En medio de numerosos cuestionamientos de productores autoconvocados a la dirigencia del campo que se escucharon esta mañana en la Asamblea de Armstrong, provincia de Santa Fe, los integrantes de la Mesa de Enlace hicieron autocrítica. Además, plantearon un cambio de rumbo frente a los pocos avances que se consiguieron hasta el momento en la búsqueda de soluciones a los problemas del sector ante el Gobierno nacional.
“Recibimos mucha bronca. Me parece que esa bronca y eso que sienten los productores también lo que nosotros tenemos que pedir por lo que no hicimos, es disculpas y no sentimos vergüenza en pedirlas”, señaló en el momento final de la asamblea el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino. Y agregó: “Evidentemente hemos hecho cosas que no satisfacen las necesidades de ustedes”.
A todo esto, el presidente de Confederaciones Rurales Argentinas, Jorge Chemes, sostuvo que “Tenemos que ir a más contundencia y más fuerza en el accionar. A eso vamos a tener que ir, porque lo hecho hasta ahora no dio resultado”. A lo que Carlos Achetoni, máxima autoridad de Federación Agraria, convocó a la unidad de todos los productores, y les reclamó mayor compromiso al momento de acompañar los reclamos del sector. A dichas expresiones, la respuesta de Juan Monin, productor del norte del país, afirmó: “Es la hora de mostrar los dientes. Ustedes convoquen, que de la calle nos ocupamos nosotros”.
Una señal de esa falta de apoyo de la que mencionaron los dirigentes del campo, fue la escasa concurrencia a la asamblea, donde no hubo más de 250 productores. Se esperaba más concurrencia teniendo en cuenta el momento de tensión que hay en la relación del campo con el Gobierno de Alberto Fernández. En ese sentido, Martín Vivanco, productor del norte de la provincia de Buenos Aires, dijo: “Sólo protestamos cuando nos aprietan los zapatos”. Además, reclamó que haya un mayor aporte económico de los productores al funcionamiento de las entidades.
En la autocrítica realizada por los dirigentes surge que con su accionar los resultados de las gestiones que se llevaron adelante, no fueron suficientes para hacer frente a la problemática del sector. Se mantuvieron las retenciones, el comercio de productos agropecuarios se llenó de cepos e intervenciones, y las condiciones económicas de los productores se fueron complicando, por el efecto del aumento de los costos dolarizados, la inflación, el desdoblamiento cambiario y la presión impositiva.
Críticas a Coninagro
Esta semana ante la imposibilidad de conseguir medidas concretas del Gobierno para el campo, Confederaciones Rurales Argentinas, Sociedad Rural Argentina y Federación Agraria Argentina decidieron renunciar al Consejo Agroindustrial Argentino (CAA), un espacio conformado por más de 60 entidades de la cadena agroindustrial. Mientras tanto, la restante entidad de la Mesa de Enlace, Coninagro, anunció que continuará. Y eso generó hoy en Armstrong un fuerte rechazo de los productores autoconvocados.
Lucas Magnano, Consejero de Coninagro y dirigente de una cooperativa agrícola de Santa Fe, fue el que enfrentó las críticas, ante la ausencia de Carlos Iannizzotto y Elbio Laucirica, presidente y vicepresidente respectivamente de la entidad. Muchos productores reclamaron la expulsión de Coninagro de la Mesa de Enlace, ya que la consideran funcional a los intereses del Gobierno y de sectores más concentrados de la cadena agrícola.
Ante este planteo, Magnano sostuvo que trasladaría al seno de Coninagro las diferentes inquietudes que se plantearon en la asamblea, para que las mismas sean analizadas y discutidas para luego definir las acciones a seguir.
Nuevo rol
En este compromiso que asumió la dirigencia de la Mesa de Enlace de profundizar el reclamo ante el Gobierno, los principales desafíos serán sumar a los productores a dicha tarea para que el reclamo tenga más potencia, y corregir los problemas de la ganadería, con un cepo a la carne que continúa hasta el 31 de diciembre del año próximo.
En relación a la agricultura, los problemas pasan por los efectos de la presión impositiva y la vigencia de las retenciones, limitaciones de las exportaciones de trigo y maíz, y la brecha cambiaria que genera complicaciones a los márgenes de los productores, que comercializan sus granos al dólar oficial pero abonan sus insumos al valor del dólar blue. Además, hay preocupación por el avance de la sequía, con daños severos en los cultivos.
Un párrafo aparte a la crisis de las economías regionales que ya lleva varios años de duración. A la asamblea de Armstrong se movilizaron productores del norte de nuestro país y de otras regiones, donde las mismas tienen una fuerte incidencia.
“Nos hace falta la unidad de todos los productores”, dijo el presidente de FAA, Carlos Achetoni. “Tenemos que conversar y no pelearnos entre nosotros”, planteó un productor autoconvocado. Entre ambas estructuras se construyen las bases del reclamo que se viene. El tiempo dirá, si el mismo da resultados.
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