El crecimiento de la pobreza en Argentina es un proceso que ya lleva varias décadas casi ininterrumpidamente, con algunos períodos de mejora, pero que en los últimos cinco años se han agravado de manera considerable, en especial con la pandemia de coronavirus. Así, un país agroexportador que produce comida para 400 millones de personas, tiene a más del 10% de su población viviendo en un contexto de inseguridad alimentaria grave.
Así lo demuestra el último Panorama Regional de la Seguridad Alimentaria y Nutricional para América Latina y el Caribe realizado por la Organización de las Nacionales Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés). Allí, el organismo internacional señaló que entre 2018 y 2020, 5,7 millones de personas en el país se encontraban en un estado de inseguridad alimentaria grave. Básicamente, esto quiere decir que el 12,6% de la población nacional pasa sin comer uno o más de un día por no poder acceder a los alimentos de manera suficiente.
La gravedad de esta situación se da en el salto exponencial que tuvo la cantidad de gente en situación de inseguridad alimentaria en los últimos cinco años. Según la FAO, en Argentina ese número se duplicó hasta la actualidad, ya que en el período 2014-2016 se contabilizaban 2,5 millones de personas con problemas graves para poder contar con una alimentación adecuada, o sea, el 5,8% de la población en dicho momento.
Si bien este es un problema que se dio en el contexto regional, lo preocupante es que Argentina lo hizo en un nivel superior, por encima de lo registrado en Sudamérica y en toda Latinoamérica y el Caribe. Por ejemplo, en América del Sur, la proporción de habitantes en una situación de inseguridad alimentaria pasó del 6% al 9,8%, mientras que en Latinoamérica y el Caribe creció del 8,1% al 11,3%. Dicho de otra manera, el incremento de Argentina con gente en este estado de vulnerabilidad no se dio en todo el continente.
Si se le suman a la cuenta el porcentaje de habitantes con inseguridad alimentaria moderada, el número crece aún más. En 2014-2016, el 19,2% (unas 8,3 millones de personas) se encontraban en dicha situación. Hoy acapara el 35,8% (16,8 millones). Estos números encuentran mayor correspondencia con la región: en Latinoamérica y el Caribe es del 34,8% y en Sudamérica es del 33,1%.
La región
Abriendo el panorama, el informe hace especial hincapié en toda la región. En este escenario, la FAO planteó que en tan solo un año, y en el contexto de la pandemia de Covid-19, el número de personas que viven con hambre en Latinoamérica y el Caribe aumentó en 13,8 millones, alcanzando un total de 59,7 millones de personas. Asimismo, la inseguridad alimentaria afecta a 267 millones de personas y 106 millones de adultos presentan obesidad.
Ante tamaña situación, el representante regional del organismo dependiente de las Naciones Unidas, Julio Berdegué, alertó: “Debemos decirlo fuerte y claro: América Latina y el Caribe enfrenta una situación crítica en términos de su seguridad alimentaria. Ha habido un aumento de casi el 70% en el hambre entre 2014 y 2020″ .
Por su parte, la directora para la región del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), institución que colaboró en la realización del informe, Rossana Polastri, remarcó que “aunque la pandemia ha agravado la situación, el hambre ha ido en aumento desde 2014. Debemos corregir las vulnerabilidades profundas de nuestros sistemas alimentarios, hacerlos más inclusivos y sostenibles y asegurarnos de que brinden bienestar a las personas que alimentan a nuestras sociedades”.
“Aunque la pandemia ha agravado la situación, el hambre ha ido en aumento desde 2014″.(Rossana Polastri)
Así, del trabajo que también participó la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Programa Mundial de Alimentos (WFP) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), apuntó que en América del Sur, la prevalencia de inseguridad alimentaria moderada o grave aumentó en 20,5 puntos porcentuales entre 2014 y 2020, mientras que en Mesoamérica hubo un aumento de 7,3 puntos porcentuales durante el mismo período.
Peor aún, en la región la prevalencia de la inseguridad alimentaria grave (personas que se han quedado sin alimentos o han pasado un día o más sin comer) alcanzó el 14% en 2020, un total de 92,8 millones de personas, un enorme aumento en comparación a 2014, cuando afectaba a 47,6 millones de personas.
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