El ministro de Agricultura, Julián Domínguez, afirmó hoy en rueda de prensa que el aumento de 2 puntos porcentuales de las retenciones a la exportación de harina y aceite de soja y el 1% al biodiésel hasta el 31 de diciembre del presente año, tiene como objetivo “cuidar a los consumidores y que no se perjudique a los productores argentinos”, a lo que definió como “la gallina de los huevos de oro”. Además, aseguró que las medidas “son temporales” y agregó que, “el presidente ha decidido la creación del Fondo Estabilizador Temporal del Trigo Argentino, cuya instrumentación y administración quedará a cargo de la secretaría de Comercio Interior, que constituirá un fondo fiduciario al respecto”.
Al turno de las preguntas, sin embargo, Domínguez declinó responder en qué medida ese fondo podría influir sobre el precio del pan. Señaló que la responsabilidad de su cartera es el precio del trigo y remitió la cuestión del precio del pan a la competencia de Comercio Interior, a cargo de Roberto Feletti. Hay que recordar que dicho fondo recibirá el dinero adicional que se recaudará con el aumento de las retenciones, que se calcula en unos USD 420 millones y con eso se va a subsidiar el precio de la harina con destino a las panaderías. Dicho fondo, según informó la cartera agropecuaria, tendrá como objetivo estabilizar el precio interno del grano mientras prevalezca la causa que impulsó su suba internacional.
Sobre el aumento de las retenciones a los subproductos de la soja, Domínguez precisó -y enfatizó- que la medida “alcanza a 11 empresas exportadoras del subproducto de la soja, de las cuales 8 representan 95% del total de las exportaciones”. Se trata de empresas que en la zona de guerra han debido dejar de operar, pero que pueden seguir haciéndolo en la Argentina, que es -dijo- “una zona de paz”. Hoy en un comunicado los integrantes de la Cámara de la industria Aceitera señalaron que el aumento de retenciones “es ilegal”, y las empresas no descartaron llevar el reclamo a la justicia.
“La decisión no afecta ni al productor de trigo, de maíz, de girasol, ni de soja”, comentó el titular de la cartera agropecuaria. Al respecto, agregó que el fondo se va a constituir únicamente con el aumento de las retenciones a los subproductos de la oleaginosa. “La economía de los más de 100.000 agricultores que los producen, no se verá afectada. Las alícuotas por retenciones de exportación de todos los granos se mantienen en los valores actuales”, señaló el funcionario.
Domínguez prefirió resaltar una suerte de concesión oficial: “Hemos decidido, con el propósito de captar los precios internacionales de esta coyuntura histórica, abrir los registros de exportación de cosecha 2022/23 por un total de 8 millones de toneladas de trigo que se suman a 2 millones de toneladas ya autorizadas”. Con esa decisión, explicó, “pretendemos dar previsibilidad a los productores para la próxima siembra de trigo y lograr un nuevo récord de producción. Aspiramos a que la cosecha 2022/23 sea un nuevo récord de producción en la Argentina”.
Consultado por Infobae si el gobierno descarta un nuevo aumento de retenciones y sobre la queja de la industria aceitera, que consideró ilegal el aumento del 31 al 33% de las retenciones sobre el aceite y la harina de soja, Domínguez dijo que el gobierno viene descartando el aumento de las retenciones sobre la materia prima “desde el primer día que asumí como ministro” y puntualizó que no se tocarán las retenciones al maíz, trigo, soja y aceite de girasol.
“Cada vez que se afectaron las retenciones la Argentina cayó en su intención de siembre. Queremos que el productor siembre”, señaló.
Fertilizantes
El origen de las medidas oficiales, sostuvo Julián Domínguez que está relacionado al impacto que está generando la avanzada militar de Rusia sobre Ucrania en los mercados de granos, especialmente por el aumento del precio del trigo, ya que ambos países representan en la actualidad el 28% del comercio mundial. Dicho conflicto bélico también provocó impacto en nuestro país, donde entre el 1º de febrero y la primera semana de marzo, el valor del cereal aumentó un 46%, pasando de $25.000 a $35.000 la tonelada.
En cuanto a la provisión de fertilizantes y fitosanitarios, el funcionario señaló que por razones previas al conflicto bélico por la invasión de Rusia a Ucrania tuvieron aumentos del orden del 35% y también mencionó gestiones ante el Banco Central y el ministerio de Desarrollo Productivo para agilizar la disponibilidad de divisas y los mecanismos de importación de estos insumos clave para la producción. “El productor argentino no captó el precio bélico y por otro lado tiene que asumir la nueva cosecha con precios de fertilizantes y fitosanitarios aumentados: por eso la decisión de adelantar la apertura del registro de exportación”, concluyó.
SEGUIR LEYENDO: