El campo alzó su voz en una marcha multitudinaria: severa crítica al Gobierno y mensaje al conjunto de la clase política

La contundencia de los tractores fue acompañada por la de la proclama. La evaluación de los productores y lo que dijeron los dirigentes opositores que se sumaron a la manifestación

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El campo se movilizó a Buenos Aires, y pidió menor presión impositiva y baja del gasto público. (Crédito: Maximiliano Luna)
El campo se movilizó a Buenos Aires, y pidió menor presión impositiva y baja del gasto público. (Crédito: Maximiliano Luna)

El campo encabezó ayer una multitudinaria movilización a Plaza de Mayo con reclamos al Gobierno de reducir la carga impositiva y el gasto público, pero también con mensajes directos al resto de la clase política. La movida reflejó un alto descontento con el rumbo del país, y la preocupación sobre la falta de políticas que solucionen los problemas de la gente, como la pobreza e indigencia. En medio de la crisis, el sector agropecuario realiza un enorme aporte de la mano de las divisas por exportación y el pago de los tributos.

Durante la movilización y especialmente en el documento que se leyó en el final de la misma, hubo un planteo de los productores sobre el destino del aporte de cada uno de los sectores de la sociedad. En lo relacionado al campo, estimaciones de la Bolsa de Cereales de Córdoba reflejaron que en los últimos 20 años el aporte que hizo el sector al Estado en concepto de retenciones superó los 100.000 millones de dólares. Y el sector agropecuario viene advirtiendo desde hace tiempo que ese dinero no retornó a pueblos y ciudades del interior en obras y medidas para mejorar la calidad de vida de la población.

Por tal motivo, en el documento el mensaje para el Gobierno fue concreto: “Anímense a pensar un país con menos impuestos. Gasten menos. Arréglense con lo que tienen o dedíquense a otra cosa”. Y además, la mención al resto de la clase política: “Son responsables también muchos de nuestros gobernadores y legisladores. Han resignado la autonomía federal por una indigna alianza de vasallaje feudal en la que aceptan el saqueo de las actividades productivas de sus comprovincianos a cambio de ser tratados como mendigos de lujo por el Poder Central y eventualmente ser nuevamente ungidos”.

El epicentro de la marcha fue en Plaza de Mayo, organizada por productores autoconvocados y rurales del interior del país. El reclamo del campo también se hizo sentir con fuerza en diferentes puntos del país como Tucumán, Córdoba, Rosario y hasta en la localidad santafesina de Avellaneda, donde hace dos años atrás se resistió el avance sobre la propiedad privada, con la intención del Gobierno de intervenir y expropiar la empresa Vicentin.

La protesta del campo en Avellaneda, provincia de Santa Fe.
La protesta del campo en Avellaneda, provincia de Santa Fe.

A todo esto la Mesa de Enlace no adhirió a la movilización, más allá que algunas entidades, como Sociedad Rural Argentina y Federación Agraria, otorgaron libertad de acción a sus afiliados. De hecho, ayer el presidente de la Rural, Nicolás Pino, visitó el lugar en Costanera Norte donde estaban estacionados los tractores que encabezaron la recorrida por las calles de Capital Federal hasta Plaza de Mayo. Seguramente el éxito de la movida de ayer, derivará en un replanteo de la dirigencia nacional y dentro de las entidades, ya que una vez más las denominadas bases de productores lograron una importante convocatoria para que se escuche fuerte el reclamo del campo. La anterior fue en julio pasado, en una reunión multisectorial en la ciudad bonaerense de San Nicolás.

Al término de la protesta en Plaza de Mayo, los productores que estaban al frente de la misma expresaron su satisfacción por el éxito alcanzado y el multitudinario apoyo de la gente, pero también señalaron que son conscientes que el camino a recorrer no será fácil, por el momento crítico del país en lo económico y social. Y agregaron que continuarán con su reclamo de un cambio en la política para el campo, y de un desarrollo para el país.

El campo también protestó por la intervención del Gobierno en los mercados de trigo y maíz y en la carne vacuna, la elevada inflación y el desdoblamiento cambiario. Son medidas que hoy perjudican a los ingresos de los productores. Y a todo esto, muchos productores hablaron de las oportunidades que pierde el país, cuando no hay un contexto de previsibilidad y de políticas que fomenten la inversión y la confianza. Todo esto en un mundo que siempre mira a la Argentina como proveedor confiable de alimentos.

Esta semana la Bolsa de Comercio de Rosario y la Bolsa de Cereales de Buenos Aires reflejaron en diferentes informes la consecuencia de lo narrado anteriormente: la próxima siembra de trigo alcanzaría las 6,5 millones de hectáreas, son 200 mil hectáreas menos en relación a la campaña anterior. Y en la zona núcleo, la principal zona productiva, el área podría registrar una baja del 25%. Los especialistas aseguran que el productor invertirá en menos tecnología, porque hay un Estado que no lo acompaña, sino todo lo contrario lo persigue con medidas contrarias a las que se necesita. Mientras continúa la invasión de Rusia a Ucrania, dos países con un fuerte posicionamiento en la producción y exportación del cereal, y surgen problemas de seguridad alimentaria, el camino a recorrer por el Gobierno es aplicar medidas que derivan en una menor siembra, producción, exportaciones e ingreso de divisas.

Renta inesperada

La marcha fue propuesta en las asambleas que se realizaron en el último tiempo, luego que el Gobierno decidió aumentar las retenciones a los subproductos de la soja y crear un fideicomiso para subsidiar el precio de la harina con destino a las panaderías, para hacer bajar el precio del pan. Y en las últimas semanas se profundizó el malestar, con la intención del ministro de Economía, Martín Guzmán, de implementar un mecanismo para capturar una “renta inesperada”, frente al aumento de los precios internacionales de los granos, por los efectos del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.

Una iniciativa que provocó diferencias entre los integrantes del gabinete. Ayer, antes de la marcha del campo y durante su gira por Israel, el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, advirtió que los productores argentinos no se beneficiaron por esos precios internacionales, ya que el aumento de los costos de los insumos, como los fertilizantes, provocaron un serio daño al negocio. Además, el titular de la cartera agropecuaria, sobre la protesta en Plaza de Mayo, señaló: “Si hay algún reclamo que tenga que ser atendido, lo vamos a escuchar”.

Imponente ingreso de los tractores a Plaza de Mayo.
Imponente ingreso de los tractores a Plaza de Mayo.

Por su parte, Ricardo Buryaile, ex ministro de Agroindustria y actual diputado nacional por Juntos por Formosa, sostuvo que el campo enfrenta el faltante de insumos básicos para producir, como gasoil, cubiertas, entre otros. “El productor agropecuario quiere producir más, porque la única manera de salir adelante es produciendo más, no produciendo menos. El campo quiere expresar una visión que es totalmente diferente a la del Gobierno, que cobra impuestos antiproductivos, una política tributaria que castiga la producción y el trabajado, que cambia las reglas de juegos o está permanentemente amenazando con hacerlo, que subsidia a sectores que no lo necesitan, que no da certidumbre a la producción”, agregó.

A las expresiones de Buryaile, la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, que estuvo presente en el recorrido de los productores, resaltó que la propuesta de su espacio político es “realizar un cambio, muy profundo, ante la destrucción de las instituciones de nuestro país. Se trata de una propuesta muy valiente para bajar impuestos y tener una Argentina de producción”. Por último, el diputado nacional por Juntos por Capital Federal, Ricardo López Murphy, desde su cuenta de Twitter, dijo: “¿Copamos la plaza? Copamos la plaza. Hoy fue un buen día para la República y la democracia. Y se celebra”.

Lo cierto es que ayer el campo, junto a la ciudadanía, volvió a plantear en la agenda de debate la necesidad de un cambio en la política agropecuaria, con el objetivo de que una vez más el campo se transforme en la locomotora que impulsa el desarrollo del país. Solamente se necesita un marco de reglas claras de juego que permanezcan en el tiempo, gobierne quien gobierne la Argentina, y una macroeconomía ordenada y con estabilidad. En otras palabras, un contexto de previsibilidad para aportar más al mercado interno y aprovechar las oportunidades que ofrece el mundo.

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