En el centro de la provincia del Chaco, los productores padecen la inseguridad rural. Son víctimas de robos en sus establecimientos, abigeato y también la faena de sus animales en pleno campo. Hasta se turnan entre vecinos para hacer rondas de vigilancia en los caminos rurales. Frente a dicha problemática, reclaman mayor seguridad y también la instalación de Fiscalías que atiendan específicamente los delitos rurales en zonas de altos casos delictivos, como son los departamentos de Presidente Roque Sáenz Peña y 25 de Mayo. Desde el sector primario, reclaman “decisión política” para frenar el delito.
Uno de los afectados por los robos y faenas fue en los últimos días el productor ganadero Carlos Guullar, que tiene su campo en Paraje Napalpí, en 25 de Mayo, quien aseguró a Infobae que los delitos contra los productores en la zona centro de Chaco no cesan, y además se incrementan día a día y los mismos son violentos. También indicó que el centenar de policías rurales en la zona no alcanza para vigilar más de 12.000 kilómetros cuadrados de campos.
“La situación es muy angustiante y preocupante en la zona del Centro del Chaco. Me carnearon y trocearon siete terneros. Alarmados por el patrullaje de un vecino, dejaron toda la carne en el campo antes de escapar. Hoy me tocó a mí, pero hay más de setenta denuncias al menos de hechos similares en esta región”, señaló Guullar, a quien en los últimos días le faenaron en su campo seis terneros, pero al ser descubiertos los delincuentes no pudieron llevarse nada y se escaparon por la parte de atrás del campo.
Y agregó que “esta cantidad de vacunos faenados en un campo sin duda terminan en una carnicería. Son unos 80 kilos de carne por animal. Sabemos que la policía hace bien su trabajo: se juegan el pellejo en cada procedimiento, recorren montes y ponen el pecho, y si detienen a alguien son liberados, y a los tres o cuatro días vuelven a lo mismo. Esto es pura y exclusivamente decisión política. Sin jueces corruptos y garantistas, que liberan, el problema va a crecer”.
Guullar afirmó que “todo el mundo sabe que en los pueblos de la zona hay cien por ciento de efectividad en este tipo de delitos. Esto es porque faltan controles. No hay detenidos ni condenados por delitos rurales. Los que son detenidos por un artilugio legal salen bajo fianza”.
Policía
Ante la consulta sobre la actuación de la policía, el productor chaqueño comentó que “la policía rural en la zona sabemos que está desmadrada y quebrada, sin recursos humanos y sin equipos. Son unos 110 efectivos para cubrir un área de 120 kilómetros de largo por otros 90 de ancho. Por ello hoy los vecinos hacemos patrullaje de campos que tienen una extensión de 50, 100 y 150 hectáreas para defender lo poco que tenemos”.
Guullar aseguró que aún resta que se cumpla la última promesa oficial realizada en las pasadas elecciones legislativas de instalar dos nuevas fiscalías rurales en Machagai y otra en Roque Sáenz Peña. “Sabemos que esto es pura decisión política y que no habrá delito cero. Pero la angustia del productor es mucho más dañina que el perjuicio económico que pueda tener”, dijo.
“Hoy en los Juzgados y Fiscalías del Chaco hay entre 200 y 500 casos. Allí se impone la necesidad de atender casos de homicidio o drogas, por lo que las causas de delitos rurales son, con el tiempo, archivadas. Sabemos que hay cientos de denuncias rurales que están dentro de un cajón, y allí se quedan. Y por ello las causas del abigeato son muy lentas y se duermen. A la Justicia ordinaria en el Chaco le interesa muy poco resolver este tipo de cuestiones”, concluyó el productor de Napalpí.
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