“Una aplicación de retenciones móviles sería una declaración de guerra contra el campo”, dijo hoy Jorge Chemes, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas, CRA, en declaraciones radiales.
Luego de rumores de que el gobierno de Alberto Fernández podría a volver a subir los derechos de exportación del trigo y el maíz, el campo entró en alerta y ayer la Mesa de Enlace, de la que es parte CRA, manifestó en un comunicado su rechazo a cualquier intención de modificar el actual esquema, y advirtió que “no hay ningún margen para que sigan expoliando a los productores”.
“Cada 100 pesos que se exporta, al productor le llega nada más que 30. Si se aumenta la carga impositiva sobre los derechos de exportación, quien más sale beneficiado es el Estado”
“El aumento del precio de las commodities es lamentable que ocurra por una guerra y no por una cuestión normal de los mercados. Se le hace difícil al gobierno no tentarse en echar mano nuevamente a las arcas de lo que produce el sector agropecuario a través de las retenciones. Cada 100 pesos que se exporta, al productor le llega nada más que 30. Si se aumenta la carga impositiva sobre los derechos de exportación, quien más sale beneficiado es el Estado. Sería un pasó más en la equivocación de las políticas de Estado hacia el campo porque significaría una presión impositiva mayor sobre la rentabilidad que ya está diezmada en el sector y muchas producciones entrarían en estado de quiebra”, le dijo Chemes al programa Dato sobre dato, en Radio Milenium.
Chemes agregó, luego de hablar de “declaración de guerra”, que si eso pasa deberán defenderse con medidas más duras. “No quiero hacer un llamado al conflicto, sí creo que todo tiene un límite y las retenciones móviles son una de las medidas más negativas que podría generar esta situación negativa para el campo”, dijo.
El dirigente ruralista afirmó que en la cabeza de muchos funcionarios se piensa en esto equivocadamente y si lo hacen lo único que van a generar es mayor conflicto, menor inversión y van a lograr una retracción de la inversión porque la desconfianza en el productor va a hacer que siembre menos.
“Estas diferencias dentro del gobierno la vivimos con mucha preocupación y se la hemos manifestado a Julián Domínguez. En las reuniones conversamos siempre determinadas cosas que en los hechos no terminan siendo así. Que un ministro anuncie algo que después el otro ministro termina desmintiendo, muestra claramente la disidencia interna que hay en el gobierno y esto alimenta la desconfianza porque no sabemos quién prevalece en esas disputas por diferentes decisiones”.
En el campo creen que el fideicomiso anunciado de manera oficial para el sector, funciona igual que las retenciones porque transfiere recursos del sector productor al sector industrial.
“Con todo este tipo de herramientas, el gobierno equivocadamente piensa que puede llegar a solucionar el problema de los precios para la mesa de los argentinos. Si el Gobierno incentiva la producción a través del alivio impositivo, esa es la mejor medida y la más rápida. El productor, al verse incentivado, va a aumentar la producción, va a haber mayor abastecimiento en el mercado interno y mayor saldo exportable para generar divisas para el país. El Gobierno no lo entiende así porque ideológicamente tiene desconfianza y piensa que somos avaros crónicos y lamentablemente deja de ver esta posibilidad que sería una gran solución y que se lo venimos diciendo desde hace mucho tiempo. La ideología no les permite ver la realidad de la situación y terminamos en medidas intervencionistas que generan desconfianza en el productor y al no haber inversión no hay crecimiento y no hay desarrollo”, afirmó Chemes
Comunicado de la Mesa de Enlace
En el comunicado de ayer, la Mesa de Enlace aseveró que “no hay ningún margen para que sigan expoliando a los productores”.
Además, plantearon su rechazo a cualquier otra intervención en los mercados, como viene sucediendo con la carne vacuna, el trigo y el maíz. Según los presidentes de las entidades agropecuarias, las medidas que lleva adelante el Gobierno “no solucionan ninguno de los problemas existentes, no combaten la inflación ni la pobreza; por el contrario, suman malestar y perjudican a los productores agropecuarios, y traerían consecuencias negativas, porque van en contra de todo lo que se necesita: una mayor producción, más inversión y más trabajo”.
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