La inseguridad rural no da tregua. Si bien es casi tan antigua como la mismísima actividad agropecuaria, y hay casos siempre, en los últimos años se intensificaron las denuncias. En algunas zonas del país los delitos en campos han aumentado su frecuencia, infringiéndoles pérdidas millonarias a los productores, que impotentes notan como vandalizan sus silobolsas o roban sus animales, casi sin consecuencias para los delincuentes.
Tal es el caso del productor entrerriano Pedro Giebert y su familia, que ya realizó 70 denuncias por abigeato en su campo ubicado cerca de la localidad de Santa Elena en los últimos dos años. Según le contó a Infobae, los delitos de esta clase aumentaron considerablemente en los últimos tiempos, con varios ataques al establecimiento familiar Santa Sofía, donde se practica la ganadería y agricultura sobre 6.000 hectáreas en el departamento de La Paz. Calcula perdidas por más de 7 millones de pesos.
“Nos están robando nuestra producción. Nosotros tenemos personal, tenemos los alambrados, instalamos molinos, se invierte todo para producir y hay gente que viene, mata a los animales y se roba la carne para consumirla o venderla”
Giebert explicó que si bien “estos delitos vienen sucediendo hace ya mucho tiempo, de toda la vida prácticamente, en los últimos dos años el abigeato nos está trayendo un problema muy grande. Nos están robando nuestra producción. Nosotros tenemos personal, tenemos los alambrados, instalamos molinos, se invierte todo para producir y hay gente que viene, mata a los animales y se roba la carne para comerla o venderla”.
Según estimaciones del productor, las pérdidas por los animales robados o carneados que pudieron constatar asciende a 2,3 millones de pesos, aunque descarta que el número es mayor. ”Las denuncias que se han hecho fueron alrededor de 70, que fueron los animales que encontramos muertos, pero puede haber casos de carneadas que quizá no fueron encontrados por los peones en sus recorridas porque generalmente arrastran a los animales a los montes o a lugares difíciles de encontrar. Aquí los montes son cerrados, no es que se ve el campo”.
“Si tenemos en cuenta los animales que no se encuentran, que nosotros creemos que por cada una que encontramos hay tres que fueron carneadas, las pérdidas son cercanas a los 7 millones de pesos. Llegamos a esta conclusión por los recuentos de hacienda que se hacen a finales de año, donde tenemos faltantes que no se producen por muerte natural. Ese porcentaje en un campo de cría como el nuestro es del 5% y esto valores de animales que faltan no se le pueden atribuir a la muertes naturales”, explicó Giebert, que en la actualidad posee un rodeo de 2.000 vacunos.
Justicia
A pesar de las reiteradas denuncias y los constantes robos en la propiedad –los últimos hechos se reportaron dos semanas atrás con cuatro animales carneados– Giebert no ve una respuesta en la Justicia, como así tampoco en las fuerzas de seguridad. Así, los robos que sufrió en su propiedad y que, según él, son cada vez más frecuentes en la zona, no fueron resueltos.
“Ante las denuncias la Justicia no hizo nada. Cada vez que hay una denuncia viene la policía, saca fotos, las manda a la fiscalía, pero nadie sabe quiénes son pero tampoco nadie lo prevé”, se quejó el productor entrerriano.
“Acá nos conocemos todos -aseveró Giebert- y la policía sabe bien quiénes son. Son grupos de gente, familias que están metidos en este tipo de delito. Son conocidos en el pueblo, pero la policía no hace nada. A veces la excusa es que dicen que esta gente lo hace por hambre, esa es la respuesta que te dan. Eso lo dice la misma policía o la fiscalía. Han hecho allanamientos en los cuales encuentran dentro de las casas carne que no tienen ningún tipo de registro de donde lo sacaron y en dos días están sueltos de vuelta”, concluyó.
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