El último informe sobre oferta y demanda mundial de granos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), publicado esta semana, impactó en el mercado de granos y cambió las tendencias que arrastraban ciertos cultivos, frenando la tendencia bajista de la soja y profundizando la suba del trigo.
El recorte en la estimación de soja en EEUU fue un dato totalmente inesperado por los operadores, que -por lo contrario- anticipaban un aumento de casi un millón de toneladas de producción de la oleaginosa. La respuesta del mercado fue automática: fuertes subas para el poroto y subproductos, como la harina y el aceite, cortando una racha bajista que la llevó a tener su peor cotización desde diciembre de 2020, y que, de concretarse lo que preveían los privados podría haberse profundizado.
La oleaginosa llegó a USD 453,4 la toneladas, marcando una recomposición de USD 21,7 respecto a su precio más bajo del año, de hace solo cuatro jornadas. No obstante esta incipiente recuperación, la realidad marca que el commodity emprendió un sendero bajista casi constante desde los USD 603 la tonelada que supo tocar a mediados de mayo, de la mano de una oferta a nivel mundial acotada y con una voracidad de China pocas veces vista.
En diálogo con Infobae, el analista de mercados granarios, Carlos Etchepare, explicó que los precios históricamente altos que se dieron en esos momentos motivaron mayores siembras en EEUU y Brasil. Por cuestiones de política interna, no sucedió así en la Argentina. Clima mediante, se prevé una producción de 120 millones de toneladas en el país del norte y de 140 millones en el gigante sudamericano, lo que aumentaría la oferta, en un contexto donde China demandaría la misma cantidad de soja que en 2020, unas 100 millones de toneladas. Esto motiva que el mercado esté “más tranquilo” definió Etchepare, aunque siempre remarcando que los precios actuales se ubican USD 100 por encima del promedio histórico de los últimos años.
Sobre el futuro mediato de la oleaginosa, Etchepare indicó que en el corto plazo los precios dependen de cómo ingrese la cosecha de EEUU en el circuito internacional en el próximo mes y medio. Pasado eso, la producción brasileña y argentina coparán la escena. “Allí empieza el partido del hemisferio sur con el clima. Si es bueno, es posible que los precios de la soja sigan una tendencia más tranquila, que podría llegar a valer USD 400 en el mercado internacional, pero si se complica, la cosa puede ser distinta. De todas maneras, para alcanzar un precio de US$ 600 tendría que pasar una catástrofe climática, que por ahora no se vislumbra”.
Trigo
El precio internacional del trigo, sobre todo el que cotiza en el mercado de Chicago está teniendo una serie de subas consecutivas de magnitud que llevaron a que el cereal se ubicara por encima de los USD 300 la tonelada (cerró a USD 300,2 el viernes), mientras que a principio de año cotizaba en torno a los USD 235. Las principales razones de este incremento en su valor se debe principalmente a una tirantez entre la oferta y la demanda a nivel global, con cosechas en el hemisferio norte que no han sido las esperadas, mientras que las del sur, en especial Argentina y Australia todavía no han ingresado al circuito comercial.
En su último informe, el USDA aumentó la estimación de consumo global a 787,4 millones de toneladas, mientras que redujo la producción a 775,3 millones de toneladas, derivando en un ajuste en los stocks globales, que se ubican en el menor nivel desde la campaña 2016/17. En base a esto, el analista de la consultora Intagro, Enrique Sarthes, detalló que por esta situación ha hecho caer las reservas mundiales tomando base la cosecha 19/20 donde había 295,5 millones de toneladas de stocks finales a una estimación para la 21/22 en 275,80 millones. “Son casi 20 millones de toneladas menos de stocks finales”, remarcó Sarthes.
Además de la fuerte demanda china, hay que tener en cuenta que varios de los principales países exportadores bajan su producción entre el ciclo 2020/21 y 2021/22. Por ejemplo, EEUU tuvo pérdidas por 4,66 millones de toneladas, Rusia 10,85 millones, Australia 1,50 millones y Canadá 14,18 millones. Esto significa 18,19 millones de toneladas menos en esos países exportadores. A esto hay que sumarle que, en el caso de Rusia, en los últimos días circularon nuevos rumores de que podría cuotificar las exportaciones, aparte de aplicar retenciones, mientras que el mercado también tiene en cuenta que las ventas al exterior argentinas están casi cerradas a partir de que se llegó a los 9 millones de ventas al exterior, “dato que los comerciales internacionales miran como elemento alcista”.
Debido a esta situación y también a la suba de los costos de producción, por el fuerte aumento de los insumos, y logísticos que el especialistas recomendó en el plano local que “si tuviera 100% de seguridad de cosechar, vendería todo el trigo en el nivel de entre USD 250 USD 260 la tonelada en adelante y si tengo dudas cubro las ventas comprando calls”.
Maíz
Respecto a maíz, si bien hace ya unos meses mantiene un equilibrio entre los USD 225 y USD 215 la tonelada en la plaza bursátil de Chicago, no está ajeno a los vaivenes propios del mercado. No obstante, según explicó a Infobae el analista de Agritrend, Gustavo López, el cereal, a nivel mundial, cuenta con una situación más “holgada” en lo que compete a la oferta y demanda, aunque remarcó la necesidad de que se concreten cosechas importantes en el hemisferio sur, donde también sostuvo que empezará tener preponderancia el clima a la hora de definir precios, lo que se conoce como weather market.
López estima que nuestro país podría lograr una producción de 58 millones de toneladas, con la capacidad de exportar 40 millones en la próxima campaña, mientras que Brasil podría despachar 43 millones de toneladas. Más allá de que el USDA durante la semana haya aumentado la estimación de producción estadounidense, la clave se centró en el incremento de la previsión de demanda del cereal para la producción de etanol, que consumirá 133 millones de las 313 millones de toneladas que produce el país norteamericano. “Eso resta stocks finales y hace que la relación entre las reservas versus la producción o demanda final sea cada vez más baja y alienta a precios buenos”.
Sin embargo, en el plano local, producto de una crisis energética a nivel mundial que elevó los precios de los fertilizantes y agroquímicos y del encarecimiento logístico, junto a problemas propios de la economía argentina redujo el nivel de márgenes en el productor, con un nivel de ventas tanto en trigo y maíz récord. Esto responde a la incertidumbre que se ve hoy: el productor tiene miedo que mañana pongan más retenciones, que pongan algún tipo de intervención, cupos, o restricciones en un marco de inestabilidad macroeconómica impresionante, con diferentes tipos de cambios, inclusive, para los granos”, finalizó el especialista.
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