La inflación fue sin duda en 2024 la variable que marcó, en la calle, el termómetro de la economía. En el mercado, ese termómetro fue el nivel de reservas. Mientras las noticias difícilmente podrían ser mucho mejores en materia de evolución de precios, el desempeño de las reservas sigue dejando un sinsabor entre los inversores.
Es que, ante la agresiva compra de dólares de los primeros cinco meses del año y la veloz recomposición de reservas que, llegaron en algún momento antes de julio a salir fugazmente de terreno negativo, el resultado final del año termina con incumplimiento del objetivo inicial con el FMI de acumulación de unos USD 10.000 millones, no puede menos que generar incomodidad en el equipo económico que encabeza el ministro Luis Caputo.
La deuda como incomodidad
Esa incomodidad tiene una definición concreta. Es la deuda. Sin dólares en el Banco Central y todavía con el mercado internacional de financiamiento cerrado para la Argentina, las chances de acumular reservas al mismo tiempo que se cumple puntualmente con los pagos de vencimientos es cada vez más complejo.
De hecho, obviando lo primero, es decir acumular reservas, los analistas del mercado destacan que “ya de por sí el pago de la deuda con dólares propios es un desafío enorme” para la Tesorería.
Ya de por sí el pago de la deuda con dólares propios es un desafío enorme para la Tesorería
De hecho, fue lo que ocurrió este año: si bien la compra de dólares fue récord durante todo el año, los pagos de la deuda fueron la principal canilla por la que se escurrieron esas divisas en vez de asentarse en un colchón en la cuenta del Banco Central.
Fue lo que destacó el economista Fernando Marull, quien detalló que con las compras hasta el jueves pasado, las reservas netas mejoraron hasta menos USD 1.600 millones o menos USD 3.300 millones si se descuenta el pago de Bopreales en los próximos 12 meses tal como exige la metodología del FMI.
Es decir que, según Marull, a los efectos de describir la dinámica más que de contabilizar formalmente el volumen de reservas netas, mejoraron en casi USD 10.000 millones en el año, si se tiene en cuenta que el Gobierno recibió un saldo negativo de unos USD 11.500 millones.
Se abren dos aclaraciones clave a partir de ese cálculo. Lo primero es que la entidad monetaria compró en el año el doble de lo que mejoraron esas reservas, es decir, unos USD 20.000 millones, una cifra récord.
Qué pasó, entonces, con los otros USD 10.000 millones, es la pregunta obligada que se hacen los analistas. La respuesta es que, precisamente, fueron destinados a pagar la deuda del Estado. Tal como ocurrirá en enero, cuando el 9 el Gobierno desembolse USD 4.200 millones para el pago de cupones y capital de Bonares y Globales.
La segunda aclaración que destacan los economistas consultados por Infobae es clave en relación a las expectativas generadas en los primeros meses del año y el incumplimiento de la meta de reservas con el FMI, que exigía que el resultado hacia fin de este mes fuera cercano cero.
Mejoraron, pero siguen en rojo
Si bien la disponibilidad de dólares del BCRA mejoró gracias a las compras de divisas, particularmente por el blanqueo durante los últimos meses del año, lo cierto es que, según la forma de medir las reservas por parte de los auditores del FMI, la ecuación sigue en un elevado valor negativo.
Según la forma de medir las reservas por parte de los auditores del FMI, la ecuación sigue en un elevado valor negativo
“Las reservas internacionales netas (RIN) se encuentran, según los últimos datos, en terreno negativo, en USD 7.956 millones siguiendo la metodología tradicional. Si no consideramos los vencimientos de los Bopreales correspondientes a los próximos 12 meses, las RIN se encuentran en un nivel de menos USD 5.766 millones de dólares”, destacaron fuentes de Aurum Valores.
Los analistas resaltan que el stock de reservas netas en ambas mediciones se considera descontando el stock de depósitos en dólares del Tesoro nacional que aún forman parte de las reservas brutas, pero que van a ser destinados al pago de los cupones de la deuda.
“Si se incorporasen esos depósitos a la medición, el stock negativo sería de USD 3.800 millones y si además no se considerasen los vencimientos de Bopreales a 12 meses, estas serían negativas en USD 1.600 millones”, afirmaron en la consultora.
Por ahora, el consenso de los analistas del mercado no prevé cambios sustanciales para el próximo año.