El campo buscará en los próximos días restablecer el vínculo con el Gobierno para encontrar una salida a los diferentes problemas que limitan su potencial. Esta semana los dirigentes de la Mesa de Enlace presentaron un pedido de audiencia al ministro de Agricultura, Julián Domínguez,, que hasta el momento no los convocó.
En la agenda de temas que plantearán los dirigentes se destacan la liberación total de las exportaciones de carne vacuna y la reducción de la carga impositiva. A ellosse sumarán la inseguridad rural, la nueva Ley de Biocombustibles y la Hidrovía, entre otros. En los últimos días, miembros del Consejo Directivo de la Federación Agraria Argentina enfatizaron la necesidad de que tanto el Gobierno como la oposición entiendan “la urgencia” de recomenzar una agenda de trabajo común, “en el marco de una compleja situación económica y social, que necesita el esfuerzo de todos los sectores para salir adelante”.
Los representantes de los pequeños y medianos productores expresaron que los problemas que enfrentan el campo y la agroindustria se resuelven con políticas públicas de estímulo a la producción. Por ejemplo, a las economías regionales, potenciales generadoras de empleo, hoy alicaídas, que es necesario reactivar.
En tanto, el presidente de Confederaciones Rurales Argentinas, Jorge Chemes, dijo en declaraciones radiales que el campo está dispuesto a dialogar con el Gobierno para encontrar una salida a los problemas del sector. “Hay muchas cuestiones que nos aquejan que hoy no están en la agenda de los funcionarios nacionales, y debemos trabajar para cambiar esa situación. Hoy nos sentimos más escuchados por el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, y existe otra voluntad, pero los productores necesitamos hechos concretos”, comentó el dirigente confederado que el miércoles 24 de noviembre buscará su reelección.
Para conocer en más detalle los principales problemas de los productores agropecuarios, Ezequiel de Freijo, economista jefe de la Sociedad Rural Argentina, preparó un trabajo en el que sostuvo que que la economía presenta síntomas de debilitamiento, como la necesidad creciente de recurrir a la emisión monetaria para financiar el gasto publico, pese a la creciente presión tributaria, los crecientes controles cambiarios, que afectan la disponibilidad y precios de los bienes de uso intermedio importados, y por el efecto de las anclas instrumentadas para frenar temporalmente la inflación.
La problemática económica de la Argentina está provocando la siguiente problemática en el sector de la producción y la agroindustria.
- Menores ingresos para los productores
En este contexto los productores argentinos no están capturando el precio pleno, como consecuencia, en primera medida, por la presión tributaria. En ese sentido, los derechos de exportación generan un descuento del precio internacional directo del 33% en soja, el 12% en maíz, trigo y el resto de cereales, y un 9% en carnes y leche en polvo, etc. Además, hay un efecto de la apreciación del tipo de cambio oficial, que desde febrero de 2021 en promedio aumentó 1,8% por debajo de lo que creció la inflación. Con este panorama, actualmente el productor de soja recibe el 40% del precio internacional y lo mismo sucede en el caso del maíz. Mientras tanto, en los países que compiten con la Argentina, como Uruguay, Brasil, Paraguay y los Estados Unidos, los productores reciben un precio pleno de la mercadería que comercializan.
Pero también hay un efecto de las intervenciones oficiales de manera formal e informal en los mercados agropecuarios. El economista de la Rural puntualizó que las formales, es el caso de la administración del saldo exportado en carnes, mientras que las informales son aquellas que se implementaron en los últimos meses en maíz y trigo, donde la forma en la que se han solicitado las Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior generaron una deterioro de las señales de precio, las que se apartaron respecto de lo ocurrido en materia de precios en los mercados de referencia.
En el caso de la carne vacuna, cuya comercialización al mundo sigue restringida hasta el próximo 31 de diciembre, Jorge Chemes puntualizó que “cerrando exportaciones no bajará el precio de la carne al consumidor, que se encuentra afectados por la inflación, los costos de logística y distribución, y también por la alta carga impositiva. El Gobierno podría colaborar para bajar los precios, aliviando la carga impositiva”.
- Competitividad afectada
Hay un problema de competitividad en los insumos estratégicos para el campo, con un doble efecto negativo: por una parte la brecha cambiaria que genera una caída de la capacidad de compra del paquete tecnológico de los productores, respecto de lo que ocurre en los países competidores, que están aprovechando este momento para introducir nuevas tecnologías y modernización. Y por otra parte, las restricciones cambiarias impactan en la disponibilidad de insumos estratégicos y repuestos en tiempo y forma. “Algo que es clave para los momentos de siembra, labranzas y cosecha que no admiten demoras”, agregó el economista de la SRA.
En lo relacionado a la brecha cambiaria, el control de cambio afecta el normal aprovisionamiento de repuestos, fitosanitarios y fertilizantes, y con esto el funcionamiento normal del mercado. Un caso muy notorio es la falta de neumáticos para camiones y maquinaria agrícola, alambre y durante el último mes se han escuchado reclamos de faltantes de insumos fitosanitarios. Según aportó Ezequiel de Freijo, desde que la brecha superó el 40% en mayo de 2020, pasaron 19 meses, en dicho período los precios de los principales insumos estratégicos aumentaron en dólares. Cabe aclarar que en los casos de fertilizantes y glifosato, una parte de estos aumentos también se pueden atribuir a causas particulares de los mercados globales.
Como consecuencia de estos aumentos de precio, los costos directos en soja subieron 36% y en maíz 52% en dicho período (mayo 2020 a noviembre 2021). Esta situación se puede acentuar más por los efectos globales que se están viendo desde hace unos meses, producto de los aumentos de los costos globales de flete, demoras en los plazos de entrega en las cadenas de suministro y aumento de la energía (gas), todos costos que al momento no se habrían internalizado del todo en los precios locales.
- Falta de crédito adecuado
A causa de las políticas monetarias tendientes a atenuar las consecuencias de la emisión monetaria, el sistema financiero cuenta con menor capacidad prestable al sector privado. Según los datos del Banco Central de la República Argentina (BCRA), por ejemplo los préstamos al sector agropecuario cayeron del 5% promedio entre 2011-2014 al 2,9%, del total de lo que el sistema financiero tiene como activo financiero. Esto muestra claramente cómo se redujo de manera efectiva el crédito al sector agropecuario.
“Hoy los productores deben estar proyectando los pasos a seguir en muchos aspectos, pero con las señales que no son claras por parte del Gobierno todo es muy complicado para avanzar en ese sentido. Se necesita en muchos aspectos contar con reglas claras de juego y previsibilidad”, concluyó el economista de la Sociedad Rural Argentina.
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