La enclenque situación económica que vive el país hace ya varios años llena de incertidumbre a todos los sectores productivos del país. Pero no solamente los desbarajustes de la macro hacen mella en las diferentes actividades, sino que el cambio constante de las reglas de juego por parte de la política provoca que esa inestabilidad crezca a niveles poco soportables para los empresarios, en especial en el campo.
A esto debe sumarse una variable no manejable, como lo es el clima. La falta de lluvias golpeó de una manera muy contundente al sector agropecuario, con considerables recortes en las estimaciones de producción y daños en los cultivos irreversibles en muchos casos. La contraparte “positiva”, si se puede decir tal cosa, es la suba de los precios internacionales como consecuencia directa de estas mermas, lo cual podría, en algunos casos, compensar la caída productiva.
No obstante, los productores no creen que eso sea así. Según la encuesta Agbarometer realizada por el Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, el 68% de los agricultores consideran la “situación como desfavorable y muy desfavorable con impacto muy probable sobre los rendimientos”. Tal es así, que a pesar de este nivel histórico en los precios de los commodities granarios, un 50% de los productores piensa que los resultados económicos serán inferiores a los del ciclo anterior, mientras que un 32% entiende que se compensarán los menores rendimientos con esta suba en los valores y solamente un 18% cree que obtendrán mejores resultados que en el ciclo anterior.
Sin embargo, esta suerte de negatividad o realismo, según cómo se lo quiera mirar, no es tal en otros aspectos. Por ejemplo, el estudio realizado sobre un universo de 406 productores cuyo valor bruto de producción es igual o mayor a USD 200.000 que sirve para desarrollar un índice que mide la confianza del sector, mejoró en un 14% en enero respecto al relevamiento de noviembre del año pasado - aunque todavía se mantiene en territorio negativo -, como así también lo hicieron las “condiciones presentes” y las “expectativas futuras”.
Así también se produjo una mejora en las intenciones de inversión. La encuesta arrojó que el 60% de los productores encuestados que este “era un buen momento para realizar inversiones”, revirtiendo la respuesta de dos meses atrás en la que el porcentaje de respuestas positivas era del 40%. No obstante, las razones que harían que los productores decidan hacerlo no corresponden a buenas expectativas, sino a la necesidad de desprenderse de los pesos.
“Las decisiones positivas de inversión se basan más en factores coyunturales como dolarizar las tenencias en pesos (previendo mayores devaluaciones) o aprovechar tasas de interés negativas (que seguramente desaparecerán en el corto plazo), que en fundamentos más sólidos, como expectativas de rentabilidad. Todo esto se da en contextos de permanente inflación y pérdida del valor del peso argentino”, explicó la entidad educativa.
Así, la gran mayoría de los casos relevados opina que “se debe evitar la tenencia de pesos argentinos debido al constante deterioro de su valor a lo largo del tiempo”, mientras que “otro argumento de peso es que las maquinarias tienen sus precios a dólar oficial. Con una brecha cambiaria del 100% con relación a la cotización de los dólares legales alternativas, posicionarse en bienes de capital constituye una buena alternativa para dolarizar sus tenencias en pesos”, explicó el trabajo.
Acuerdo con el FMI
Uno de los principales puntos que mantiene en vilo a la economía argentina es terminar de cerrar un acuerdo por la deuda de USD 57.000 millones tomada por el gobierno de Mauricio Macri con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Tras dos años de negociaciones, el presidente anunció el 29 de enero que se había alcanzado un entendimiento, el cual debe pasar por el Congreso.
Al respecto, el 62% de los productores piensa que se logrará un acuerdo definitivo con FMI luego de su tratamiento en el Congreso Nacional, mientras que un 13% considera que no se aprobará dicho acuerdo y, un 25%, no sabe cuál será el desenlace, según detalló la encuesta.
Ahora bien, en caso de no lograrse el tan mentado acuerdo, un 79% de los empresarios agropecuarios consultados piensa que habrá una caída considerable en el nivel de actividad económica y un 91%, que aumentará aún más la inflación en línea con el aumento del tipo de cambio oficial. Como resultado de las variables anteriores, un 74% piensa que caerá la rentabilidad del sector agropecuario.
“Teniendo en cuenta los vencimientos de deuda a afrontar en el mes de marzo 2022, para los cuales la Argentina no cuenta con los recursos para afrontarlos, se caería en un default con consecuencias tremendamente negativas para el país”, explicó el trabajo de la Universidad Austral y remató: “Esto quiere decir que hay confianza en que se evitará entrar en cesación de pagos con todas las posibles consecuencias negativas que podría producir en caso de no ser aprobado”.
SEGUIR LEYENDO: