Una iniciativa privada busca incentivar el consumo de carne en chicos de hasta 14 años. La propuesta, surgida en el sector de producción porcina, apunta a a la “triste realidad” de más de siete millones de jóvenes que están sumergidos en la pobreza en la Argentina y que, sostienen, con esta movida tendrán la posibilidad de cubrir el necesario consumo de las proteínas cárnicas de calidad y del que hoy adolecen los niños y niñas de bajos recursos.
La propuesta “carne para los chicos” está enfocada en morigerar la pobreza y mejorar el acceso a una alimentación variada y equilibrada. El argumento es que en el lugar en el que se reporta la mayor producción de carne por habitante los más jóvenes no tienen una buena alimentación. “Vivimos en un país con desigualdades sociales, pero la falta de alimentación de proteína cárnica para los chicos es una deuda urgente a resolver y tendríamos la posibilidad de solucionarlo de forma rápida”, dice el estudio realizado por la consultora JLU, de Juan Uccelli.
Los índices de pobreza en la Argentina subieron considerablemente en los últimos años. En 2020, según el Indec, la pobreza llegó al 42% y la indigencia se ubicó en el 10,5% de la población. “Los datos actuales son peores y cuando nos enfocamos en los menores de 14 años los porcentajes superan el 63% y llegan a la cifra de 7.000.000 de chicos en la pobreza o aún peor, en la indigencia”, afirmó el consultor.
Público y privado
Estos valores podrían disminuir con ayuda pública y privada. En los últimos años, dijo Uccelli, la Argentina ha tenido un fuerte crecimiento en la producción avícola y, en menor medida, porcina, y tiene la posibilidad de desarrollar otras carnes, como la ovina y caprina. La producción de carne “equivalente media res” del año 2020 superó los 6.256.000 toneladas. “Si tenemos en cuenta la población del país, da un resultado de 137,9 kilos per cápita. Del total, se exportaron 1.119.000 toneladas que equivalen a 26,3 kilos per cápita, dejando para el consumo interno 111,6 kilos per cápita”, añadió.
Frente a este escenario, en el país reconocido históricamente como productor de materias primas agrícolas y carne vacuna, es inconcebible que muchos jóvenes no puedan tener una alimentación acorde. Pocos países en el mundo consumen ese volumen de carne. Pero es un promedio., enfatizó Uccelli. De acuerdo con datos de la FAO y otras instituciones, un chico de hasta 14 años debe consumir en promedio 50 gramos por día de proteína cárnica de calidad. “Si esa cantidad se convierte a su equivalente media res, nos da un consumo de 60 gramos por día. En un mes, los siete millones de chicos tendrían un consumo total de 12.600 toneladas y en un año 151.200 toneladas, que equivale al 2,4% del total producido”, describe el documento de JLU.
El informe sostiene que de los datos surge una contradicción: la Argentina tiene una de las producciones de carnes por habitante más altas del mundo de carnes y una parte de la población no alcanza a consumir las necesidades mínimas de estas proteínas. El desafío es empezar solucionar un flagelo que afecta a muchos chicos.
Soluciones al problema
“Por la difícil situación social, muchos de estos chicos tienen una comida diaria en la escuela y ahí es donde podría empezar la primera línea de llegada con proteína cárnica de calidad, para empezar a cubrir los requerimientos”, dice el informe. Otra forma de llegar al consumo directo serían los comedores populares, donde la gran mayoría de los concurrentes son menores con sus madres. “La última [sería] a través de la tarjeta ‘Alimentar’ que contemple la posibilidad de adquirir sin costo 60 gramos diarios por cada chico del grupo familiar. La distribución debería ser en todo el territorio nacional y todos los menores de 14 años deben tener garantizado el consumo de proteína cárnica”, agregó.
La propuesta también contempla la financiación del programa. Por caso, aseguran que las 12.600 toneladas consideradas necesarias por mes se pueden financiar en un 70% con lo que el Estado cobra de derechos de exportación de las carnes y el 30% restante, con el aporte compartido entre los productores y la industria faenadora (0.37% de los kilos de las entregas de animales a faena, para cada una de las partes).
Las toneladas de carnes anuales y mensuales requeridas para abastecer las necesidades de los chicos pobres hasta los 14 años se pueden financiar del porcentaje de las retenciones calculado según la cantidad exportada en el 2020 y las diferencias de retenciones para la carne vacuna y aviar (9%) y para la porcina y ovina (5%). “El aporte tanto de la producción como de la industria, está calculado en la diferencia que queda después de descontar las retenciones. Para una mejor interpretación, los valores se expresan en toneladas equivalentes a media res”, manifestaron desde la consultora. Ante esta situación, dijeron, “no debe existir la grieta política que lo desgasta todo y nada aporta a la causa principal.
“El sector de las carnes en Argentina sabe producir, está fuertemente comprometido con el país y lo seguirá haciendo, pero hay un nuevo reto que se debe asumir. Sería interesante tener una mirada similar en otros sectores, como la producción láctea, la producción pesquera, la producción de huevos y la de frutas y verduras, ya que una alimentación saludable es la combinación correcta y adecuada de los diferentes nutrientes”, sintetizaron.
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