La volatilidad en los precios de los granos volvió al centro de la escena en el mercado de Chicago, tras algunas semanas de relativa tranquilidad que dejaron atrás el cimbronazo que significó el estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania. Lo cierto es que hoy las miradas de los operadores se posan sobre la nueva campaña agrícola de Estados Unidos, donde el clima seco y caluroso está afectando los cultivos, poniendo en duda la oferta de las commodities.
Sin dudas, el complejo sojero es el más beneficiado por estas subas. Por ejemplo, la posición de agosto de la soja pasó de USD 585,80 el primer día de agosto a USD 628,15 la tonelada al cierre de hoy en el mercado de referencia de Estados Unidos, lo que significó un incremento en su precio del 7,23%, o sea, sumó USD 42,35 por tonelada a su cotización, mientras que el contrato de septiembre (el más negociado) se ubicó en USD 558,61 la tonelada, implicando una suba del 6,16% o USD 32,43.
En el caso del aceite y la harina, los principales productos de exportación de nuestro país, la suba fue del 8,67% en el caso del primero al pasar de USD 1.460,10 a USD 1.586,64 la tonelada (+USD 126,54), mientras que en el segundo, el alza fue del 6,82% (+USD 36,59) hasta los USD 573,41 la tonelada. Por el lado de los cereales, los movimientos fueron más módicos: el trigo subió 1,31% en el mencionado período, sumando USD 3,86 hasta los USD 297,91 la tonelada, mientras que el maíz ganó 3,67% (+USD 8,76) para concluir la sesión diaria en USD 247,73 la tonelada.
A nivel local, la suba de precios en la oleaginosa no se tradujo en una mayor comercialización de los productores. Según la Subsecretaría de Mercado Agropecuarios, al 3 de agosto se llevaban vendidas 21,6 millones de toneladas versus 26,7 millones de la campaña anterior
Estas subas, sobre todo las que conciernen al complejo oleaginoso, son centrales para la economía argentina, ya que esta cadena es la responsable de ingresar vía exportación el grueso de las divisas a las arcas del Banco Central. Según la última estimación de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) de los USD 41.716 millones que ingresarían de la mano de las principales cadenas granarias, USD 23.844 millones corresponden a la de soja. No obstante, hoy la comercialización interna del poroto se ubica más de 5 millones de toneladas por debajo de los registros de la campaña anterior, por lo que el Gobierno busca con herramientas de escasa implementación “incentivar” a los productores a desprenderse de su cosecha.
Más allá del contexto nacional, el mercado internacional viró su atención del conflicto bélico en Europa a Estados Unidos. Según explicó el responsable del Departamento de Análisis de Mercados de la corredora Grassi, Ariel Tejera, en Chicago, el factor climático volvió a ganar protagonismo. “El peso del conflicto entre Rusia y Ucrania, sobre los mercados de granos, parece diluirse tras el acuerdo para permitir embarques de este último por el Mar Negro”, destacó.
Es por esto que Tejera entiende que “por delante, entre las principales incógnitas a dilucidar residen los volúmenes de producción de soja y maíz de Estados Unidos, que deberán dar relevo a la oferta sudamericana. A medida que transcurren las semanas, crece la incertidumbre, en un contexto climático que dista de ser óptimo, en el corazón productivo del país del norte”.
El especialista detalló que el último reporte semanal de sequía en Estados Unidos, el 28% de los lotes de maíz y 24% de los de soja estarían afectados en alguna magnitud. De momento, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), se proyectan 122 millones de toneladas de soja y 368 millones de maíz. Es por esto que “aún en caso de concretarse estos volúmenes, de no contar con sorpresas por el lado de la oferta, los stocks continuarían ajustados durante otra campaña”.
Mercado local
Los movimientos en lo que va de agosto no fueron tan contundentes ni tampoco estables, aunque sí se produjo una suba de precios en el mercado doméstico. La soja disponible en la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) pasó de USD 365 a USD 385 la tonelada (5,5%), mientras que el trigo pasó de USD 290 a USD 300 (3,5%) y el maíz de USD 215 a USD 225 (4,7%).
No obstante, esta suba de precios en la oleaginosa no se tradujo en una mayor comercialización de los productores. Según la Subsecretaría de Mercado Agropecuarios, al 3 de agosto se llevaban vendidas 21,6 millones de toneladas versus 26,7 millones de la campaña anterior. Si bien la cosecha del ciclo actual fue menor a 2020/21, la fuerte incertidumbre económica, la brecha cambiaria que supera al 100% y la inestabilidad política hacen que los agricultores decidan no acelerar el ritmo de ventas.
Según explicó el analista de mercado de FyO, Dante Romano, “en el mercado local los productores están muy vendedores de maíz pero, al mismo tiempo, están guardando mucha soja con ritmo de ventas lento. En términos de liquidación de divisas estamos igual que el año pasado, pero con un componente mucho más alto de maíz y menos de la oleaginosa”.
Romano consideró que “el productor viendo una brecha tan grande, y los conflictos políticos y con un clima que no se termina de recomponer, está poniendo a resguardo la mercadería que le quedó de este año”, al mismo tiempo que las expectativas que se despertaron en el sector ante una eventual “señal hacia el agro para que se sienta contenido”, por parte del ministro de Economía, Sergio Massa, fueron “bajando a medida que pasan los días” y no se anuncian medidas.
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