Las exportaciones del agro en 2023 serán un 9% menores que las de este año

Un informe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires señaló que la siembra caerá un 0,1% y la contribución de las seis principales cadenas de granos a la economía argentina retrocedería 11,8% en 2023. Fuerte reclamo de reglas claras de juego y menor presión impositiva

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Se prevé una cosecha total de granos por encima de los 127 millones de toneladas, en un contexto climático muy complejo.  Reuters
Se prevé una cosecha total de granos por encima de los 127 millones de toneladas, en un contexto climático muy complejo. Reuters

La producción de granos, el ingreso de divisas por exportaciones y la contribución del agro a la economía podrían caer en la actual campaña agrícola. Así lo estimó la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) en el lanzamiento de la Campaña Gruesa 2022/23, en la cual proyectó una caída en la cosecha total del 1,6% respecto al ciclo anterior del hasta las 127,7 millones de toneladas de los seis principales cultivos, mientras que el área a ocupar retrocedería 0,1% hasta las 34,55 millones de hectáreas.

Según la BCBA, los únicos cultivos que presentarían una expansión tanto en volumen como en superficie serían la soja, que ocuparía 16,7 millones de hectáreas, unas 400.000 hectáreas más que en la campaña 2021/22, mientras que la producción ascendería a 48 millones de toneladas, 4,7 millones de toneladas más que en el ciclo pasado. También el girasol seguiría esta tendencia, con un área de 2 millones de hectáreas (+300.000 ha) y una trilla estimada de 3,9 millones de toneladas (+500.000 tn).

En contraposición, el maíz, trigo, cebada y sorgo verán reducida tanto su superficie como su producción, debido a la conjunción de la sequía y mayores costos de producción. En el caso de los dos primeros casos, el área a ocupar por el grano amarillo se ubicaría en torno a las 7,5 millones de hectáreas (-200.000 hectáreas) y la trilla en 50 millones de toneladas (-2 millones toneladas), mientras que para el trigo la superficie estimada es de 6,1 millones de hectáreas (-600.000 hectáreas) y la producción esperada de 17,5 millones de toneladas (-4,9 millones toneladas).

En este sentido, el analista de Estimaciones Agrícolas de la BCBA, Martín López, marcó que “después de casi 6 campañas podría haber un incremento en la superficie y producción de soja. En las últimas campañas el maíz estuvo por encima de la soja, pero en esta campaña se emparejaron y la soja podría superar el volumen del cereal”. Por supuesto que esta menor producción esperada impactará en tanto en los volúmenes a exportar, como así también en el aporte de las cadenas a la economía argentina. Según detalló el economista jefe de la BCBA, Agustín Tejeda Rodríguez, las exportaciones de soja, trigo, maíz, cebada, girasol y sorgo caerían 9,2% en 2023 respecto a este año hasta los USD 40.932 millones, mientras que la recaudación fiscal sería 9,1% menor y se ubicaría en torno a los USD 17.515 millones.

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En cuanto a la contribución, el Producto Bruto Agrícola (PBA), que determina el valor agregado de las cadenas, caería 11,8% a USD 50.655 millones, mientras que valor bruto de la producción o el total facturado por el sector alcanzaría los USD 118.181 millones, un 5% menor que lo obtenido el año pasado. ”Menores cantidades y precios más bajos determinan una menor contribución de las seis cadenas a la economía en 2023″, señaló Tejeda Rodríguez, aunque destacó que la misma se mantienen en niveles históricamente alto”.

No obstante, el economista hizo hincapié en que la “única variable que mostraría un incremento es la inversión del productor en este contexto de alta incertidumbre y dado el aumento de los costos, en especial traccionado por los gastos en insumos”. De hecho, el dinero que los agricultores gastarán en fertilizantes, agroquímicos, semillas y labores, entre otros puntos, crecerá 6% hasta los USD 25.600 millones.

Ante este panorama y el contexto internacional, “la Argentina va responder con menores cantidades, muy por debajo de las expectativas que el mundo tenía de nuestro país y de las posibilidades que tenemos, pero cuando ampliamos la mirada, venimos perdiendo participación en las exportaciones mundiales de manera constante año tras año, creciendo a un ritmo por debajo del mundo”.

Escenarios

El secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, Juan José Bahillo, también fue parte de la jornada, y durante su análisis, hizo hincapié en la coyuntura internacional, local y climática, en la inversión total que llevarán a cabo los productores durante la campaña gruesa, y aseguró que el Gobierno está “generando condiciones que le den mayor previsibilidad a la macroeconomía” y que provea de “tranquilidad” a los productores.

En primera instancia, Bahillo hizo referencia al conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, que impuso un escenario mundial “muy particular y complejo” con impacto en los mercados de energía y los alimentos, generando “incertidumbre” tanto por la volatilidad en los precios, como así también en la provisión de los mismos, cuestión que “presenta una posibilidad a futuro para que nuestro país crezca fortaleciendo su postura como productor y proveedoras de alimentos”.

“En este contexto les toca a nuestros productores tomar una decisión importante de invertir fuertemente en la siembra de la cosecha gruesa, donde tenemos que sumarle un escenario complejo y difícil que es la sequía. Venimos dos años con estrés hídrico, nuestros suelos vienen sufriendo el faltante de lluvias y el escenario en el mediano y corto plazo no es muy favorable”, dijo Bahillo.

En este sentido, el funcionario nacional estimó que en esta campaña gruesa, los productores “van a invertir USD 20.000 millones, entre semillas, fertilizantes, agroquímicos, arrendamientos, y gastos de cosecha y comercialización, una suma importante que no siempre es destacada”. Por último, afirmó que “desde nuestro lugar venimos generando condiciones que le den mayor previsibilidad a la macroeconomía. Esa tranquilidad por la cual venimos trabajando para fortalecer las cuentas públicas generan las condiciones macroeconómicas que permiten darle cierta tranquilidad a nuestros productores y al sector privado que es quien invierte fuertemente en este país”.

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A su turno, el presidente de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), José Martins, también hizo mención a la falta de lluvias que viene afectando al campo por tercer año consecutivo y el contexto internacional, que según su visión, “en nuestro país no fuimos capaces de convencernos de que estamos frente a una oportunidad y que bien podríamos haber tomado un posicionamiento para abastecer esa demanda mundial que quedó sin abastecimiento, producto de una macroeconomía inestable, una política con alta presión tributaria y un escenario cambiante en las reglas de juego, que hizo que desaprovechemos la oportunidad”.

Es por eso que Martins hizo “un llamado a la reflexión, a la política en general y al gobierno en particular”. En este sentido, marcó que “el sector no necesita ni de subsidios ni prebendas, sino sólo reglas de juego claras, previsibilidad y una reducción gradual de la carga impositiva”. Y agregó: “Desde la BCBA, trabajando en conjunto con el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA), hace más de dos años que venimos impulsando un proyecto de ley que va en este sentido (en referencia a la Ley Bioagroindustrial). Tanto el oficialismo como la oposición están de acuerdo, pero esta ley sigue sin ver la luz. Como argentino espero que cambie la mano, porque de esta manera no solo desaprovechamos las oportunidades, sino que caemos un poco más en el pozo”.

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