa merma en la superficie se espera solo para la zona núcleo, por lo que “se podrían ver niveles que tripliquen lo que pasa en una región núcleo. En cuanto a lo productivo, hace un mes estábamos estimando 16,5 millones de toneladas y hoy ya estamos trabajando por un nivel por debajo de los 16 millones. Lamentablemente, las estimaciones van para abajo”, concluyó .

De dónde venimos y hacia dónde vamos

Por supuesto que los efectos demoledores de esta sequía no son el raconto de un par de meses sin lluvias importantes, sino que hay que retrotraerse algunos años donde las precipitaciones comenzaron a producirse por debajo del promedio histórico como consecuencia del fenómeno de La Niña.

En diálogo con este medio, el director del Centro de Investigación de Recursos Naturales del INTA, Pablo Mercuri, repasó que la Argentina viene “de una secuencia de años en la cual las precipitaciones de invierno y primavera han tendido a decrecer y dentro de eso, tenemos lo que ocurre en el interanual, en el cual venimos de tres años consecutivos desfavorecidos en cuanto a la circulación atmosférica que nos perjudican en el régimen de lluvias durante el periodo de la campaña agrícola”, a lo que se suman otros factores en los océanos Atlántico e Indico que ayudan a que este proceso de profundice.

En este sentido, detalló que en el semestre que va de abril a septiembre se registró una vasta área con “una anomalía de precipitaciones con déficit muy marcado” en el área núcleo, centro-este de Córdoba, norte de Córdoba, centro de Santa Fe,y este de Entre Ríos, mientras que el sudeste de Buenos Aires y el área de la Pampa Deprimida supo despegarse un poco de la sequía a la salida del invierno por lluvias registradas en julio, pero que “ahora nuevamente entran varias áreas en la situación de déficit de precipitaciones”.

“Hubo una conjunción de una situación de falta de lluvias y con presencia de heladas, lo que hizo que la campaña de trigo siga un derrotero que todavía no se sabe cuál es el umbral”, señaló Mercuri y en este último punto hizo un reparo, ya que si bien las heladas no son “fenómenos ajenos a esta época, sí estamos viendo que su frecuencia con la primavera ya entrada fue mayor”, lo cual también se erige como un punto de preocupación.

De cara a lo que viene, Mercuri planteó de antemano que salir de una sequía acumulada de tres años consecutivos “va a ser lento”, como así también recuperar los almacenamientos de agua en el suelo y agua superficial también, ya que “una lluvia no los recupera”. Pero ayuda, más en este contexto. Por eso, indicó que “se observa que la semana próxima podría haber inestabilidad en el centro agrícola del país, aunque los modelos son muy cambiantes. A 7 o 10 días podría haber lluvias y hacia el fin de semana del 23 y 25 también se observan chances de que haya precipitaciones donde hoy está faltando el agua”.

El impacto

Para el economista jefe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), David Miazzo, estas potenciales mermas en la producción de trigo pueden tener cuatro impactos en lo económico, siendo el productor más afectado, aunque también se verá afectada la macroeconomía por la falta de dólares, la actividad en el interior del país y posibles resoluciones políticas desventajosas para el sector ante una eventual falta de trigo.

El primer impacto se da sobre el productor de las zonas más afectadas, al que le genera un daño significativo y que para la próxima campaña tenga menor capital de trabajo y pueda invertir menos”, señaló Miazzo. Esta situación hace que “tenga menos espalda para la próxima siembra y eso puede tener impactos negativos sobre el nivel de tecnología que se aplica”.

El agravante de esta situación es el desfinanciamiento que los productores tienen de cara a la próxima campaña, ante la suba de tasas para aquellos productores que decidan no comercializar el 100% de su tenencia de granos. “Estas tasas mínimas implican que tengan una tasa efectiva anual mínima de 138%, lo cual también va a dificultar que los productores chicos y medianos, si quedan en una situación un poco endeble, tengan muy caro el acceso al financiamiento”, agregó el economista.

Por otro lado, si se llega a concretar la previsión de la BCR de una cosecha de trigo por debajo de las 16 millones de toneladas y se produciría una merma en los ingresos por USD 3.010 millones respecto a la campaña anterior, significaría un duro golpe para la macroeconomía argentina, ya que podría generarse una importante merma en el ingreso de dólares para enero. “Después veremos cuál es el impacto a partir de abril de acuerdo a lo que termine siendo la gruesa que, además, de que nos va a encontrar muy probablemente con menores precios”, agregó Miazzo.

David Miazzo
David Miazzo

Pero uno de los temores del sector agropecuario es la reacción política que puede llegar haber de languidecer mucho la producción y ver comprometido el abastecimiento interno. En este sentido, Miazzo puntualizó que “con los buenos precios se ha vendido a un ritmo muy alto el trigo y con una cosecha muy acotada, dejan poco trigo disponible. Esto, en cualquier economía, se resuelve por una cuestión de precios pero en Argentina se termina resolviendo con intervenciones. Y acá aparece el fantasma nuevamente de las cuotas de exportación y el cierre de la exportación principalmente de trigo”. Al respecto, esta semana el Secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, aseguró que “no habrá cambios en las reglas de juego”.

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