Fue hace poco, a mediados del mes pasado. Se realizaba el encuentro empresarial “Experiencia IDEA Agroindustria”, con el objetivo de analizar la relación entre el campo y la industria para incrementar el valor agregado y aprovechar las oportunidades que ofrece un mundo que demanda más productos de la Argentina, a través de producción sustentable y amigable con el ambiente.
Uno de los disertantes del evento, que se realizó de manera virtual, fue el flamante ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Julián Domínguez, quien compartió el panel “Una hoja de ruta para el sector agroindustrial” con el presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y del Centro de Exportadores de Cereales (CIARA-CEC), Gustavo Idígoras.
Una de las expresiones, que puede haber sido una especie de autocrítica, fue la relacionada a que la dirigencia política no entiende el campo. “El problema que tenemos es que nuestra dirigencia no entiende el campo argentino. La mayoría de los funcionarios que tenemos en los ministerios son de la Capital Federal. No somos un país federal. Falta una visión en ese aspecto que pueda integrar las capacidades del campo”, señaló el nuevo titular de la cartera agropecuaria. Además reconoció que “el principal acierto del sector agroindustrial es que ha sido metodológicamente riguroso en sus procesos de entender los cambios del mundo” que el campo tiene “una dirigencia que tiene visión de mundo y de mercado y puede liderar un proceso de crecimiento y desarrollo”.
Domínguez reforzó su voluntad de acercamiento al sector agropecuario a través de una serie de observaciones. En primer lugar, señaló, “no se puede pensar a la Argentina sin pensar el rol del campo, que es constitutivo de la identidad nacional”. Lo segundo, prosiguió, es que “el campo ha hecho un extraordinario aporte tecnológico. Asimismo, marca tendencias en su demanda, por ejemplo, en lo que pasa en la industria automotriz con las pickups. No puede haber un proyecto político que no incorpore al campo como actor. El futuro de la Argentina va a seguir vinculado al sector agroalimentario”.
PEA
En su anterior gestión como ministro del sector, además de enfrentar las secuelas del conflicto por la resolución 125 de “retenciones móviles” y la intervención en los mercados que impulsaba en especial el Secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, Domínguez lanzó el “Plan Estratégico Agroalimentario 2020″ (PEA 2020). Tenía como objetivo el desarrollo de la producción agropecuaria para alcanzar metas como 5 millones de toneladas de carne vacuna o 200 millones de toneladas de granos cosechados. Dichas metas nunca se cumplieron. En el caso de la carne vacuna, el mismo objetivo tiene ahora, diez años después y vencido el horizonte del PEA 2020, el “Plan Ganadero” pergeñado por el titular de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas.
Días atrás, el empresario agropecuario Gustavo Grobocopatel sostuvo que a pesar de todo “la producción agroindustrial sigue creciendo. El sector no crece tanto desde hace 3 ó 4 años; es cierto que crece, pero cuando uno mira Brasil, Ucrania, Uruguay, Paraguay, se da cuenta que mientras la agroindustria en la Argentina creció 30%, en esos países creció 300%. Eso en el interior significa puestos de trabajo, servicios, metalmecánica, industrias integradas al campo y los agronegocios. Y es algo que no requiere recursos especiales, sino solo sacarle el pie de encima. Es muy extraño tener que explicar esto”.
El empresario recordó que el propio kirchnerismo había dicho eso en un estudio de hace 10 años; el “PEA 2020″ de Domínguez: “Una de las pocas veces en que el Estado midió el potencial de crecimiento del sector fue en un gobierno kirchnerista, cuando el Julián Domínguez hizo el Plan Estratégico Agroalimentario 2020: allí decía claramente que si al sector se le sacaba el pie de encima el sector podía hacer que la Argentina creciera un 3% extra por año. Eso fue en 2011, es decir que nos perdimos 3% de crecimiento anual durante 10 años”, concluyó.
SEGUIR LEYENDO: