La cosecha de granos gruesos 2021/22, clave para la economía argentina, se inició hace un mes con grandes dificultades, que los productores debieron superar desde el mismo momento en que las máquinas empezaron las labores de recolección. El clima y la inestabilidad política y económica son serias preocupaciones, pero el principal problema hoy es el faltante de gasoil.
El combustible es esencial para la trilla de maíz y soja y también para su transporte y el faltante puso en jaque la cosecha a mediados de marzo. Agricultores y camioneros debieron en muchos casos hacer cientos de kilómetros para conseguirlo, a precios muy superiores a los registrados menos de un mes antes.
Y aunque hubo mejoras en la provisión del combustible en algunos puntos del país, la situación no se normalizó y sigue siendo un escollo para el avance de la campaña, de la cual aún resta que se coseche el 54% de la oleaginosa y más del 75% del cereal.
En diálogo con Infobae, el vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Gabriel de Raedamaeker, dijo que la situación hoy es “despareja”. En algunas zonas la oferta de gasoil mejoró. En otras los faltantes siguen o incluso empeoraron. El dirigente cordobés puso como ejemplo que en el centro-este de la provincia mediterránea “no se consigue ni para vehículos” mientras en las estaciones de expendio a la vera de la ruta nacional 9 “hay para el turismo, pero no para los camiones”.
“El que no acopió, el que no pudo guardar un poco de gasoil para la trilla, hoy está complicado. Y los contratistas van a cosechar si el propietario del cultivo tiene gasoil. Esa es la delicada situación en que estamos. Lamentablemente, los riesgos para la cosecha son los mismos que hace unas semanas. Cuando el cultivo esté listo para cosecharse, el productor tiene que salir a buscar combustible, y encontrarlo, si es que tiene suerte”, dijo el dirigente rural.
De Raedemaeker no ve una solución a corto plazo del problema, que conllevaría a que el Gobierno nacional “sincere” los precios y aguante su impacto en la inflación. “Es algo muy complicado el manejo de esto con todas las intervenciones que realiza el oficialismo. Y así termina generando justamente este tipo de distorsiones, en algunos casos con prohibiciones, en otro con regulaciones de precios. Lo que eso trae aparejado es desabastecimiento”, finalizó.
El presidente de la Cámara Argentina de Contratistas de Maquinaria Agrícola (FACMA), Jorge Scoppa, calificó la situación de “escasez, pero no faltante, de gasoil” y puntualizó que donde se producen los “picos de demanda hay demoras de entrega del combustible”.
Después de la lluvia
Al respecto, el titular de la entidad empresaria sostuvo que “lo peor ya pasó en la zona núcleo, porque vinieron las lluvias, se paró la cosecha y ahí se volvió a reponer el gasoil. Además, en muchos lugares en este momento aflojaron los trabajos, porque se terminó la soja y quedó el maíz únicamente y todo esto se va trasladando al centro y norte de Santa Fe y al NOA”.
Los precios fueron otro gran problema y causa de queja de productores y transportistas. Al haber escasez, algunas estaciones subieron fuertemente los precios, Segú Scoppa, en la actualidad “hay de todo”. Si bien YPF “mantiene los precios” en torno a los $130 por litro, los problemas están en las estaciones de “bandera blanca o de otras petroleras, que cobraron mucho más el combustible”.
Transportistas
Para los transportistas de cargas, el otro gran sector afectado, la situación sigue igual, sobre todo en las zonas donde se está cosechando, pues compiten por el combustible. “Los faltantes siguen existiendo, sobre todo en la zona agroganadera, como sucede en la ruta 34 hacia el norte, que cuenta con muy poco gasoil o directamente no tienen, o la zona de Cañuelas, donde están cargando entre 50 y 100 litros”, afirmó el presidente de la Primera Asociación de Empresarios del Transporte Automotor de Cargas (PAETAC), Martín Borbea Antelo.
También está condicionado el abastecimiento a granel de algunas empresas de transporte ya que, asegura Borbea Antelo, “los pedidos llegan tarde y eso hace que siempre se esté al límite y se llega, a veces, a no tener nada de gasoil. Acá, en Buenos Aires, hay estaciones al costado de las autopistas no tienen el gasoil común, sino que ofrecen el premium”.
La situación de los faltantes conlleva a que la distorsión en los precios continúe “exactamente igual” que semanas atrás. “Esta situación aumenta la especulación de algunos estacioneros, que incrementan el gasoil a valores no normales. Incluso en los graneles se están registrando valores que no son correctos, sobre todo cuando la venta no es directa por parte de las petroleras, sino a través de distribuidores. A medida que uno se aleja de la capital el combustible va aumentando. Eso es algo histórico, pero ahora el faltante hace que esa brecha sea aún mayor”, subrayó Borbea Antelo.
Sin embargo, el titular de la cámara de transporte de cargas remarcó que “peor que el precio es que no haya combustible, pero la combinación de ambas es letal” y advirtió que “todo aumento que sufra en los costos tienen que ser trasladado al valor de los fletes y esto es un problema recurrente mes a mes que no vemos solución, por lo menos por el tiempo que dure la cosecha gruesa y el campo está demandando más gasoil que lo normal”.
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