El aumento de las retenciones de la harina y aceite de soja que anunciará este viernes el Gobierno, pasando del 31% al 33%, afectará a los productores y no únicamente a quienes elaboran los productos industrializados. Así lo señalaron a este medio representantes del sector primario y economistas del agro. Esta posición es diferente a la expresada por algunos funcionarios nacionales.
El efecto negativo para los productores sería que como las industrias van a tener que pagar más impuestos por la exportación de los subproductos, habrá un menor margen para pagarle a los productores por su mercadería. Así lo señaló a este medio, el economista jefe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), David Miazzo, quien sostuvo que la caída en el poder de compra se estima en USD 15 por tonelada.
“Sería esperable que el precio pagado al productor baje cerca de 15 dólares. Si me preguntan si esto va a tener un impacto negativo que haga que la producción caiga, no lo sería necesariamente porque se da en un contexto de suba de precios, pero hace que un potencial margen baje y eso la desincentive. Eso es seguro”, agregó. La baja del precio que enfrentarán los productores por los cambios en las retenciones a los subproductos de la soja, llega en un aumento donde la sequía impacta en la actual campaña de la oleaginosa, pero especialmente con notorios incrementos en los costos, tanto en fertilizantes como en fitosanitarios, y también en el rubro de fletes y labores medidos en dólares.
Las expresiones de Miazzo son contrarias a lo que plantean funcionarios nacionales que aseguran que el incremento de las retenciones no afectará a los productores. Al respecto, el economista señaló: “¿Por qué si siempre estuvieron en contra porque los perjudicaba, ahora que lo sacamos los perjudicaría? Eso es parte del relato que se vende. O sea, que las cosas que se hacen son buenas e intentar que la medida no sea leída como negativa, aunque sea mentira”.
“Sería esperable que el precio pagado al productor baje cerca de 15 dólares. ¿Esto va a tener un impacto negativo que haga caer la producción? No necesariamente, porque se da en un contexto de suba de precios, pero hace que un potencial margen baje y eso la desincentiva. Eso es seguro” (Miazzo)
Por su parte, Javier Treboux, economista de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), coincidió con Miazzo en relación a que suba de las alícuotas de retenciones provoca que la industria pierda capacidad de compra, y esto repercute en el productor con menores precios a los que van a poder colocar su cosecha. “Todas las explotaciones agrícolas tienen diferentes estrategias comerciales: algunos ya han ido fijando precios a través de negocios forwards, pero estamos llegando a cosecha con un universo muy importantes de mercadería con precios sin fijar todavía”, dijo en declaraciones a este medio.
Además, señaló que las compras totales de la industria de exportación todavía no alcanzan los 10 millones de toneladas de las 40 que se espera cosechar. De estas 10 millones, aproximadamente un 75% es con un precio a fijar. Por eso, hay un gran volumen de mercadería que llegando a la cosecha todavía no tiene precio. En ese sentido, el representante de la BCR explicó que esto significa que con una menor capacidad de compra, que repercuten en menores precios en en el mercado interno y teniendo en cuenta que mucha mercadería de los productores que no tiene precio de venta, los resultados o los márgenes de la cosecha se encuentran finalmente abiertos a los nuevos precios. “Este es el efecto mas inmediato y visible hasta el momento”, agregó.
La opinión de los dirigentes
El vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Gabriel Raedamaeker, también opinó sobre el impacto que tendrá la medida que anunciará el Gobierno en las próximas horas, junto a un paquete de políticas para bajar la inflación que en febrero pasado alcanzó el 4,7%.
“Este diferencial en las retenciones es una prerrogativa que tiene la industria para que los productores le paguemos esa diferencia que utilizan para generar estructura productiva industrial. Al desaparecer, es evidente que la estructura de costos de la industria tiene un cambio. Va a tener un porcentaje que no va recibir en el precio. Lo que en otros países debería volver como reintegro a la exportación, la industria lo tiene aquí como un traspase que la hace el eslabón productivo al industrial”, precisó el dirigente.
A su vez, recordó que la dirigencia siempre expresó que el diferencial “no debe existir”, pero sostuvo que su eliminación debe estar acompañado de una baja de las retenciones a la soja: “Si lo analizamos en Alicia en el País de las Maravillas, teóricamente esa desaparición del diferencial no debería repercutir en los productores, pero la industria disminuye el precio que le paga al productor y con eso se cubre”.
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