El primer año del presidente Javier Milei finalizó con 838.466 hogares menos que reciben subvenciones en sus tarifas de electricidad y un recorte de 292.612 en el caso del gas natural. Así surge de datos oficiales del Registro de Acceso a los Subsidios a la Energía (RASE) a los que tuvo acceso Infobae.
El balance de diciembre de 2023 contra el cierre de 2024 deja algunas conclusiones de lo que fue el ajuste. El proceso estuvo marcado por fuertes aumentos de los servicios públicos y una poda en los subsidios por el equivalente a unos USD 3.000 millones, o cerca de un tercio de lo que había representado esa partida en 2023.
La hoja de ruta de Milei combinó un proceso de ordenamiento en los precios relativos después de años de congelamiento tarifario, que además llamativamente coincidió con una desaceleración de la inflación, y un recorte del gasto para sostener el superávit fiscal. La intención hacia adelante es acelerar lo que el Presidente grafica como “motosierra” y la Secretaría de Energía ya tiene en carpeta un sendero de cómo se avanzará en 2025.
Los funcionarios igualmente reconocen que no será una tarea sencilla y que llevará tiempo alcanzar un escenario óptimo. El RASE arrojó que actualmente hay 16.280.088 usuarios residenciales de electricidad, de los cuales 9.508.608, casi seis de cada diez, reciben subsidios. En el caso del gas son 9.514.251 y 5.382.802, respectivamente, por lo que más de la mitad también tienen asistencia para afrontar el pago de sus facturas.
En diciembre del 2023 había 10.347.074 hogares que recibían el descuento para el pago de la luz y 5.675.414 en el gas. Después de un año, aún con un crecimiento en el universo total de usuarios, hay 838.466 y 292.612 beneficiarios menos, respectivamente.
En la Secretaría de Energía, que encabeza María Tettamanti consideran que esa caída se explica, en mayor medida, por una mejor focalización en la asistencia, y por una recomposición de los ingresos frente a la desaceleración de la inflación, que se profundizó la segunda mitad del año. Algunos datos que se conocieron en las últimas semanas acompañan ese diagnóstico.
Desde 2022 que rige un esquema de segmentación tarifaria que divide a los usuarios residenciales en tres universos respecto a sus ingresos frente a la Canasta Básica Total (CBT) del Indec: altos (Nivel 1), bajos (Nivel 2) y medios (Nivel 3). Esos dos últimos bloques son los que reciben una bonificación en los precios de la energía que pagan en sus facturas, que desde junio tiene topes más bajos de asistencia.
Tettamanti trabaja en poner en marcha desde mediados de 2025 un nuevo esquema de subvenciones. La premisa es que existan solo dos tipos de usuarios bajo un sistema similar al de la tarifa social que se aplicó durante la gestión de Mauricio Macri: los que tienen y los que no reciben subvención.
El ministro de Economía, Luis Caputo, definió que las boletas finales para los usuarios de luz aumentarán en enero 1,6% y 1,8% las de gas natural, según confirmaron fuentes oficiales a Infobae. El porcentaje de incremento está vinculado con el objetivo de apuntalar la desaceleración de la inflación y llegar lo más rápido posible a niveles por debajo del 2% mensual.
La idea en el Gobierno es que los incrementos se mantengan en esa pauta al menos durante el verano o que incluso sean más bajos. Energía también tiene por delante una revisión de tarifas con transportistas y distribuidoras, que se espera sea finalizado para abril. Un proceso en el que ambas partes deberán ponerse de acuerdo en las tarifas que se van a cobrar y las inversiones en la red para los próximos cinco años.
En las compañías reconocen que en 2024 pudieron sanear sus balances gracias a los incrementos que habilitó el Gobierno, que llegaron en algunos casos al 500 por ciento, aunque es preciso recordar que se trata de dos componentes de los cuatro que hay en la factura además del costo de la energía -donde se canalizan los subsidios- y los impuestos.