Luis Andrusyszyn, es un productor yerbatero y forestal de 57 años que vivió toda su vida trabajando en el campo familiar en la localidad de Apóstoles, en Misiones. Murieron sus plantas de yerba mate por falta de agua frente a una sequía nunca vista que se extiende desde septiembre de 2021: hoy hace un llamado de auxilio a las autoridades nacionales y provinciales, ya que debe elegir entre pagar sus impuestos o darle de comer a su familia.
Con unas 75 hectáreas ubicadas en el sur misionero, los incendios de campos y temperaturas de hasta 44 grados aniquilaron la totalidad de sus plantas de yerba mate, las cuales deberá ahora aguardar hasta cinco años para vuelvan a crecer, también perdió la mitad de su producción forestal y también la gran mayoría de sus 300 colmenas, muchas de ellas por incendios. No cuenta ya con pastura para sus animales, y admite que deberá mal vender buena parte de su hacienda para que la otra pueda comer.
“Si el Estado no concurre en este momento de sequía en el Litoral, a ayudar a la gente de campo, será muy grave. Ahora nos toca a nosotros que nos salven”
“Es doloroso cuando hay que pagar los impuestos y no se tiene la plata”, admitió Luis en diálogo con Infobae desde Apóstoles. “Hoy el Estado está ausente, cuando saben llevarse más del 60% de nuestras ganancias en impuestos. Así el Estado participa en las ganancias pero no en las pérdidas. Hoy no hay con qué pagar los impuestos. Y esta será una decisión que deberemos tomar los productores de manera colectiva, hay leyes que nos amparan. Al menos necesitamos dejar de pagar impuestos por uno o dos años”, agregó.
Su pedido no resulta un capricho. Luis reconoció que tiene dos hijos en la universidad, uno por terminar la carrera de abogacía y otro que comenzó medicina, y “es doloroso decirle a un hijo que no tengo para pagarle los estudios”, expresó. Y agregó: “En Misiones, hay monotributistas dedicados a la producción en chacra que no van a poder pagarlo. Allí van a tener que elegir si pagarle al Estado o darle de comer a su familia, como en mi caso. Si el Estado no concurre en este momento de sequía en el Litoral, a ayudar a la gente de campo, será muy grave. Ahora nos toca a nosotros que nos salven. No se pueden hacer los distraídos. Hay que ayudar a la gente que produce y trabaja en el campo”.
Con casi seis décadas de vida, Andrusyszyn reconoce que nunca en Misiones se vivió una sequía de este tipo, la cual se extiende desde septiembre de 2021, con algunas lluvias muy puntuales y que ayudaron poco para revertir la situación de seca. Por las infrecuentes altas temperaturas, que durante enero pasado el sol llegaba a quemar el cuero de los vacunos hasta dejarlos sin pelo en sus lomos, ya perdió la totalidad de sus plantas de yerba mate, y toda su cosecha de hoja verde. Con plantas que debe reponer y que van a requerir cerca de un lustro para que vuelvan a dar producción.
Miel y ganadería
En sus 75 hectáreas vivió la quema de unas 80 colmenas, y la pérdida de la mayoría de las 300 que tenía distribuidas en su campo. “No vamos a tener producción de miel este año”, aseguró. Por otro lado, sin forraje disponible a poco de ingresar en el otoño, el productor sabe que deberá mal vender buena parte de su hacienda para obtener fondos necesarios para alimentar a los que le queden dentro de su tranquera. “Esta semana ya se complicó más el tema del ganado. Las vacas necesitan comer y no tenemos. Es acuciante. Nos vamos a tener que deshacer del ganado, a precios muy bajos, ya que con la emergencia muchos van a mal vender. Vamos a tardar muchísimo en recuperar el plantel vacuno. Por más que el pastoreo mejore el año próximo, no vamos a poder comprar vacas”, dijo el productor misionero.
“Hasta ahora la ayuda oficial que recibimos no alcanza. En Misiones hay muchas promesas de forraje y de ayuda económica, pero ofrecen créditos que nos van a enterrar más, debido a que lo que necesitamos es financiamiento a tasa cero. Entre mis vecinos, nadie recibió nada. Promesas y palabras, pero nada para el productor que perdió todo”, señaló Luis en relación a la asistencia que están recibiendo por parte del Estado nacional en la zona del litoral.
Por último, el productor reiteró su preocupación por el momento personal y familiar que tiene que atravesar: “Tengo chicos en la universidad, uno al que le falta poco para ser abogado y el más chico que ingresó en medicina, no sé qué va a pasar. En la familia no sabemos de donde sacar guita. No hay yerba para vender y se secó la forestación. Duele muchísimo decirle a mis hijos que no tenemos para pagar la universidad porque estoy en bancarrota. No vamos a tener mil. Se secó todo. Vamos a tener una decadencia económica muy fuerte. A lo que se gastaba hay que reducir todo en un 40 al 50%”, concluyó.
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