Ordenamiento macroeconómico y de las cuentas públicas, baja de la inflación, estabilidad del dólar, reducción del riesgo país, disminución de las tasas y el impulso del crédito, avances legislativos como la Ley de Bases, el régimen de impulso a las grandes inversiones (RIGI), la eliminación del impuesto PAIS; y la lista de avances sigue.
Claro que la motosierra aplicada por el presidente Javier Milei desde que llegó, el 10 de diciembre del 2023, fue fuerte, al igual que la recomposición de los precios relativos, como las tarifas de servicios públicos. Y ello tuvo sus serias consecuencias sobre el nivel de actividad y de ingresos, pero la segunda mitad del año fue algo más alentadora y ya el tercer trimestre mostró crecimiento respecto del anterior. Entre julio y septiembre, el PBI creció 3,9% en relación al trimestre anterior, y se mantiene la tendencia de crecimiento en el cuarto trimestre. El año, sin dudas, mostrará una caída en torno al 2,5%, pero nadie duda de la Argentina crecerá en 2025. Aunque también el Gobierno se enfrentará a importantes desafíos el año próximo.
Los referentes de las principales cámaras empresarias del país dialogaron con Infobae respecto de lo que fue el 2024, hicieron un balance del año, el primero de la gestión de Milei, y plantearon las inquietudes y expectativas que tienen para el 2025.
“No caben dudas de que los logros macro alcanzados deben servir de base para ir corrigiendo las distorsiones y asimetrías que perjudican la competitividad de nuestra producción y que impiden desplegar en plenitud nuestra capacidad exportadora y acceso a nuevos mercados”, afirmó el presidente de la UIA, Daniel Funes de Rioja. Se refirió a la reforma fiscal, la modernización de la infraestructura y la logística, así como el avance de leyes como la laboral y la previsional.
Respecto de las políticas de apertura que está aplicando el actual gobierno desde que asumió, el directivo volvió a referirse a la necesidad de “nivelar la cancha”, y destacó que eso “no es otorgar privilegios a la producción local”, sino “eliminar las distorsiones que claramente perjudican la sana competencia y transparente integración internacional”. “Que el 2025 nos permita transitar esta senda”, concluyó.
Desde la industria, también expuso su visión el presidente de la Unión Industrial de la provincia de Buenos Aires (UIPBA), Martín Rappallini, quien destacó todos los avances previamente mencionados, pero remarcó que “la gran mayoría de los sectores productivos tuvieron fuertes caídas (propias del ajuste), principalmente en la primera parte del año” y que eso “forma parte de las preocupaciones de los industriales para el 2025″.
También se refirió a las medidas para facilitar el ingreso de bienes finales importados y remarcó que “si bien los volúmenes de importación aún no son significativos, esto afecta a la industria nacional, ya que para poder competir se necesita igualar las condiciones de producción (laborales y tributarias principalmente)”.
De cara al año que está por arrancar, Rappallini citó el último relevamiento de la UIA y sostuvo que hay buenas perspectivas de los industriales, pero sostuvo que la mejoras dependerán de que se trabaje en la microeconomía, especialmente en la situación de las pymes. Preocupa la caída en la demanda, las importaciones y las subas de costos, especialmente salariales y de insumos.
En este sentido, se refirió a la necesidad de:
- Revisar el esquema tributario sobre los bienes transables.
- Trabajar en un plan de desarrollo de infraestructura y costos logísticos.
- Avanzar con sistemas impositivos diferenciales para las pymes.
- Seguir actualizando la normativa laboral para promover el empleo.
- Avanzar con un régimen de impulso a las inversiones de las pymes (Mini Rigi).
- Trabajar para ampliar el crédito al sistema productivo.
- Priorizar la educación/formación de los posibles trabajadores, atendiendo a las necesidades y demandas del sector productivo.
Por su parte, el presidente de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), Mario Grinman, valoró el rumbo encarado por Milei desde que asumió, que fue el prometido en campaña, y aunque manifestó que “las bienvenidas políticas de corrección de los últimos meses no estuvieron exentas de costos”, también reconoció que “era imposible que remediar los enormes desajustes que registraba Argentina fuera gratis”. “Después de tantos sacrificios en vano, resulta reconfortante que esta vez el esfuerzo sea en pos de un futuro mejor”, afirmó, convencido.
De cara al año entrante, Grinman se mostró optimista. Según afirmó, en los últimos meses se observaron “mejoras palpables no solo en indicadores del mundo financiero, como pueden ser el riesgo país y la brecha cambiaria, sino también en índices de la economía real, que dan cuenta de que la actividad de las empresas va ganando dinamismo”. “Confío en que sobre las bases sólidas de orden macroeconómico que estableció el Gobierno Nacional, el sector privado podrá desarrollar su potencial, permitiendo la expansión del PBI y del empleo de forma sostenida, en beneficio de todos los argentinos”, auguró el presidente de la CAC.
El sector de la construcción fue uno de los más golpeados en el año debido a la decisión de Milei de reducir fuertemente el gasto en obra pública. Los proyectos se mantuvieron en algunas provincias, pero los nacionales se abortaron.
Al respecto, al presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), Gustavo Weiss, sostuvo que “las expectativas para el año que viene, por lo menos para los primeros meses, es que pareciera que va a haber muchos cambios en la inversión nacional, y que lo provincial seguirá con el mismo ritmo que tiene ahora, importante en las provincias centrales, pero dentro del ajuste general de la economía”.
A su vez, por el lado de la obra privada, está, y estará, muy demandada “en petróleo, en gas, parcialmente en minería y comunicaciones; y lo que es la actividad inmobiliaria está relativamente tranquila porque la construcción cuesta muchos dólares y eso retrae al sector”, afirmó. Pero al mismo tiempo, dijo que “si la economía marcha bien, el año que viene habrá un repunte importante del sector privado en general, que está directamente relacionado con la expansión económica”.
“En 2024 la administración de Javier Milei generó las condiciones macroeconómicas para que los bancos pueden trabajar de bancos. El BCRA también hizo su parte: elimino las tasas máximas reguladas para depósitos y préstamos y los créditos al sector privado aumentaron en $20 billones. Además, se eliminaron regulaciones innecesarias y estableció la interoperabilidad plena de todos los medios de pagos, favoreciendo la competencia en el sector”, destacó el presidente de la Asociación de Bancos Argentinos (Adeba), Javier Bolzico.
Para 2024, el sector reclama profundizar el proceso de desregulación de la actividad financiera, revisar las prohibiciones vigentes sobre préstamos en moneda extranjera a empresas y dar un adecuado tratamiento normativo a las instituciones que captan ahorro masivo del público y proveen servicios financieros sin contar con licencia bancaria. “El sistema financiero, con las condiciones adecuadas, puede financiar el crecimiento económico que Argentina necesita los próximos años”, aseguró Bolzico.
Finalmente, el presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino, valoró que durante este 2024 que termina se hayan eliminado todo tipo de intervención de los mercados granarios: registros de exportación, volúmenes de equilibrio, fideicomisos y demás distorsiones que perjudicaban a los productores y el normal funcionamiento de los mercados. Y también consideró que las “regulaciones que se vienen derogando desburocratizan la economía y es el camino que hay que seguir”.
Para 2025, el ruralista se mostró expectante de que “la eliminación y baja de retenciones para algunas categorías bovinas pueda ser una política que se repita en 2025″. “Todos sabemos que necesitamos un sector productivo sin retenciones para poder trabajar e invertir sin impedimentos, generando riqueza y arraigo en las provincias”, enfatizó Pino.