Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) reflejó que en la zona núcleo la producción de soja podría llegar a los 12,4 millones de toneladas, un 30% menos de lo que se proyectaba al inicio de la campaña y se transformará en la producción más baja de los últimos 14 años. La explicación es la fuerte sequía que afecta a los diferentes campos de la región.
Por otro lado, en relación a lo que estimaba en materia de cosecha hace tres semanas, las 12,4 millones de toneladas actuales representan un recorte de 1,4 millones de toneladas, y a esto se agrega que el 55% de la soja sembrada en la región núcleo, se encuentra en condiciones regulares a malas, y los especialistas de la entidad señalaron que es muy probable que sigan los ajustes negativos en las proyecciones. Además, se informó que hasta el momento son 2 millones de hectáreas las que se encuentran en un estado regular, y 670 mil hectáreas en malas condiciones, las cuales ya se consideran perdidas.
En octubre pasado, al momento de comenzar la presente campaña de soja, el horizonte productivo se posicionaba en 17,7 millones de toneladas, y pese a que la siembra de la oleaginosa fue la más baja de los últimos ciclos, el alto nivel tecnológico aplicado al cultivo apuntalaba la posibilidad de alcanzar rendimientos en torno a los 40 quintales por hectárea. “La estimación realizada esta semana da por el piso estos números”, dijeron los técnicos de la BCR, ya que la siembra fue de 4,5 millones de hectáreas, y el rendimiento estimado se ubica en 29 quintales por hectárea. “El presente ciclo junto al 2008/09 marcan los dos mayores desastres productivos de Argentina de los últimos 15 años”, agregaron.
Son 2 millones de hectáreas las que se encuentran en un estado regular, y 670 mil hectáreas en malas condiciones, las cuales ya se consideran perdidas
Además, precisaron que pese a las precipitaciones, el área con reservas escasas y sequía ha vuelto a expandirse y ya alcanza al 70% de la zona núcleo. Ahora bien, para revertir estas condiciones y torcerle el brazo a la sequía en el norte de la región, los especialistas sostienen que se necesitan entre 100 a 400 milímetros.
En ese sentido, el relevamiento de la BCR mostró que se duplicaron los cuadros en condiciones malos y subieron los regulares pese a las lluvias: de un 7% pasó a un 15% el área de soja de primera mala y de 38% a 45% la regular en los últimos 7 días. “Y como suele pasar en estas campañas, hay una enorme variabilidad de condiciones de soja de primera, especialmente en el sur de Santa Fe”, explicaron desde la entidad.
Regiones
vEn la provincia de Santa Fe, existen zonas aisladas, como islas beneficiadas por un extra de milímetros en extensas zonas castigadas por la falta de agua. Uno de esos casos son los distritos de El Trébol y Carlos Pellegrini Cañada Rosquín, donde los rendimientos llegarían a los 40 quintales por hectárea. todo lo contrario sucede a pocos kilómetros de dicho lugar, donde en Cañada Rosquen los rendimientos caerían un 40% por el mal estado de la oleaginosa.
La contracara es el noroeste de la provincia de Buenos Aires, donde en General Pinto la soja se encuentra en muy buenas condiciones y con proyecciones de rendimientos en 35 quintales por hectárea
A todo esto, en los alrededores de Rosario, la altura del cultivo no supera los 40 centímetros: “Si llueve puede recuperar algo de peso, pero la ganancia va a ser muy poca. Otros podrían tener alguna reacción y mejorar el número de chauchas, pero en muchos otros, nada”, comentaron los técnicos, y agregaron que los rendimientos podrían ubicarse entre 17 a 25 quintales por hectárea.
Por el lado de la provincia de Buenos Aires, la zona de Rojas necesita al menos entre 30 a 40 milímetros para evitar que se profundice la merma en los rendimientos, ya que el 70% de los lotes se encuentran en una condición de regular a mala. La contracara es el noroeste de la provincia de Buenos Aires, donde en General Pinto la soja se encuentra en muy buenas condiciones y con proyecciones de rendimientos en 35 quintales por hectárea de promedio, aunque el rinde fluctuaría entre 22 a 48 quintales por hectárea.
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