El 2024 fue un año muy productivo para las ganancias financieras. El S&P Merval de Buenos Aires acumuló un alza de 123% en dólares, con acciones de bancos que multiplicaron por cuatro su precio. La renta variable argentina, que subió por tercer año seguido, ya venía de escalar un 60% en su promedio en dólares en 2023. Y los bonos soberanos subieron 100% en las emisiones en dólares. En contraste, la excepción fue el dólar, que debido a la inflación y una devaluación del peso controlada, perdió más del 40% de su valor en el mercado interno.
También se ganó dinero -y mucho- en el exterior. El índice tecnológico Nasdaq anotó un alza de 31% (Nvidia subió 170%, y Tesla, un 66%), mientras que el Dow Jones acumuló un 13% anual. El DAX de Alemania subió 18,7%, el FTSE de Londres, un 5,7%, y el índice Nikkei de Tokio y el Hang Seng Hong Kong escalaron un 19 por ciento.
En 2025 los inversores enfrentarán los desafíos que presenta mundo cambiante, con el regreso de Donald Trump al gobierno de los EEUU y un sendero de tasas de interés de la Reserva Federal en declive, pero en un umbral más alto del previsto. A la vez, Argentina plantea su propio juego y, por lo tanto, se aferra a sus propias expectativas: se espera un crecimiento del PBI del 5%, una tasa alta que no se daba desde el año 2011 -con la excepción del rebote económico post pandemia de 2021-.
Por eso, los analistas financieros empiezan a trazar sus estrategias y recomendaciones con optimismo en el plano local, pero mucha cautela por el panorama internacional, que además podría ejercer su influencia para los negocios domésticos.
Ignacio Murúa, asesor financiero de Quicktrade SBS, explicó que 2024 “fue un año en el cual fue difícil que las cosas no salgan bien, lo cual hizo nuestra tarea bastante más sencilla. Entendemos que para 2025 el panorama puede ser un poco diferente. En lo que respecta al mundo, entendiendo ‘mundo’ todo lo que está por afuera de Argentina, creemos que el mercado de acciones, por sobre todo el norteamericano, está un poco caro y ‘priceando’ (asumiendo en precios) una suba de ganancias corporativas por lo menos ambiciosa, que entendemos no justifica los riesgos a tomar a los precios actuales. Sumado a la incertidumbre que te genera la victoria de Trump, tanto en el frente comercial como en el frente fiscal, y a lo que fue una Reserva Federal bastante más conservadora en su última reunión, producto de su decisión de tasas y por sobre todo de su visión para 2025, el mercado se lastimó bastante”.
“Distinta es nuestra visión para lo que es Argentina. Si bien en Argentina tuvimos un año realmente espectacular -debe haber sido el mercado que más subió en el mundo o cerca-, creemos que para 2025 también hay valor tanto en equity (acciones) como en bonos argentinos. Si bien como equity argentino subimos mucho este año, tenemos que tener en cuenta de dónde veníamos. Y nosotros veníamos prácticamente de precios irrisorios desde el subsuelo y ahora, recién ahora, lo que logramos es empezar a estar en los ojos del mundo”, puntualizó Ignacio Murúa. “Preferimos Vaca Muerta, por decir algunos nombres, YPF y Vista a la cabeza. En una segunda línea nos gusta también Pampa y Transportadora Gas del Sur. Y en el sector financiero nos gustan tanto Banco Galicia como Banco Macro, si bien vemos valor en todo el sector en su conjunto”.
Para Murúa, “los bonos tienen espacio para seguir creciendo, si bien ya se deberían empezar a comportar más como bonos y no como activos de altísimo riesgo como venían haciendo hasta ahora. Con un target de riesgo país de entre 550 y 600 puntos, todavía vemos valor en el tramo largo de la curva soberana, es decir, GD35, GD41 y GD38, entendiendo que podrían subir entre un 5%, un 10% dependiendo de dónde se ubique el riesgo país para 2025″.
Walter Morales, CEO y estratega de Wise Capital, subrayó que en Argentina “el superávit fiscal más la liberación del cepo aseguran que los bonos argentinos van a continuar subiendo, ya que nada impide que el riesgo país vuelva a los 380 puntos básicos que se exhibieron durante el gobierno de (Mauricio) Macri. Esto equivale a subas en dólares por arriba de 25%, el que seguramente se va a producir durante de 2025. Pero las subas más altas las vamos a observar entre las acciones, especialmente las bancarias y las energéticas. En ambos casos, no descartamos subas por encima del 60 por ciento”.
El analista y asesor Salvador Di Stefano afirmó que “el mercado internacional impone un desensillar hasta que aclare. Durante 2024 se ganó mucho dinero en el mercado, en la última parte del año -en la previa al blanqueo- los bonos argentinos valían en torno del 40% de paridad, mientras que en la actualidad valen cerca del 70% de paridad. En el mercado nadie se fundió por tomar ganancias. En lo que respecta a las empresas argentinas cotizantes en Bolsa, los bancos tienen una relación precio utilidad parecida a bancos internacionales, mientras que duplican esta ratio en comparación los bancos de Brasil. No estamos diciendo que hay que comprar bancos de Brasil, decimos: cuidado que estamos a buen precio. En el mundo energía hay muchas posibilidades de negocios, pero las subas fueron extraordinarias”.
“Seguimos recomendando tomar un impasse en el mercado. Es momento de reflexionar cómo invertir en un contexto que no define un rumbo claro en el exterior, y en Argentina tenemos por delante un fin de año con suba de tasas en pesos. El Gobierno honrará la deuda de los bonos soberanos, tendremos un stock de reservas bajo y un camino de recortes presupuestarios para seguir sosteniendo el superávit fiscal. No hay que apresurarse, estar líquido será la clave, ya que el mercado nos dará muchas oportunidades en el año 2025″, agregó.
Las acciones argentinas encadenaron tres años de ganancias: en 2023 (+60% promedio en dólares) y 2024 (+123%) fueron las de mejor desempeño en la comparación global
Jorge Fedio, analista técnico de Clave Bursátil, aseguró que “el motor para seguir apostando por la Bolsa argentina, por el S&P Merval, son las expectativas. La Bolsa compra y vende expectativas, como así también se nutre de alzas y bajas. Desde luego que es ‘especulación’, excelente término para arriesgar, lo que compro hoy barato como para potenciar mi ahorro invertido y venderlo luego con el tiempo más caro. Las alzas para poder venderlas y las bajas para poder comprarlas”.
“Ahora bien, las bolsas de los mercados centrales, tomando a Wall Street como la más grande y potente, transitan alturas antes ni siquiera vistas, ya se las ve saturadas y hasta tensionadas. Por algo en el mes de diciembre en lugar de subir cayeron. Las tecnológicas y entre ellas las ‘siete magnificas’ (Apple, Microsoft, Alphabet, Amazon, Nvidia, Meta y Tesla), con sus precios se pasaron de rosca y deben desacelerar. Su horizonte de alcance es la Inteligencia Artificial y por ese sendero corren y se agigantan, pero todo tiene precio y si exageran, dejan de seducir”, opinó Fedio.
Gustavo Ber, economista del Estudio Ber, consideró que “hacia el 2025, las expectativas se concentran no sólo en continuar consolidando los avances fiscales y monetarios, así como la calma cambiaria, sino también en lograr un acuerdo con el FMI que aporte fondos frescos para la salida del cepo, extender el proceso de desinflación y seguir atrayendo inversiones privadas, en busca de que todo redunde en un fuerte repunte de la actividad”.
El equipo de Research de Adcap Grupo Financiero observó que “las Lecap siguen siendo un buen vehículo para operar el proceso de desinflación. En cuanto a los (bonos en pesos ajustados por) CER, ofrecen coberturas a rendimientos atractivos si se mantienen hasta el vencimiento, pero no recomendamos operar con rendimientos reales decrecientes ya que la política monetaria presiona al alza los rendimientos”
“Entre las acciones, seguimos prefiriendo el sector Oil & Gas y Vista Energy por sobre YPF. Entre las financieras, creemos que Banco Francés es la más barata y que el rally del Supervielle está más relacionado con su precio real en relación a 2018 que respaldado por fundamentales”, agregaron desde Adcap Grupo Financiero.