Muchas de las provincias afectadas por el faltante de gasoil, donde es nulo o casi nulo el abastecimiento, atravesaron momentos complejos desde lo climático en el verano pasado, con una profunda sequía e incendios, que en el caso de Tucumán afectó a más de 1.000.000 de hectáreas y las pérdidas económicas superaron los 80.000 millones de pesos. Los productores afectados por esta situación todavía continúan con las tareas del “volver a empezar con la actividad”, como es el traslado de los animales y mejorar la infraestructura de los campos, que ahora se ve frenada por la crisis del combustible.
Así lo comentó a este medio, Tomás Palazon, productor de Formosa, cuyo distrito se encuentra entre las ocho provincias que determinó la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (FADEEAC), donde es “muy bajo o nulo” el suministro en las estaciones de servicio.
“Es un problema generalizado. Desde enero pasado que empezó en nuestra provincia y también en Chaco el problema del faltante de combustible, en medio de una situación climática compleja, por la sequía y los incendios. A fines de febrero cuando la problemática se instaló en los medios y se arregló la tarifa de fletes, hubo momentos leves de mejoría. Es decir, cuando la exposición mediática llegó a niveles altos, se alcanzó un mayor nivel de abastecimiento”, señaló Palazon.
Actualmente la venta a granel está restringida a no más de 500 litros y en algún momento llegó a 1.000 litros. Además, en las estaciones de servicio entregan hasta 2.000 y 3.000 pesos y a camiones no más de 100 litros y en Formosa no solamente falta gasoil, sino también nafta. “En mi zona donde vivo que es General Manuel Belgrano desde el lunes y hasta el miércoles de esta semana no hubo ningún litro de nafta. Luego llegó un camión con 5.000 litros y se terminó en menos de dos horas, con una fila de más o menos tres cuadras. Y ayer el faltante volvió”, dijo el productor, quien además recordó que “nunca hemos alcanzado un abastecimiento fluido, siempre la demanda estuvo limitada, con no más de 1000 y 1500 litros para la gente que está cosechando y sembrando”, comentó.
Sequía e incendios
En medio de este panorama, las consecuencias en la actividad agropecuaria, según Palazon, son que “la cosecha está parada”, pero también es compleja la actividad de hacer frente a la emergencia agropecuaria por la sequía y los incendios del pasado verano. “Está frenado el accionar de los camiones jaulas, que todavía están moviendo animales por las inclemencias del clima adverso. Toda esta zona sigue afectada por la sequía. Si bien llovió en zonas del este de Chaco y Formosa, en el centro-oeste todavía no llovió lo suficiente, con lo cual la entrada del invierno es grave. Los movimientos de hacienda están parados, los camiones demoran en llegar y los que tienen que viajar no les cargan más de 80/100 litros y con eso no llegan a ningún lugar”, dijo el productor.
Ni las motosierras
A todo esto, agregó que sigue siendo un problema avanzar con las tareas de remodelación de los alambrados de aquellos campos donde los incendios avanzaron sobre los mismos, donde el faltante de combustible impide el uso de las herramientas indispensables para las tareas, como las motosierras. Y por último, Palazon sostuvo que tampoco pueden llegar a los establecimientos rurales los forrajes para suplementación, que hoy necesitan los productores para la alimentación de los animales, en medio de la emergencia por sequía e incendios.
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