El clima que se vivió durante diciembre en la zona centro de la Argentina, con temperaturas más bajas a las habituales, representó un alivio para el sistema eléctrico y permitió evitar el típico salto en la cantidad de cortes de luz que se dan en esta época del año. Ese es el diagnóstico sobre la situación del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) que circula en algunas empresas del sector y en despachos oficiales, según las consultas realizadas por Infobae.
Los momentos más críticos para la red son en los que se acumulan varios días consecutivos con mucho calor que derivan en un mayor consumo de electricidad. El peligro de interrupciones se da entre el mediodía y las cuatro de la tarde, cuando suelen encenderse los aires acondicionados en los hogares y/o comercios.
A la fragilidad de la infraestructura para atender los picos de demanda este verano, se iba a sumar una menor disponibilidad de oferta de energía según las proyecciones oficiales y privadas originales. En el último mes, ese panorama cambió favorablemente. Sin embargo, el Gobierno y las empresas se preparan para momentos de tensión en el período febrero-marzo, con la vuelta a clases, especialmente en el AMBA por ser la zona del país con mayor cantidad de usuarios.
“Estamos acostumbrados a que en esta época las temperaturas superen los 30 grados, algo que no pasó estas Fiestas. El factor climático fue clave para que no tengamos mayores problemas con el suministro eléctrico, con algunos cortes aislados”, explicaron a este medio desde una distribuidora.
“En los próximos días esperamos una dinámica similar. De todas formas, nos preparamos con planes de contingencia para la época de febrero y marzo. Ahí vuelven las clases, la gente está en casa y se esperan olas de calor”, agregaron.
Entre los funcionarios señalan que el factor climatológico como fundamental para la “tranquilidad” que se observa en el sistema eléctrico, ante el riesgo de que los usuarios afrontaran esa situación pagando facturas más altas. También consideran que los aumentos de tarifas y el recorte de subsidios que tuvieron lugar durante el año funcionarán como un “disciplinador” de la demanda residencial.
La página del Ente Nacional Regulador de la Electricidad (Enre) registraba a las 12.35 unos 4.900 usuarios fuera de servicio: 4.834 eran clientes de Edesur y 1.100 de Edenor.
A la medianoche del 24, en el momento de alzar las copas para el brindis, la temperatura en la Ciudad de Buenos Aires y alrededores apenas rondaba los 19 °C, algo poco habitual para las celebraciones. El miércoles navideño amaneció en el AMBA con temperaturas cercanas a los 15 °C y la máxima alcanzó los 21,7 °C por la tarde. Estas marcas térmicas no se daban desde hace dos décadas, cuando en la Navidad de 2004 la temperatura máxima rozó los 19 °C.
La energía disponible en el sistema también será clave. Cuando se prenden los aires en el AMBA se consume el pico de 12.000 megawatts (MW) de los cuales 7.000 MW son suministrados por el sistema interconectado y los 5.000 MW restantes deberán ser aportados por las usinas que se encuentran en CABA y el Gran Buenos Aires, según información de las generadoras. Las empresas avanzaron durante los últimos meses en el mantenimiento de las centrales y los equipos más viejos, que funcionan con quema de combustible.
Solo el uso de los aires en la temporada estival representa una exigencia de 10.000 MW a nivel nacional, un 40% más que el promedio anual. El verano pasado hubo un pico de 29.653 MW y, según estimaciones de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico S.A. (Cammesa), en 2025 se incrementará este máximo histórico por encima de los 31.000 MW.
En paralelo, Cammesa negocia con Brasil la posibilidad de importar 1.000 MW gracias a que en el país vecino hubo mayores lluvias a las esperadas para esta época y eso dejaría espacio para enviar potencia a la Argentina. También hay conversaciones con una empresa turca sobre la posibilidad de traer dos barcos flotantes que generan electricidad con gas natural, en lo que sería la primera vez en que la Argentina constata este tipo de buques.
El tiempo fresco continuará hoy: a las 7 de la mañana, la Ciudad de Buenos Aires registró apenas 15.2 °C y se estima una máxima de 25 °C para el resto de la jornada. Sin embargo, se espera un aumento de la temperatura para el viernes y el último fin de semana del año.
Durante enero y febrero, el Pronóstico Climático Trimestral del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) anticipa un verano más caluroso y seco de lo habitual en gran parte del país.