La ganadería exhibe su fortaleza en Palermo, pero pide el fin del cupo exportador y previsibilidad para invertir

En la Exposición Rural los especialistas aseguran que el sector presenta muy buenos índices de productividad. Pero las restricciones a la exportación y la falta de “reglas claras y permanentes” limitan su crecimiento

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En la Rural de Palermo y desde diferentes sectores analizaron el presente y futuro de la ganadería.
En la Rural de Palermo y desde diferentes sectores analizaron el presente y futuro de la ganadería.

La Exposición Rural de Palermo no solo es una gran feria que acerca el campo a la ciudad para que el capitalino pueda ver vacas, caballos, maquinaria agrícola y un repaso a nuestras costumbres e historia. También, la tradicional muestra sirve para mostrar la excelencia del sector agropecuario argentino, especialmente en ganadería, con su genética mundialmente reconocida, el expertise de los productores y la dedicación que toda la cadena pone en su trabajo para que Argentina mantenga el slogan de “la mejor carne del mundo”.

A pesar de la crisis económica y política que atraviesa la Argentina hace ya algunos meses, la ganadería bovina parece mantenerse, en algunos aspectos, alejada de esa situación, mostrando algunos índices alentadores que para la actividad, más allá de las restricciones a las exportaciones que todavía pesan sobre el sector funcionen como un limitante al potencial de toda la cadena.

En diálogo con este medio, el consultor ganadero y disertante de la Jornada de las Carnes que se llevó a cabo el viernes en el marco de la Exposición Rural, Victor Tonelli, remarcó aquellos indicadores que dan muestra de un sector fuerte y con posibilidades de crecimiento. “La ganadería en términos generales frente al marco económico y político argentino ha sido uno de los sectores que mejor la está pasando o menos afectado ha sido por este escenario”, marcó el especialista.

La productividad, en números

Según los números que maneja Tonelli, se espera que haya un crecimiento en el rodeo nacional vacuno, como así también mejores índices de destete y de peso de faena. En este sentido, destacó que “el stock este año va a subir. Ha habido retenciones de hembras y una mejor producción de terneros, por lo que es probable que subamos unas 500.000 cabezas”.

Además, prevé que la tasa de destete, o sea, el número de tenernos por animales adultos, va a alcanzar este año el 66% o 67%, su máximo nivel en la historia, aunque todavía se está lejos del ideal. Además, remarcó que el peso promedio de faena se ubicó el terminar junio en 234 kilos, lo que deja un promedio en lo que va del año de 231 kilos Esto significa una mejora de entre 8 y 10 kilos respecto a la que tenía cinco años atrás.

Los cabañeros preparan sus animales para la jura de los próximos días en la Rural de Palermo.
Los cabañeros preparan sus animales para la jura de los próximos días en la Rural de Palermo.

Hay buenas señales. La ganadería está sana y el productor financieramente sólido en todo, incluso en su reservas de insumo hacia el futuro, por lo que auguro que terminaremos bien el año, pero en un entorno internacional y nacional muy complejo”, subrayó el especialista, que también oficia como parte del staff técnico de la Mesa de las Carnes, organización integrada por todas las cadenas cárnicas del país.

No obstante, Tonelli puso la mira sobre el potencial que tiene la ganadería argentina, con probabilidad de crecimiento exponenciales, como pasar de 3 a 5 millones de toneladas de producción de carne vacuna en los próximos años de contar con un contexto acorde. “Hoy estamos en 3 millones y quizá podríamos alcanzar 4 o 4,5 millones de toneladas entre cinco y diez años, en la medida de que los planetas se alineen y se saquen todas las restricciones, pero en todo caso todavía hay un potencial de crecimiento enorme”.

Previsibilidad

Si hay un reclamo común de todo el sector agropecuario hacia cualquier gobierno que le toque estar al poder en Argentina es generar las condiciones de previsibilidad para el normal desarrollo de los negocios. Este pedido tiene especial sentido en el caso de la ganadería bovina, ya que son actividades donde las inversiones tardan entre tres y cuatro años para dar su ganancia. O sea, el tiempo que tarda la carne para estar en la góndola de un supermercado equivale a un período presidencial.

La previsibilidad es el tema. Cualquier decisión que se tome hoy va a impactar, en el mejor de los casos, dentro de un año pero generalmente se nota en dos o tres años para delante. Si el horizonte hacia donde vamos no está claro y las políticas y estímulos para el crecimiento no son definidos, difícilmente se pueda pensar que este potencial del que hablamos se convierta en realidad”, marcó Tonelli.

Por su parte, el director ejecutivo de la Asociación Argentina de Criadores de Hereford, Juan Manuel Aloé, brega porque el negocio tenga reglas claras y que cesen las intervenciones en la exportación para dotar del suficiente estímulo a la actividad para dar un salto de crecimiento. “Necesitamos reglas de juego permanentes y claras. Una de las cosas que hace el hombre de campo es reinvertir todo lo que gana”.

Sin embargo, consideró que los desencuentros con las políticas hacia el sector impulsadas por el Gobierno remiten a que “tal vez no estamos combinando los intereses que buscan los gobernantes con los de la ganadería, pero si nos ponemos a pensar bien, nos damos cuenta que son los mismos, que es que crezca el país”. Por eso remarcó la necesidad de que “nos dejen exportar y nos liberen. Vamos a tener carne suficiente para el argentino, para el mundo y vamos a poder estabilizar los precios también, debido a que va a haber una mayor oferta y eso hará que bajen los precios”.

El primer animal en llegar a la Rural de Palermo, fue un toro de la raza Limousin. (Adrián Escandar)
El primer animal en llegar a la Rural de Palermo, fue un toro de la raza Limousin. (Adrián Escandar)

Por su parte, el gerente general de la Asociación Argentina de Criadores de Limousin, Roberto Bianculli, también puso de relieve que a comparación de la realidad argentina, hoy “la ganadería está mejor, incluso que la agricultura”, pero ve por el lado del Gobierno que no hay un apoyo a la actividad. “La presión que hay del lado del gobierno no es productiva. Esto va desde la presión impositiva hasta que no quieren ir al campo y no entiendo por qué. Parece que es un enemigo y tienen que entender que las inversiones del campo son muy grandes, dependen del clima y muchos factores y el que invierte también tiene que ganar”, remarcó.

Asimismo, hizo mención a las restricciones a las exportaciones y sostuvo que es falso que por los embarques al exterior se ponga en peligro el abastecimiento interno. Así, opinó que “es mentira que si exportamos va a faltar carne para el consumo. Es una idea que sacan para el público que no entiende el problema. Tendríamos que estar exportando mucho más porque tenemos los recursos, pero cuando no lo dejan el productor se achica ya que le quitan parte de su negocio, sobre todo en nuestra raza, debido a que muchos cortes se exportaban a Europa”.

Por último, el presidente de la Asociación Argentina de Angus, Alfonso Bustillo. hizo mención a los problemas productivos del sector. “Estamos estancados en el stock y en la producción y ese es un problema nuestro, porque los países vecinos han crecido en este sentido. La falta de reglas claras quita previsibilidad en el negocio. La constante variación de éstas hace que la ganadería no pueda crecer y el negocio no se pueda proyectar”, dijo.

Por eso, Bustillo concluyó que la “ganadería a nivel nacional, si nos dan reglas claras, va a crecer. A nivel mundial el comercio de carnes está bien, con demanda y con China como jugador. Veo muy buenos años para la ganadería en general y para Argentina, si tenemos reglas claras y nos dejan trabajar, tenemos un futuro importante”.

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