Crisis política: ¿Cómo queda parado el campo tras la derrota electoral del oficialismo y la fractura del Gobierno nacional?

La derrota en las PASO fue un duro golpe y agitó la interna de la coalición gobernante. El campo, en constante conflicto con el Gobierno de Alberto Fernández, espera el desenlace de la crisis para tomar decisiones

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Los miembros de la Mesa de Enlace: de izquierda a derecha, Achetoni (Federación Agraria), Pino (Sociedad Rural), Chemes (CRA) y Lauricica (Coninagro)
Los miembros de la Mesa de Enlace: de izquierda a derecha, Achetoni (Federación Agraria), Pino (Sociedad Rural), Chemes (CRA) y Lauricica (Coninagro)

Un día en la política argentina puede equivaler a un año en otros países del mundo. El vértigo con que a veces se producen los hechos y sus derivaciones hacen que la Argentina viva en un estado de inestabilidad constante, que impide gozar períodos de estabilidad y poder establecer planes de largo plazo y conseguir el desarrollo que mentan los discursos políticos.

Tan endeble llega a ser la situación en el país, que los resultados de una elección primaria provocaron una fractura interna de dimensiones aún difíciles de mensurar, poniendo en jaque la institucionalidad y la salud del Poder Ejecutivo, por momentos vaciado de poder y acorralado por sus propios integrantes.

Lo cierto es que el presidente Alberto Fernández cedió a las presiones del sector que encabeza Cristina Fernández de Kirchner y reordenar prioridades para, al menos, poder aminorar el golpe en las elecciones legislativas de noviembre y realizar cambios en el Gabinete. Incluso cargos que no parecían estar en la picota fueron objeto de recambio, como sucedió en Agricultura, Ganadería y Pesca, donde Luis Basterra fue reemplazado por Julián Domínguez, que entre 2009 y 2011 ya había sido ministro del área.

Este tembladeral, cuyas replicas seguirán resonando, pues la crisis no terminó todavía, cambió el escenario de enfrentamiento enfrentado del campo con el Gobierno a raíz de la limitación a las exportaciones de carne vacuna. Ningún dirigente agropecuario ni ningún productor imaginó una derrota tan contundente en las PASO del oficialismo, pero mucho menos previó el terremoto político que ocurrió a los pocos días de la debacle electoral.

Esta situación es un desafío para la dirigencia agropecuaria, centrada en la Mesa de Enlace, que adoptó una actitud de espera: dejar transcurrir los sucesos y hacer un diagnóstico que permita diseñar el camino a seguir en tiempos convulsionados. Sumar más discordia en este contexto sería incluso contraproducente, porque los dirigentes no saben qué posición adoptará el Gobierno respecto del sector, aunque la radicalización y profundización de políticas no está descartada.

Consultado por Infobae, el analista del mercado granario, Carlos Etchepare, cree que la situación del campo no es “ni mejor, ni peor”, sino que debe pasar un tiempo como para poder dilucidar el nuevo escenario para el sector. “El sector sigue con los mismos problemas de siempre. Lo que habrá que ver es cómo reacciona el Gobierno: si radicaliza su actuación o realmente está dispuesto a cambiar. Allí realmente veremos cómo queda parado el sector. En este sentido, la decisión que tomó la dirigencia agropecuaria es la más acertada, sobre todo viendo lo que está pasando en estos días”.

Alberto y Cristina- 18/8- La Plata
Alberto y Cristina- 18/8- La Plata

“No es momento de generar discordia en la Argentina, sino que al contrario, hay que mostrar señales que uno quiere estar de lado de los que solucionan los problemas y en este sentido la Mesa de Enlace ha tomado una excelente decisión y trata de avanzar en comunicar a la población cuáles son sus problemas y, a partir de allí, ver cuál es la decisión que toman”, consideró Etchepare y adujo “no estar tan seguro que en el conjunto de la cadena, no solo de carnes, sino de los demás rubros, haya consenso para apoyar una medida de protesta como sería un cese de comercialización. Por eso es una medida inteligente por parte de las entidades, sobre todo teniendo en cuenta lo que hay a la vista, que es una crisis institucional provocada por un partido político que llevó su interna a nivel nacional”.

A su juicio, consideró que hay “un presidente que está debilitado, pero esto no significa que presionando el campo logre mejores resultados de los que ha logrado hasta ahora, sino que puede arriesgarse a que se recrudezca la acción anti campo de algunos sectores muy fuertes dentro del Gobierno, que incluso hoy día están poniendo a prueba el sistema institucional del país. Esperar, concientizar y ver cómo se resuelve la historia y, finalmente, cuando las cosas estén más claras verá qué medidas tomar si es que no hay ninguna reflexión respecto a sus problemas”.

Fortalecimiento y estrategia política

Por su parte, el director de la consultora Synopsis, Lucas Romero, señaló que la derrota electoral del Frente de Todos hizo que el sector agropecuario salga fortalecido por decantación frente a la coalición gobernante, ya que consideró que la caída en las urnas “fue algo profundamente adverso para un gobierno que sigue teniendo una política perjudicial para el sector y una relación conflictiva con él, por lo que no hay mejor recurso político para intentar modificar en algo la relación o la política del gobierno para con el sector que un resultado electoral”.

Sin embargo, aseguró que “el sector ahora tiene que esperar cuál es la actitud del Gobierno, si es que como consecuencia de este resultado modifica en algo no solo la relación sino también las políticas y, eventualmente, evaluar si esos cambios son satisfactorios. No creo que sea momento de producir o provocar medidas de fuerza o protesta porque llega el tiempo de esperar, sobre todo después de que el Gobierno decidió reestructurar su Gabinete, entre ellos, al ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca”, puesto que ocupará el ex titular de la cartera agropecuaria, Julián Domínguez.

Julián Domínguez, nuevo ministro de Agricultura. (Adrián Escandar)
Julián Domínguez, nuevo ministro de Agricultura. (Adrián Escandar)

En este sentido, la designación de Domínguez requiere ser evaluada, según Romero, quien hizo mención al paso del flamante funcionario nacional por el Ministerio durante el mandato de Cristina Fernández de Kirchner tras el conflicto de la 125, cuya principal misión era intentar recomponer la relación con el sector. Ahora llega el momento de esperar qué consecuencias tiene esta designación tras un tiempo prudencial, como para ver si su gestión representa un cambio.

Para el director de la consultora que frecuentemente mide la imagen del campo, Fuente Primaria, Tomás Lanusse, es crucial para el agro, más allá del resultado electoral, que construya una estrategia que le permita incidir en el diseño de las políticas para el sector y hacer valer su peso y participación en la economía nacional. “El campo aporta los dólares que el gobierno necesita para financiar su gasto, pero su representación política está fragmentada. Independientemente de la crisis política que tiene el gobierno por el resultado de las PASO, el campo debería diseñar su estrategia política que tenga relación con su impacto en la economía”.

“Todo ese trabajo requiere una clase dirigente organizada. Que el kirchnerismo haya perdido apoyo en las urnas no significa que vaya a buscar un acuerdo con el sector agropecuario. Todo lo contrario, la radicalización del kirchnerismo está en aumento porque el consumo interno está por el piso. Así y todo, esta es una nueva oportunidad para que el sector exportador de alimentos se siente en la mesa de toma decisiones a nivel nacional”, remarcó Lanusse.

En este sentido, remarcó que “después del conflicto por la 125 en 2008 el Congreso se renovó 6 veces (entre elecciones presidenciales y legislativas) y la participación del sector agropecuario en las bancas no es significativa. Perder posiciones en el Congreso Nacional tiene como consecuencia también perder posiciones a nivel internacional frente a otros competidores en el sector de alimentos”.

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