En las economías regionales, el fuerte aumento del costo de los insumos que resultan vitales para la producción agropecuaria registrado hasta abril pasado, en medio de una elevada situación inflacionaria, provocó una situación de crisis a actividades sensibles en el interior del país como son la producción de arroz, cítricos, maní, miel, papa, peras, manzanas, tabaco, yerba mate y la ganadería bovina.
Según el último elaborado por la Confederación Intercooperativa Agropecuaria Limitada (CONINAGRO), de un total de 19 economías regionales relevadas 11 se encuentran en situación de crisis, y otras cuatro atraviesan un presente delicado de “advertencia”. como la producción avícola, leche, ovinos y porcinos, todas seriamente afectadas por la suba en los granos, y en la producción granaria, por la suba insumos como fertilizantes o fitosanitarios. Sin que se registren posiciones de “prosperidad” para los técnicos de CONINAGRO, solamente tres actividades sensibles para sus regiones logran imponer una tónica de crecimiento, y estos son la cadena del vino, la actividad forestal y del algodón.
En su informe de mayo pasado, la entidad ruralista manifestó que ya en el arranque del segundo trimestre del año los costos en las economías regionales crecieron “por las nubes” y se indicó que aquellas segmentos de actividad en “rojo” y que enfrentan “situaciones de crisis” se debe “a la suba de costos a través de los insumos y la inestabilidad de los mercados, especialmente de la exportación”. Por otro lado, la entidad mencionó que “la guerra ha afectado nuevamente la logística internacional, tanto para exportar productos de nuestras economías regionales como las manzanas y peras, como para importar insumos necesarios, como botellas”.
Además, se detalló en el relevamiento que el continuo faltante de gasoil en el mercado, que resulta vital para el transporte de mercaderías y para realizar todo tipo de labores agrícolas y pecuarias en los campos, plantea una “incertidumbre por el acceso al combustible”, y se consignó que “su precio es transversal a todas las producciones” que se vieron afectadas por su falta en los surtidores de todo el país durante gran parte de la primera parte del 2022.
Frente a este tipo de cuestiones y ante un escenario de suba de costos, la producción de frutas y hortalizas –por ejemplo- planteó una realidad compleja. Ricardo Vitale, de la Cooperativa de Horticultores de Bahía Blanca, aseguró que su sector se vio desfavorecido por factores climáticos en el sur de la provincia de Buenos Aires. Esto llevó a que la producción “no fuera tan buena” ya desde el arranque del año, hecho que el sector tuviera “problemas para vender esos productos”, dijo.
Vinos
Según Vitale, durante la primera parte del año “todo cambia muy rápido” y esto puede modificar los precios de mercado de los alimentos. “En Mar del Plata, La Plata y otras zonas productivas muy grandes han tenido vaivenes de precios, por ejemplo, el precio del tomate que se ha pagado por debajo de los costos de producción, y sólo a cuentagotas se tuvo un buen rendimiento desde el punto de vista comercial”, explicó.
Y agregó: “Con los problemas de gasoil el transporte de mercadería desde las fincas hasta los centros concentradores encarecieron sensiblemente los fletes. Para traer fruta desde Salta a Buenos Aires, se presenta una relación de precios, que termina siendo más caro que un cajón de mercadería pura”.
Por último, Carlos Groselj, productor de vinos en Mendoza y secretario de la cooperativa Altas Cumbres, manifestó que para el caso vitivinícola “hubo una merma en la producción y una cosecha a la baja, puesto en números es casi el 20% menos en relación al año pasado, esto ha equilibrado el mercado y ha dejado los stocks mas reducidos”. Además, el dirigente mencionó que esto provocó “una subida en el precio del vino y del mosto de manera marcada. Esto en una primera instancia marcó una pérdida de consumo en mayo pero ahora está recomponiendo un poco, y el productor vitivinícola percibe esa suba en su renta y ha sido un alivio”.
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