Entró en vigencia un recorte impositivo que beneficiará a vendedores y compradores en operaciones de compra venta inmobiliaria. Desde ahora, rige un cambio en el Impuesto de Sellos para estas transacciones en la ciudad de Buenos Aires.
Según las leyes 6.805 y 6.806, que modifican el Código Fiscal y la Ley Tarifaria porteños, el monto exento para vivienda única, familiar y de ocupación permanente aumenta de $56.270.730 a $205.332.000 (aproximadamente USD 170.000 a la cotización del dólar libre).
Este cambio permitirá a los compradores evitar el pago del 3,5% sobre el valor de la propiedad, siempre que cumplan con los requisitos de exención, lo que reducirá los costos de transacción.
Según se publicó en el Boletín Oficial porteño, esta modificación puede representar un ahorro de hasta USD 5.950 en inmuebles que cumplan las condiciones: “A modo de ejemplo: una propiedad que se vende en USD 170.000 ya no pagará el impuesto de 3,5%, que sería de USD 5.950″; este esquema busca equilibrar las cargas tributarias en medio de los altos costos que implican estas operaciones”.
Beneficios clave para compradores
La medida responde a solicitudes históricas de sectores relacionados al rubro inmobiliario, como argumentó Jorge De Bártolo, presidente del Colegio de Escribanos de CABA. Según sus declaraciones a Infobae, esta exención será “de gran ayuda para los compradores, especialmente para el público medio, que suele tener los números ajustados para una adquisición de un inmueble”.
De Bártolo explicó que entre los beneficios clave está la reducción del costo transaccional elevado por honorarios notariales, pago de inmobiliarias e impuestos estatales.
Además, la actualización de la base imponible “permitirá facilitar el acceso a la vivienda propia y dinamizar el segmento medio-alto del mercado”, destacó. En este contexto, quienes adquirieron propiedades destinadas a uso exclusivo, familiar y permanente quedaron especialmente favorecidos.
Implicaciones económicas y unidades elegibles
Para acceder a la exención, las propiedades deben cumplir condiciones estrictas: que la vivienda sea única, familiar y destinada a ocupación permanente.
Alejandro Moretti, del miembro del Consejo Directivo del Colegio Inmobiliario porteño, señaló que los mayores beneficiados serán “quienes compren su primera vivienda o aquellos que, tras vender su única propiedad, decidan adquirir otra y mantener los criterios de este beneficio”.
Sin embargo, advirtió que inmuebles por encima de la cifra establecida o quienes posean otra propiedad en CABA seguirán pagando el 3,5% en las operaciones.
Cabe señalar que el incremento del umbral exento responde al aumento del valor de mercado inmobiliario medido en dólares.
“El ajuste en la base imponible había sido solicitado con insistencia. Nos sorprendió gratamente que lo hayan implementado. Lamentamos que no se haya reducido la alícuota base de 3,5%, una de las tasas más altas del país frente al 2% aplicable en la Provincia de Buenos Aires”, dijo De Bártolo.
Impacto fiscal y dinámica entre las partes
Con este nuevo esquema, se espera que el alivio sobre los costos aliente la concreción de acuerdos entre ambas partes.
Como explicaron desde el sector inmobiliario, las transacciones que no superen los $205.332.000 estarán libres del impuesto, mientras que las demás seguirán dividiendo el 3,5% entre comprador y vendedor. Por ejemplo, una escritura valuada en $300.000.000 implicará que cada parte pague 1,75%, es decir, $5.250.000 o su equivalente en dólares.
Un efecto secundario inevitable será la reducción temporal de ingresos fiscales provenientes del sector inmobiliario.
Sin embargo, Moretti confía en que esto se compensará a través del dinamismo que generará en el rubro: “Siempre que se elimina o reduce un impuesto, genera más inversión, y a la larga genera más recaudación”.
La construcción y el mercado inmobiliario son grandes motores de la inversión local.
Proyecciones y desafíos en la implementación
Este cambio pone en manos de escribanos un rol crucial como agentes de retención y confirmación de los beneficios tributarios. Pese a los ajustes, algunos especialistas recalcan la necesidad de ir más allá.
Moretti sugirió en declaraciones al medio digital que “la nueva base imponible debería ajustarse por tipo de cambio, ya que las operaciones inmobiliarias se pactan típicamente en dólares”.
Además, describió los posibles desafíos operativos: “El cambio ayudará a que el acto de escriturar sea más ágil y sencillo, aunque habrá que confirmar rigurosamente el cumplimiento de los requisitos”.
Esto destaca la importancia de que compradores consulten con sus escribanos antes de firmar las escrituras, informaron desde el segmento.
Avances
La actualización del monto exento del Impuesto de Sellos a $205.332.000 se presenta como una herramienta clave para impulsar el sector inmobiliario, que prevé cerrar 2024 con más de 52.000 escrituras. Falta incorporar el dato de diciembre para confirmar el mejor desempeño en siete años.
Además, los créditos hipotecarios, el blanqueo y la inversión en ladrillos tuvieron un rol central en la recuperación de un segmento que sufrió más de cinco años largos de crisis.
“La medida permitirá reducir la carga tributaria sobre la vivienda propia en un contexto de ajustes inflacionarios. Más allá de los retos, ofrece un aliciente para los compradores de primera vivienda y promete potenciar una actividad necesaria para la economía local, concluyó Moretti.