En el mes de la agroecología, ayer se desarrolló el evento virtual “Fuerza Animal, recuperando el ecosistema alimentario”, que organizaron la Red Nacional de Municipios y Comunidades que fomentan la Agroecología, la Sociedad Argentina de Agroecología y la Dirección Nacional de Agroecología del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación. Del mismo participaron 10 disertantes, entre ellos productores ganaderos de distintas especies y geografías del país y reconocidos empresarios gastronómicos.
La moderación del evento estuvo a cargo de Constanza Moltedo, veterinaria especializada, auditora en alimentos y bromatología, y asesora en la Dirección Nacional de Economía Popular del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, y del Lic. Agustín Reus, consultor de la cartera agropecuaria. Los especialistas en su presentación hablaron sobre “la potencia que tienen los animales en la reconstrucción del ecosistema alimentario”, como respuesta a quienes en el mundo cuestionan desde el punto de vista ambiental la incidencia de la ganadería en general.
No obstante, Moltedo, cuestionó “los actuales modelos productivos tanto agrícolas como ganaderos de los cuales vienen nuestros alimentos”, a los que calificó de “hegemónicos”, señalando que se caracterizan por usar un alto nivel de insumos porque “sus alimentos (feedlots o granjas de pollos parrilleros) no se producen en el mismo paisaje donde están creciendo (los animales)” lo que ha provocado la pérdida de interacción entre los reinos vegetal y animal en esos sistemas. “Venimos a evidenciar la potencia que tienen los animales para volver a ocupar esos espacios (praderas) y hacer lo que vinieron a hacer en el planeta”, señaló.
En su visión, esos sistemas productivos, altamente especializados, requieren gran cantidad de antibióticos y antiparasitarios, y fertilizantes y agroquímicos para combatir las malezas que esta gran especialización requiere. Citando un trabajo de la Universidad Nacional de La Plata, señaló que ese gran uso de insumos trae como consecuencia una gran contaminación de las napas. “Esto genera resistencia microbiana en los humanos y luego esos antibióticos no nos sirven a nosotros cuando estamos enfermos”, comentó, relacionando la interacción de la salud animal con la humana.
Moltedo: “Venimos a evidenciar la potencia que tienen los animales para volver a ocupar esos espacios (praderas) y hacer lo que vinieron a hacer en el planeta”
Por su parte, Reus, señaló que la producción de alimentos de origen animal, en los últimos 5 años, en los países que tienen una balanza comercial positiva a nivel mundial, ocupan el 13° puesto entre los productos exportados por ellos, representando el 2% del comercio mundial, proporción que “viene aumentando más allá de las tendencias de consumo y las modas”, alrededor de 1% entre 2015 y 2019. Aportando datos del Banco Mundial, agregó que ese porcentaje de crecimiento es mayor en países como India, Irlanda y Argentina respecto de Canadá, Dinamarca, Nueva Zelanda y Chile, entre otros.
Entre los testimonios de producción agroecológica, Ezequiel Sack de Pastizales Nativos, dijo que “buscamos que el animal sea funcional y aporte al sistema. Planificamos el pastoreo con un tiempo de reposo. Es decir que los suelos sean tenidos en cuenta como un elemento principal para que haya una evolución con la ganadería en su conjunto, evitando la disociación entre el animal y el suelo. Hemos seleccionado animales no por su capacidad de subsistencia, sino por la de comer mucho y producir mucha carne, con una mala conversión de energía y de la forma menos eficiente y con poco gusto a carne”.
Sack tiene un local de venta de carne de pastizal en un mercado del barrio porteño de Villa Crespo. “Llegamos ahí por no poder en valor todo nuestro trabajo. Nuestros animales estaban en un sistema circular donde se respeta el ambiente y nos respondían con la tablita de precios. Ante esa imposibilidad nos propusimos llegar al consumidor y evaluar qué carne quiere comer. Y también que sea parte de esa conciencia ambiental”, comentó.
Más opiniones
En tanto, desde el valle de Trevelin, en la comarca andina de Chubut, se presentó el caso de Trono de Nubes, Chacras integradas del Sur, emprendimiento a cargo de Eduardo Varela, Rolo Solís y Martín Fantino. Hacen manejo holístico produciendo huevos, pollos, ovinos y recría de novillos en un emprendimiento que lleva 4 años en campos alquilados. En la actual temporada incorporaron gallinas ponedoras, pollos camperos y ovejas, con el objetivo de variar y llegar a la mesa del consumidor con otras alternativas productivas.
Eduardo Varela: “Al asociarnos y comenzar a trabajar con un manejo holístico, empezamos a darle descanso a distintos lotes”
Eduardo Varela señaló que al trabajar tierras alquiladas siempre se encuentran con tierras muy maltratadas. “Al asociarnos y comenzar a trabajar con un manejo holístico, empezamos a darle descanso a distintos lotes lo que permite que, año a año, aumente la producción por hectárea, a través de una planificación de uso de los lotes”, precisó, y además comentó que a carne la venden a carniceros de Esquel, sin precio diferencial, quienes faenan los novillos que compra en frigoríficos.
Por su parte, Noelia Marker, desde Los Charrúas, Entre Ríos, presentó un caso de producción, elaboración y comercialización familiar de cerdos y chacinados, asesorada por el Ing. Agr. Juan Pablo Hegglin, del INTA Concordia. Desde 2007, producen en un sistema mixto a campo. Comenzaron con un sistema extensivo con 2 cerdas preñadas y actualmente tienen 15 madres en producción de razas criollas y cruzas y 2 padrillos de razas puras, con un sistema que ahora es mixto porque hacen el ciclo completo, del lechón al capón.
La gestación de las cerdas se da en campo natural en predio de 3 hectáreas al aire libre con un sector de techado de refugio. Comen pasto todo el día y por la tarde consumen 1 kg alimento por cerda. La maternidad se compone de carpas individuales de silo bolsa reciclado con piso de tierra sobreelevados cubierto de pasto seco, para proteger a los lechones recién nacidos. La estructura es de eucaliptus colorados, descarte de aserraderos de la zona. De la faena en la misma granja se elaboran productos como salame, bondiola, chorizo parrillero, asado, matambre, lomito, solomillo, pulpa y subproductos como manteca de cerdo (grasa) y chicharrón, que venden en forma directa en localidades cercanas.
Rina Vasquetto, propietaria de los establecimientos El Puente y El Mate, donde realiza ganadería regenerativa, en Adelia María, Córdoba, y presidenta de la Asociación Grass Fed Argentina Regenerando Suelos, vende solo animales en pie y destacó que son “capturadores de carbono atmosférico y mitigadores del cambio climático”.
Opinó que la fuerza animal, en referencia al nombre de la jornada, “vino desde otra ruralidad que hizo vivir el campo de otra manera, al aceptar el aumento de la biodiversidad y la restauración del ecosistema. Aquí se rota soja, maíz y algún trigo en el invierno y veíamos un campo sin vida, así que empezar a ver la fuerza animal en el campo nos llevó a ser productores no insumo dependientes. Eso nos llenó de gozo y cambió la presencia de nuestra familia en el campo, que había hecho tambo, agricultura tradicional y ganadería extensiva muy degradadora del suelo”.
Gastronomía
Desde el sector gastronómico, Pablo Rivero, de Parrilla Don Julio, ubicada en el barrio porteño de Palermo y se transformó en uno de los mejores 50 restaurantes del mundo, sostuvo que hay que acercar la punta de la producción con el consumo los restaurantes para hacerlo rentable a ambos eslabones de esa cadena. De familia ganadera, instaló su parrilla hace 22 años. “La fuerza animal viene de allí y es algo (la carne vacuna) que durante mucho tiempo ha sido muy estigmatizada por el mundo. Se trata de cambiarle un poco la cara a la carne, en el mundo de la gastronomía”, dijo.
Pablo Rivero: “Hay que acercar la producción al consumo”
Pablo Borrelli, titular de Ovis 21, presentó el caso de su empresa certificada de triple impacto (económico, social y ambiental) y propulsora de la ganadería regenerativa de manejo holístico y nodo argentino del Instituto Savory, red global que tiene como objetivo la regeneración de los pastizales de gran escala que “es parte de la solución al cambio climático y la degradación ambiental”, precisó. Además señaló que se puede lograr un gran aumento de la producción de pasto con costos mínimos y con el mayor bienestar animal posible, y una máxima calidad de producto con buena crianza.
En tanto, Carolina Colagreco, directora de Desarrollo de Producto y Proveedores de Carne, cadena de hamburgueserías creada por su hermano, el reconocido cocinero argentino Mauro Colagreco, señaló que “pensar al campo de otra manera” es de donde nace la solución a muchos de los problemas que se le achacan a la producción ganadera y que con ese criterio nació “Carne”, pensando la gastronomía de otra forma. “Los problemas que acosan a la humanidad están en gran parte relacionados con la industria de la alimentación”, expresó.
Por su parte, Gustavo De Winne y Jorge Themtham hablaron de su emprendimiento Suelo Vivo: Construcción de un precio justo en la comercialización de carne. De Winne explicó que se trata de una alianza que se inició con la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) junto a grupos agroecológicos de cambio rural y empezó en junio de 2021. “Empezamos a contactarnos con los almacenes que la UTT tiene en distintos lugares del AMBA, de manera de vender carne a pasto no extensiva de campos agroecológicos. La única manera de hacerlo fue que ellos conocieran los campos. Allí tuvimos una reunión donde pudimos ver como construir el precio justo de esta carne de la forma que la UTT comercializa sus productos agroecológicos como yerba, harinas y otros”.
Finalmente, Cristian Stehmann, apicultor biodinámico, presentó su emprendimiento Bio Chakra. En la disertación explicó que la agricultura biodinámica visualiza la necesidad de trabajar en todos los reinos (vegetal y animal) en forma simultánea de manera que se produce un diálogo entre fuerzas y materia para producir alimentos genuinos, saludables y vitales. Es sustancia más información, con amor e inteligencia.
“Los alimentos son fuente de información. Por lo tanto, la agricultura y apicultura biodinámica busca proveernos de sustancia de gran calidad. Nos cuestionábamos la falta de amor que se tiene en la producción de alimentos. Tratamos de trabajar en la apicultura con la inteligencia de todos los reinos. No concentrar la inteligencia y toma de decisiones en el último eslabón, ni tercerizarlos, como ocurre con los cultivos de base química”, concluyó.
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