La Mesa de Enlace ratificó para el próximo 13 de julio el cese de comercialización de granos y hacienda y la jornada de protesta en diferentes puntos del país. Todo esto pesar del pedido que realizó el pasado viernes el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, para que se deje sin efecto la medida y pasar de “la confrontación a la cooperación”.
La decisión de los dirigentes del campo está centrada en expresar el malestar que hay en el sector por la actual crisis del gasoil, con un faltante del insumo en gran parte del país, pero también los problemas que generan la elevada presión impositiva, la intervención en los mercados, especialmente con las restricciones a las exportaciones de carne vacuna, maíz y trigo. También se suman a los reclamos la incertidumbre que generó el freno a las importaciones, que impacta en la compra de los fertilizantes que son necesarios para el resto de la siembra de invierno y otros insumos.
A todo esto, una encuesta realizada durante el mes pasado por la consultora Amplificagro entre casi 500 productores reflejó que el 94,3% de los encuestados señaló que los actuales problemas del campo están relacionados directamente al accionar y las decisiones del Gobierno Nacional. En ese sentido, la falta de rumbo y la gobernabilidad aparecen en primer lugar de las preocupaciones, seguido por la falta de previsibilidad y reglas claras, junto con el intervencionismo, el clima de negocios e impuestos, entre otras cuestiones.
Durante el fin de semana, el presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino, dijo en declaraciones radiales que “seguimos apuntando al 13 (de julio). Ahora hay una movida importante como fue ayer la salida del ministro, tenemos la incertidumbre sobre cómo sigue esto para adelante, mas allá de lo del día 13. Vamos a tomarnos este día, un respiro. Además el anuncio de la Mesa de Enlace de esta jornada de protesta, no tiene que opacar ese gran encuentro que sucedió la semana pasada con diferentes sectores de la cadena agroindustrial, donde se generó un muy buen documento que refleja la situación actual del sector, que puede ser el puntapié inicial de seguir aportando para que la Argentina pueda salir de este difícil momento”.
Ante la consulta sobre si existen definiciones en relación a las características que tendrá la jornada de protesta, Pino sostuvo que “cada entidad que integra la Mesa de Enlace le dará un lugar de preponderancia para tomar las decisiones a las mesas provinciales que ya están trabajando para el armado de las diferentes actividades que vamos a desarrollar y definan los lugares para las mismas. El día de la movilización lo que vamos a hacer es mostrar las necesidades y demandas que tenemos y hacemos al Gobierno, y aparte de eso presentar todo lo que somos capaces de ofrecer siempre y cuando tengamos la posibilidad de producir más y mejor. A todo esto apuntamos”.
Gasoil, fertilizantes y otros temas
En el nuevo escenario que trajo la llegada de Silvina Batakis al ministerio de Economía, el campo aguarda definiciones de la flamante funcionaria sobre tres temas: dólar, faltantes de gasoil y retenciones. Sobre los dos primeros, Batakis señaló ayer “sentirse cómoda” con el tipo de cambio oficial actual y estimó que el tema del gasoil debe estar “completamente resuelto” en el plazo de un mes.
Otro de los aspectos que preocupa al campo, es el acceso a los fertilizantes, en medio de las restricciones que aplicó la semana pasada el Banco Central a las importaciones. Según la Asociación Civil Fertilizar, el consumo total de fertilizantes en Argentina durante el año pasado fue de 5,6 millones de toneladas, y el 65% de ese monto fue importado. Los fertilizantes nitrogenados y los fosfatados son los de mayor utilización, totalizando el 92% del total.
En medio de esta problemática, el responsable del Departamento Económico de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Ernesto O’Connor, sostuvo en un reciente trabajo que publicó, que “el evidente menor acceso a fertilizantes frente a las próximas decisiones de siembra para la campaña gruesa 2022/23, y el encarecimiento del precio interno, a partir de cierto desabastecimiento, no augura buenas noticias. La siembra de maíz podría ser menor, redundando nuevamente en un esquema de rotación ineficiente, derivado de los efectos de las decisiones de política económica, que no permiten la mejor asignación de la producción agropecuaria, y afectarán el transporte, el empleo y la generación de divisas negativamente”.
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