En un contexto donde el déficit habitacional en Argentina afecta a 3,5 millones de hogares, según datos de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), la construcción industrializada emerge como una alternativa clave para abordar esta problemática.
Este método, que utiliza materiales como el acero de alta resistencia, promete reducir significativamente los tiempos de edificación y optimizar los costos, según lo expuesto en la reciente Jornada de Construcción Industrializada, Eficiencia de Recursos y Energía organizada por la Secretaría de Industria y Comercio.
De acuerdo con lo informado por Rodrigo Aybar, secretario de Desarrollo Territorial, Hábitat y Vivienda, el déficit habitacional no solo se refleja en la falta de viviendas, sino también en la precariedad de las existentes, ya que el 65% de los hogares afectados carecen de infraestructura adecuada o servicios básicos esenciales.
Aybar destacó que la modernización, mediante la adopción de sistemas industrializados, es esencial para cerrar esta brecha. Este enfoque incluye la construcción en plantas controladas y el posterior ensamblaje de las viviendas en el lugar, lo que permite reducir los tiempos de ejecución hasta en un 50% en comparación con los métodos tradicionales.
Para abordar el déficit habitacional, el Gobierno apuesta al regreso del crédito hipotecario como una herramienta clave para reducirlo a largo plazo.
El Gobierno destacó que el acceso al crédito hipotecario es fundamental para cualquier política de vivienda, acompañado por la inversión privada y la construcción industrializada
El funcionario también destacó la necesidad de modernizar el sector mediante la construcción industrializada, que implica fabricar las viviendas en plantas controladas y ensamblarlas en el lugar.
Aybar defendió el DNU 1017/2024, que permite la compra de inmuebles en pozo, como una herramienta clave para impulsar créditos hipotecarios destinados a viviendas nuevas.
Rol del acero en la construcción industrializada
Este insumo se posiciona como un material fundamental en este modelo de construcción. Según Carlos Vaccaro, Director Ejecutivo de la Cámara Argentina del Acero (CAA), su uso no solo garantiza estructuras más livianas y resistentes, sino que también contribuye a la sostenibilidad ambiental.
“La incorporación de chatarra en la producción de acero permite reducir las emisiones de dióxido de carbono en 1,5 toneladas por cada tonelada de chatarra utilizada, además de ahorrar 1,4 toneladas de mineral de hierro y 13 giga julios (el giga julio es una unidad de medida de consumo de energía eléctrica). Este enfoque es una respuesta eficiente y rentable desde el punto de vista ambiental”, explicó el ejecutivo de la CAA.
Sistemas más empleados
El sistema Steel Frame, una de las tecnologías más empleadas en la construcción industrializada, destaca por su precisión, durabilidad y rapidez.
Según el arquitecto Sergio Topor, director del estudio STyAS, este método permite completar una vivienda en la mitad del tiempo que requiere la construcción tradicional. “En Argentina, el proceso de fabricación de una vivienda en Steel Frame puede oscilar entre 30 y 60 días, mientras que el montaje y los ajustes finales no superan una semana”.
Además, Topor señaló que este sistema es ideal para proyectos de vivienda social, ya que permite la producción masiva a costos competitivos.
Por otra parte, el acero y el cemento juegan un rol clave en la construcción industrializada por sus propiedades complementarias. El acero se destaca por su resistencia y durabilidad, permite estructuras más livianas y sólidas. Su uso en marcos estructurales y elementos de refuerzo otorga estabilidad y capacidad de carga, mientras que su maleabilidad lo convierte en un insumo ideal para desarrollar componentes prefabricados.
Vaccaro explicó que, aunque el cemento es importante en el proceso, “el acero aporta ventajas únicas para garantizar la solidez y longevidad de las construcciones. Ambos materiales, señaló, son esenciales para lograr eficiencia, seguridad y sostenibilidad en las viviendas industrializadas”.
Precios y financiamiento, claves
El costo de las viviendas industrializadas, según Topor, es comparable al de las construcciones tradicionales cuando se consideran características, terminaciones y prestaciones similares.
La principal ventaja financiera radica en la rapidez del proceso, que reduce los tiempos de inversión y permite una planificación más eficiente. “En el caso de viviendas sencillas en Steel Frame, como las destinadas a proyectos en Vaca Muerta, el costo de producción se sitúa entre USD 750 y USD 850 por metro cuadrado, mientras que el precio de venta puede alcanzar entre USD 1.000 y USD 1.200 por m2″, detalló Topor.
Los valores se obtuvieron a partir de datos proporcionados por IDERO y SICLA, quienes construyen con este material.
El acceso al crédito hipotecario también juega un papel crucial en la promoción de este modelo de construcción. Según datos del Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires, en noviembre los préstamos hipotecarios representaron el 15% de las escrituras realizadas. Actualmente, 25 bancos ofrecen financiamiento que cubre hasta el 75% del valor de la propiedad, siempre que la cuota inicial no supere el 25% de los ingresos familiares. Este panorama, combinado con la posibilidad de adquirir propiedades en construcción, podría impulsar significativamente el sector, según estimaciones de la Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos (CEDU).
Desafíos y oportunidades para la construcción
A pesar de sus ventajas, la construcción industrializada enfrenta desafíos importantes en Argentina.
Según Topor, uno de los principales obstáculos es la falta de escala y estandarización en la producción, lo que limita la reducción de costos. Además, mencionó la necesidad de contar con proyectos prototípicos para vivienda social que estén preaprobados en todos los municipios, ya que los trámites burocráticos pueden extenderse hasta 12 meses, mientras que el montaje de una vivienda requiere solo una semana.
Otro aspecto destacado por los expertos es la importancia de fomentar una cultura de modernización en el sector de la construcción.
Los nuevos modelos de construcción industrializada mejoran notablemente los tiempos de ejecución. Estimaciones recientes indican que las estructuras de acero pueden reducir los plazos de obra hasta en un 60%.
La mayor ligereza de la mampostería, que requiere menos estructura para soportar la carga, permite ampliar los espacios interiores, favorece su funcionalidad y diseño. Además, la incorporación de aislantes térmicos y sonoros en los paneles optimiza el aislamiento exterior y reduce el consumo energético.
Vaccaro destacó que “este sistema ofrece ventajas clave, como un menor requerimiento de columnas y muros, lo que amplía las posibilidades de diseño interior y mejora la eficiencia constructiva en obras de diversa escala”.
Futuro del sector
La sostenibilidad es otro de los pilares de la construcción industrializada. Además del uso de chatarra en la producción de acero, el empleo de paneles con aislantes térmicos y sonoros mejora la eficiencia energética de las viviendas, reduce el consumo de energía y los costos asociados.
Según Vaccaro, estos avances posicionan al acero como un material clave para el desarrollo de construcciones más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente.
En los últimos años, la tecnología basada en acero ganó terreno en Argentina, impulsada por la proliferación de talleres que fabrican tiny houses y otros proyectos modulares.
Topor agregó que “para lograr una transformación significativa en el sector, es necesario adoptar un modelo de producción masiva similar al de la industria automotriz, donde la escala y la estandarización permiten reducir costos y mejorar la calidad de los productos”.
Existen diversas tipologías de construcción industrializada, cuya aplicación varía según la zona geográfica. En el Gran Buenos Aires, el Steel Framing se utiliza ampliamente, especialmente en viviendas unifamiliares. En otras regiones, como el sur del país, predominan tipologías mixtas, adaptadas a las características del emprendimiento y las condiciones locales.
La construcción industrializada, con el acero como protagonista, se presenta como una solución viable y eficiente para reducir el déficit habitacional en Argentina.
“No obstante, su éxito dependerá de la capacidad del sector para superar los desafíos actuales, fomentar la modernización y garantizar el acceso al financiamiento. Este modelo no solo promete transformar el panorama de la vivienda en el país, sino también contribuir a un desarrollo más sostenible y equitativo”, concluyó Vaccaro.