A los problemas económicos, cambiarios y la elevada incertidumbre que enfrenta el campo, en la actual campaña agrícola se vuelve a sumar el impacto negativo de las condiciones climáticas. Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario reflejó que la próxima campaña gruesa, donde se desarrollan cultivos como soja y maíz, comenzará en las próximas semanas en el contexto más seco de los últimos 27 años.
En ese sentido, planteó que la región núcleo, la parte del país que se destaca en materia productiva, al momento de analizarse el mapa de reservas de agua se encuentra actualmente con un 80% de sequía, como consecuencia de atravesar el invierno más seco desde 1995 y el efecto arrastre de falta de lluvias del otoño y verano. A todo esto, un 15% de la zona está con escasez y 5% en estado regular. “Es el peor escenario para la próxima siembra de granos gruesos de los últimos 27 años”, dijeron los especialistas de la BCR.
Para tomar dimensión de la condición climática adversa en la región núcleo, el relevamiento de datos de la entidad rosarina señaló que “en el invierno suele llover en el oeste unos 30 milímetros y entre 60 a 90 milímetros en el este. Pero tomando el promedio de las 36 estaciones de la región, la media es de solo 21 milímetros. Es una media que no es representativa: en el sur de Santa Fe con el límite de Buenos Aires los registros son inferiores a los 5 milímetros. Hay que retroceder hasta 1995 para encontrar un trimestre tan seco y con reservas de agua en el suelo tan escasas para el arranque de la campaña de granos gruesos”, comentó el consultor Alfredo Elorriaga.
Y agregó: “La media de este invierno ya puede describirse como el invierno más seco de los últimos 27 años. Por ejemplo, en Rosario y alrededores los milímetros acumulados desde el 21 de junio hasta la fecha ascienden a 4,8. Este es el valor valor mínimo desde 1961 y está muy lejos de los 86 milímetros como promedio estadístico invernal. El comportamiento de las lluvias en casi todas las ciudades de la franja central de la región pampeana fue similar”. Por su parte, José Luis Aiello, Doctor en Ciencias Atmosféricas, resaltó que “la continuidad del forzante Niña estará acompañándonos hasta diciembre 2022. Los mecanismos de escala regional se volverán muy dependientes de los cambios de circulación que proponga la transición invierno - primavera, que es cuando normalmente las masas de aire tropical adquieren mayor presencia”.
Maíz y trigo
De cara a la próxima siembra, las miradas están puestas en la campaña maicera. Se trata de un cultivo que en los últimos años de destacó por el crecimiento en área, producción y exportaciones. Sin embargo, el panorama para lo que viene no es bueno, en medio de las dificultades climáticas, el aumento de los insumos, y la incertidumbre política y económica que podría derivar en una mayor intervención del Gobierno en el mercado.
A raíz del mencionado contexto, en mayo se proyectaba para la zona núcleo una caída de la siembra de maíz en un 5%, pero a días de que los productores inicien sus tareas, se espera una siembra de un 10% menos en relación al ciclo anterior. En el ciclo pasado, las gramíneas no paraban de crecer y el aumento del maíz era del 15% en la región núcleo. Con un recorte de 180.000 hectáreas se espera que se siembren 1,66 millones de hectáreas con maíz.
Por otro lado, en relación a la actual campaña de trigo existen actualmente unas 700.000 hectáreas que se encuentran en un estado de regulares a malas por la sequía y también por el efecto de las últimas heladas. Además, los especialistas de la BCR dijeron que en una semana subieron un 14% los cuadros regulares a malos, y actualmente el 54% de los cuadros en zona núcleo están en esa condición y cae el rinde esperado. “Los trigos están en caída productiva. Las perspectivas de cosecha son malas”, reflejó el informe privado en relación a la zona de Cañada Rosquín, con proyecciones de un 20 % menos de rendimiento.
Pero en zonas con menos lluvias, como en Soldini, se registra un 70 % de los lotes en estado regular y están descontando hasta un 40% de rendimiento potencial. Además, en la zona de Bigand advierten que si no llueve dentro de los próximos 15 a 20 días, el rendimiento estará entre 5 a 20 quintales por hectárea, y si no llueve hasta después del mes habrá muchos lotes perdidos que irán a soja de primera. Por último, hay un panorama muy diferente en la región de El Trébol, que se benefició por los milímetros extras que recibieron, y donde el 50% de los cuadros están muy bueno y el resto bueno. Y se mantienen las expectativas de 40 quintales por hectárea de rendimiento, pero para que se concrete tiene que llover en la segunda quincena del presente mes.
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