Luis Caputo volvió de sus vacaciones en Villa La Angostura el viernes y desde esta semana comenzó a monitorear con su equipo la marcha del plan económico en el segundo año de mandato libertario y que tendrá como primera instancia decisiva este jueves el pago de capital e intereses de bonos en moneda extranjera, y desde el viernes que viene el primer viaje del 2025, como parte de la comitiva presidencial, a Estados Unidos primero y a Suiza luego para participar del Foro de Davos.
La primera escala será en Washington. En la ciudad capital norteamericana Javier Milei participará de la asunción de Donald Trump a la Casa Blanca, en una comitiva que se prevé reducida también integrada por el Canciller Gerardo Werthein y la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei. No está previsto, por el momento, una agenda propia en los Estados Unidos, aseguran en el Palacio de Hacienda.
De todas formas, la última vez que el ministro de Economía fue a ese país como parte de la comitiva del mandatario –en ese caso a Nueva York, en septiembre pasado– mantuvo una serie de encuentros cara a cara con inversores, en los que defendió la marcha del plan económico. En ese momento el Gobierno recién lograba reducir sostenidamente la brecha cambiaria tras el pico de julio.
El Foro Económico Mundial que se realizará en Davos entre el 20 y el 24 de enero tendrá a Milei como uno de los focos de atención de los hombres y mujeres de negocios que se den cita en Suiza. Hace un año, en su primera aparición como mandatario ante ese reducto, el jefe de Estado argentino fue a patear el tablero y a comenzar un camino de prédica –que continuó a lo largo del año en otros foros internacionales– sobre la necesidad de una economía libertaria para las principales potencias. Un discurso contra el “socialismo empobrecedor”, fue la carta de presentación del presidente recién asumido ante la platea global.
El Foro de Davos suele ser un evento de presencia sin interrupciones de la plana mayor del FMI. La edición de este año llevará como lema “Colaboración para la era inteligente” y está basado en un concepto aplicado por el director del foro Klaus Schwab sobre el hecho de que la tecnología puede empujar al planeta a un punto de inflexión que represente “una revolución social, que tiene el poder de elevar a la humanidad, o incluso de fracturarla”. Habrá cinco ejes de discusión: crecimiento global, industrias en la “era inteligente”, la necesidad de “invertir en las sociedades”, el cuidado del planeta y la recuperación de la confianza de la sociedad en el sistema.
La última vez que Caputo fue a Estados Unidos fue a ese país como parte de la comitiva del mandatario mantuvo una serie de encuentros cara a cara con inversores, en los que defendió la marcha del plan económico
En reuniones paralelas en el marco del foro, en aquella ocasión el presidente tuvo su primera reunión mano a mano con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, y con su segunda, la directora general adjunta, Gita Gopinath. Días antes, el Gobierno argentino y el organismo habían anunciado un primer acuerdo para reconducir el programa vigente y un desembolso de USD 7.500 millones hacia las arcas del Banco Central.
En este caso, un nuevo encuentro entre Milei y Georgieva se daría en un contexto distinto: la Casa Rosada avanza hacia un acuerdo nuevo, ya extinto el programa iniciado en 2022, y buscará que incluya un financiamiento suficiente para darle espalda al Banco Central para levantar las restricciones cambiarias. Este miércoles el jefe de Estado habló de una suma mínima de USD 11.000 millones a conseguir desde el Fondo Monetario o inversores privados y que tendrá como objetivo la cancelación de Letras Intransferibles, un pasivo que sostiene el Tesoro con el BCRA.
Las conversaciones estuvieron estancadas durante algunos meses en 2024, pero durante la parte final del año tomaron otra velocidad cuando el Gobierno confirmó que iría hacia un programa renovado que contemple más fondos. El FMI, primero, tendrá que cumplir pasos propios anteriores desde estos primeros días de enero. Se especula que el directorio apruebe la evaluación Ex Post sobre el programa con la Argentina firmado en 2022, que examinará qué nivel de éxito tuvo ese acuerdo para la burocracia de Washington. Es una instancia obligatoria que debe realizar el Fondo antes de rubricar un programa nuevo.
La agenda oficial del Palacio de Hacienda por ahora está concentrada en sostener la tranquilidad financiera con el pago de los cupones de la deuda que tendrá lugar el jueves, pero desde la semana que viene podría haber nuevas medidas. El equipo económico ahora espera el IPC de diciembre, que se conocerá el próximo martes, para determinar si desacelera el ritmo del dólar oficial al 1% mensual.
Un nuevo encuentro entre Milei y Georgieva se daría en un contexto en que la Casa Rosada avanza hacia un acuerdo nuevo y buscará que incluya un financiamiento suficiente para levantar las restricciones cambiarias
Para que eso suceda, el IPC del último mes de 2024 debería ser estable respecto al 2,4% que marcó noviembre. En el equipo económico creen que con la inflación en los niveles actuales, el crawling peg dejó de ser un ancla y pasó a ser un elemento de inercia para los precios (los bienes, sin ir más lejos, avanzaron a ritmo de 2,1% en octubre y 1,6% en noviembre). Así, solo con un menor ritmo de depreciación podrían propiciar una inflación más baja. Resta determinar si esa medida podría cristalizarse apenas conocido el IPC –la semana próxima, y si fuese en el nivel que espera el Gobierno– o a principios de febrero.
Por otro lado, el ministro de Economía tampoco tiene, al menos por el momento, planificadas reuniones de alto perfil con el empresariado local. Antes de iniciar sus vacaciones durante las Fiestas mantuvo encuentros más o menos sigilosos con cámaras sectoriales, como las automotrices, y algunos días antes con dueños de grandes empresas nucleados en la Asociación Empresaria Argentina (AEA). Quedó pendiente, sin perspectivas cercanas a que suceda, aquella demorada visita de la Unión Industrial Argentina (UIA) al Palacio de Hacienda, en medio de la preocupación fabril por la competitividad cambiaria y el reclamo de una “cancha nivelada” en términos impositivos antes de una apertura mayor de la economía argentina.