El comienzo del año para el campo fue bastante complicado, por no decir malo. La sequía, que se hizo sentir con toda su fuerza durante el verano, generó importantes mermas productivas en soja y maíz, mientras que la guerra entre Rusia y Ucrania, si bien disparó el precio de los granos, también lo hizo con el de los insumos, llevando los valores de los fitosanitarios y fertilizantes pocas veces visto. Además, la suba de retenciones a los subproductos de la soja no solo incrementó aún más la presión fiscal sobre el sector, sino que fue el puntapié para un nuevo conflicto con el Gobierno.
Como si toda esa catarata de problemas no fuera suficiente, en la última semana se le sumó un inconveniente más que puede traer serios problemas a la cosecha en curso e, inclusive, a la próxima siembra de granos finos: comenzó a haber faltantes de gasoil. Esta situación encendió las alarmas en el campo, ya que es el combustible por excelencia de la maquinaria agrícola, como así también del transporte de cargas. Por eso, los primeros registros de desabastecimiento, entregas menores a las solicitadas y fuertes incrementos en los precios empiezan a preocupar de sobremanera a los productores.
En primer lugar, hay que remarcar que el campo es un consumidor nato de gasoil, absorbiendo el 28% del total de este combustible a nivel nacional, principalmente entre abril y junio y entre diciembre y octubre. En ese lapso de tiempo, consume 3,8 millones de metros cúbicos, lo que implica un gasto del sector de USD 3.535 millones, de los cuales USD 1.660 es manos de la agricultura, USD 1.025 millones por parte de las producciones regionales y USD 850 millones en actividades ganaderas, según datos privados.
Asimismo, este faltante se da en un contexto donde Argentina casi duplicó en el primer bimestre las importaciones de gasoil. De acuerdo a diferentes reportes, el promedio los últimos seis años indican que en este período las compras al exterior representan el 16,8% de la oferta total en país, pero en lo que va de este año, esa participación pasó al 28,4%. Además, el precio del combustible en nuestro país se encuentra por debajo del nivel promedio en términos reales, mientras que si se lo compara con los precios internacionales se observa que estos subieron el doble de lo que aumentaron localmente.
Estas mermas en las ofertas alertaron al campo, quien pidió un plan de contingencia al Gobierno nacional e inclusive ofreció una alternativa como solución. Así, la Mesa de Enlace aseguró que el biodiésel “podría suplir la demanda en las distintas regiones del país” y consideró que tener a este biocombustible en consideración “no sólo nos puede ahorrar divisas al país, sino que además de superar una faltante del momento y se estaría promoviendo el uso de energías limpias, sumamente beneficiosas en el medio ambiente”.
“Alarmante”
El vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Gabriel de Raedemaeker, consideró ante este medio que la situación es “alarmante” y que por más que las petroleras digan que esta problemática se va a solucionar “nosotros tenemos la cosecha ahora”, en especial la de soja, cuyos momentos de recolección son menos maleables y debe realizarse en tiempo y forma.
“El maíz mal que mal puede aguantar unos días cuando está en situación de cosecha, pero la soja se tiene que cosechar en forma. Nosotros necesitamos el combustible ayer, no mañana, pero la realidad es que no hay y donde hay te dan 15 litros y uno necesita en un día normal de trabajo no menos de 1.000 litros por día. Estamos lejísimos de proveernos y en un problema gravísimo que puede traer consecuencias para el país, ya que no hay otro ingreso de divisas genuino y rápido como el de la agricultura”, detalló de Raedemaeker.
En este sentido, el dirigente cordobés sostuvo que de no normalizarse la situación de abastecimiento “va a haber serias complicaciones para llevar adelante la cosecha. Hoy el corto plazo son dos días, no tenemos mucho tiempo más” y advirtió que “si en los próximos 15 días no se consigue el gasoil necesario, se para la cosecha. Hoy se está llevando adelante de manera inicial., pero en una semana o diez días se va a masificar la cantidad de lotes disponibles para cosecha y ahí cada equipo requiere 1.000 litros por día. Hoy eso no se podría hacer”.
En la misma sintonía, el presidente de Federación Agraria Argentina (FAA), Carlos Achetoni quien en diálogo con Infobae consideró que se está dando “un panorama muy complejo” en algunos puntos del país con faltante por 4 o 5 días del país o con racionamientos de combustible en algunas estaciones de servicio que solo dispensan entre 25 o 50 litros y “eso solo sirve para que arranquen los motores, nada más. Si así se va a dar la cosecha, vamos a estar bastante complicados”.
Además, Achetoni alertó sobre la situación de los pequeños productoras ante esta problemática, sobre todo entendiendo que los mismos no cuentan con “las espaldas necesarias” como para realizar un aprovisionamiento de 15 días de combustible y mucho menos a precios altos. “En algunos lugares, además de que hay poco, si se encarece el gasoil se va a encarecer el costo de la cosecha, con lo cual es muy complejo levantar una soja de 10 quintales”, dijo el dirigente rural.
Así, el dirigente concluyó advirtiendo que “todo esto hace que la incertidumbre sea fuerte” y que “si esto se prorroga en los días, la proyección de la campaña de trigo tampoco va a ser buena, porque los insumos van a estar muy potenciados y si el gasoil es un escollo más, se va a producir más incertidumbre todavía. Es un combo que no es alentador dentro de todas las complicaciones que tiene Argentina”.
Contratistas
Por su parte, los contratistas agrícolas también mostraron preocupación por los faltantes y la suba de precios en algunos casos, aunque, por el momento y con la situación actual, todavía no avizoran grandes complicaciones. En este sentido, el presidente de la Federación Argentina de Contratistas de Maquinaria Agrícola (FACMA), Jorge Scoppa, indicó que teniendo en cuenta este panorama y el actual avance de la cosecha (4,4% para la soja y 14,4% para el maíz) “todavía no podemos decir que hay máquinas paradas: ni tractores ni transporte”.
“El problema es que estamos en Argentina y cuando hay una alarma de un faltante, los argentinos salen a buscar y hacerse de stock. Es cierto que tenemos un problema energético y sabemos que hay un porcentaje que se importa y así se empieza a crearse. Está el problema, pero peligrar la cosecha todavía no. Hay que ver que va a pasar en los próximos días”, sostuvo Scoppa.
Por último, manifestó que “si mejoran las entregas no va a pasar nada” y agregó que esta campaña “no se va a gastar más combustible que el año pasado, sino que va a ser más o menos lo mismo porque la producción va a ser menor y va a haber menos granos que se va a transportar”, aunque indicó que ante los dos aumentos que se dieron en marzo del combustible “hemos tenido que ajustar las tarifas de nuestros servicios”.
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