En momentos donde se profundiza el faltante de gasoil en 21 provincias del país, la entidad que agrupa a la producción de maíz y sorgo destacó que el Gobierno haya decidido aumentar el corte de biodiésel con gasoil, y se puso a disposición del Gobierno para aumentar la producción de bioetanol de maíz, para hacer frente a la problemática. Así lo expresó la Asociación Maíz y Sorgo Argentino (MAIZAR).
En un comunicado la entidad formuló estos conceptos, donde consignó que “la crítica escasez de gasoil complica y encarece las labores de campo, el transporte de carga y el suministro de alimentos”, y se señaló que dicha problemática “ha puesto sobre el tapete el papel crucial” que tiene la producción y provisión de biocombustibles para la economía argentina, conceptos que “viene defendiendo la entidad desde su fundación, hace ya casi dos décadas”.
Por ello, la cadena maicera en su conjunto admitió que se pone a disposición de las autoridades nacionales para hacer aportes a favor de las modificaciones que promete concretar la gestión Fernández, con la cual estimó que en definitiva se apuntalaría un “incremento” de la producción de bioetanol de maíz para cubrir parte de las necesidades que tiene el mercado local.
Al respecto, desde Maizar se indicó: “Celebramos que el Gobierno está revisando la ley que el año pasado redujo la proporción de biodiésel en el gasoil. Y nos ponemos a disposición para que esa revisión exceda la coyuntura de escasez, y apunte a una perspectiva estructural, que fomente el agregado de valor y el empleo local y se ajuste a los acuerdos internacionales ambientales firmados respecto del cambio climático”, dijo la entidad.
A todo esto, se agregó que actualmente más del 75% del maíz producido en la Argentina se exporta como grano, y solamente se destinan a la fabricación de bioetanol 1,75 millones de toneladas de granos mientras que más de 40 millones de toneladas se envían al exterior sin procesar.
Ley actual
Desde la entidad se recordó que “la ley actual sólo habilita que las naftas contengan un 12% de bioetanol, cuando se podría ir progresivamente a un corte de 27%, e incluso a uno de 85% con unos pequeños ajustes en los motores, algo en lo que la provincia de Córdoba está dando el puntapié inicial: tenemos mucho terreno para crecer con este biocombustible, que además tiene una huella ambiental tan baja que nos lo compra el exigente mercado de la Unión Europea”, se explicó desde esta cadena de valor granaria.
Según MAIZAR, “la Argentina dejó de ser un productor autosuficiente de combustibles fósiles, y destina miles de millones de dólares, que no le sobran, para importarlos. A la vez, desde que en 2006 se promulgó la Ley de Biocombustibles 26093, la cadena bioagroindustrial que solemos denominar “el campo” puso en marcha grandes inversiones y comenzó a producir biodiésel de soja, que se mezcla con el gasoil, y bioetanol de maíz y de caña de azúcar, que se mezcla con la nafta, para volver más “verdes” ambos combustibles”.
También la entidad presidida por Pedro Vigneau expresó que “además de la mejora ambiental que implica reducir la extracción y quema de combustibles fósiles, y del valor y empleo que agrega la industrialización de nuestros cultivos, los biocombustibles brindan una mayor independencia geopolítica, un aspecto que queda más en evidencia en las crisis, como la que provocó la invasión rusa a Ucrania”.
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