La sequía y la ola extrema de calor que afectaron al grueso del territorio nacional hace tan solo unas semanas no solo representó un serio problema para los agricultores y ganaderos por las pérdidas y mermas en la calidad de los diferentes productos, sino que también tuvo y todavía tendrá impacto en los precios de los alimentos, sobre todo en aquellos que son altamente perecederos.
La falta de lluvias y las temperaturas superiores a 40 grados que se vivieron durante la primera quincena de enero fue un duro golpe para el grueso de las actividades agropecuarias. Si bien por su importancia económica los recortes productivos en el maíz y la soja tomaron el centro de la escena, el calor extremo generó serios problemas en producciones hortícolas, afectando de especial manera a las verduras produciendo considerables mermas en los volúmenes cosechados y la calidad de los cultivos.
Esto repercutió en las góndolas, con alzas contundentes de los precios, que en algunos casos llegaron a límites irrisorios: tomate a por encima de los entre los $200 y $300 (dependiendo el lugar puede superar los $400), el kilo de morrón rozando entre los $300 y $400 y la lechuga tocando, en algunos casos precios entre los $400 y 500 pesos. Por el lado de la frutas, hace ya un tiempo que los valores que paga el consumidor se encuentran altos, pero podría agravarse por las cuantiosas pérdidas en la producción de peras y manzanas por heladas tardías, mientras que por las lluvias de los últimos días, no se puede ingresar a los campos de papa, por cual no se las puede recolectar, generando problemas de abastecimiento.
La lista no queda ahí. Según un informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), la situación de la producción de ajo, cebolla, duraznos, ciruelas y damascos en Mendoza es crítica por heladas tardías, al igual que la del tabaco en Salta y la de yerba y té en el NEA por falta de agua. La lista continúa, lo que da un panorama de que por cuestiones climáticas, ya sea calor, sequía, heladas, inundaciones o granizo, las economías regionales no pasan por su mejor momento productivo, y eso se siente en el bolsillo de los consumidores.
“En todos los productos, ya sea por la sequía, las altas temperaturas o los incendios, entre otras dificultades climáticas van a traer un problema de calidad y una merma de producción y, por ende, un retoque en los precios”, indicó a Infobae el director de Economías Regionales de CAME, Pablo Vernengo, quien presentó un detallado estado de situación de las diferentes actividades.
Por supuesto que los problemas productivos no son el único factor que impulsa los precios al alza, sobre todo en un país como Argentina, donde existe un constante aumentos de costos, una inflación que no cede y una brecha cambiaria que supera el 100% entre la cotización del dólar. No obstante, estos aumentos, que generalmente son momentáneos, “hay que ver si el mercado los convalida, porque hay una caída muy fuerte del poder adquisitivo”, indicó Vernengo
Verdura
Una de las economías regionales más dañadas por la sequía, pero sobre todo por la ola de calor extrema, fue la hortícola. El golpe fue directo y homogéneo: daño cultivos en todas las provincias afectadas por las altas temperaturas, tanto las producidas al aire libre como en invernadero. Pero la peor parte se la llevaron las verduras de hoja, como la lechuga, que literalmente fue “quemada” por el sol, produjo importantísimas mermas y encareció considerablemente su precio.
En diálogo con Infobae, el presidente de la Asociación de Productores Frutihortícolas y Afines de General Pueyrredón, Ricardo Velimirovich, sostuvo que las altas temperaturas “provocó que se hayan quemado parte de la verdura de hoja en plena temporada productiva, como estamos ahora”. De esta manera, todo lo que no pudo ser regado, con 40 grados de calor y un sol incesante sin ningún rastro de agua, pasó a “perderse totalmente”.
Todo esto generó faltantes, lo cual motivó alzas muy fuertes en los precios al productor y al consumidor. Según el dirigente empresario hace solo dos semanas se le pagaba al productor 20 pesos por kilo, mientras que hoy ese precio ronda los 90 pesos. O sea, más que se triplicó. Respecto a otras verduras, como los tomates y morrones, que se producen en invernadero, sí tuvieron acceso al agua, pero lo que no pudieron evitar fue el calor. “Eso provocó que maduren en masa los tomates y después provocó que haya faltantes”, además de un aumento en los costos ya que se tuvo que aumentar las horas de riego para mantener las plantas hidratadas.
Hoy el cinturón hortícola marplatense está proveyendo de verdura ya no a las ciudades cercanas, sino a provincias tan distantes como Misiones, debido a las mermas productivas en vastas zonas del país. No obstante, Velimirovich entiende que pronto se normalizará la situación. ¨La normalización puede venir en 30 días, pero estimamos, después de hacer una recorrida por los campos, que en 15 días se puede empezar a normalizar. Hay que replantar todo y empezar de nuevo”, agregó el dirigente.
El drama del Alto Valle
Por su parte, Vernengo alertó sobre la situación preocupante de la producción de peras y manzanas en el Alto Valle del Río Negro. A diferencia de la yerba, el té, o las verduras, no fue el calor el que hecho a perder gran parte de los cultivares, sino que fueron las heladas tardías de hace algunas semanas, que dañaron gran parte de la fruta y que provocó que gran parte se eche a perder. “Va a haber una merma de entre el 30% y el 40% en peras y manzanas y eso va a repercutir en el mercado interno en forma considerable”, remarcó el referente de CAME.
Para Nicolás Palmieri, productor de la zona, las pérdidas pueden llegar a escalar al 50% y puso de relieve que “la situación es crítica, de emergencia. Las heladas tardías hicieron mucho daño en la producción, particularmente en peras. Hubo temperaturas de 5 o 6 grados bajo cero y es muy difícil poder defenderte de esa temperatura. Hoy está faltando entre el 40% y el 50% de la producción”.
Por último Palmieri ve con preocupación no está cosecha, si no la próxima ya que los productores afectados por la helada “tiene ingresos cero y es por eso es que la situación ante una helada es mas critica que el granizo, porque si bien la fruta queda afectada por las piedras y no se puede comercializar, puede ir a la juguera y puede haber cierto retorno. Es ahí donde la situación en el Valle se pone muy compleja. Vino gente de Tucumán a trabajar en la cosecha y ya se fue, porque no hay que cosechar”.
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