Tras cinco años desde su creación, el lunes finalizará el Impuesto PAIS, tal como lo había prometido el ministro de Economía, Luis Caputo. El primer paso fue en septiembre, cuando el Gobierno dispuso la reducción de 10 puntos porcentuales (pasó la alícuota del 17,5% al 7,5 por ciento).
Ello tendrá distintos impactos, pero la gran apuesta oficial es que termine de consolidar el proceso de desinflación iniciado este año, de la mano también de un menor ritmo de devaluación del dólar oficial. El fin de este gravamen tendrá implicancias en los precios, las importaciones, los servicios y la estabilidad de las cuentas fiscales, consideraron varios economistas consultados por Infobae.
En materia de precios, la eliminación del Impuesto PAIS reducirá los costos de importación, lo que podría traducirse en valores más bajos para productos como tecnología, electrodomésticos y alimentos.
Sin embargo, el impacto podría ser moderado y no generalizado:
- una baja lineal sólo podría darse en los productos netamente importados, ya que en los que se producen localmente, dependerá de la incidencia que tengan los insumos del exterior.
- resta saber si esta reducción, aunque directa, se trasladará al consumidor, dado que los empresarios podrían intentar recuperar márgenes.
La inflación viene mostrando cifras alentadoras, a nivel minorista y mayorista. Mientras que el Índice de Precios al Consumidor de noviembre desaceleró a 2,4%, el nivel general del Índice de Precios Internos al por Mayor (IPIM) registró un aumento de 1,4% respecto del mes anterior, variación que se explicó por la suba del 1,6% en los productos nacionales y baja de 1,2% en los importados.
Lorenzo Sigaut Gravina, economista director de Equilibra Consultores, analizó lo que sucedió en septiembre, cuando el Impuesto PAIS pasó de 17,5% a 7,5%. “Vimos que algunas cosas en el margen bajaron de precio en pesos, sobre todo productos importados, pero las bajas fueron puntuales y, en algunos casos, transitorias”.
Con este antecedente, y considerando que ahora el porcentaje que resta eliminar es menor, el analista sostuvo que el impacto será aún más acotado, especialmente en bienes.
Por su parte, el director de Econviews, Miguel Kiguel, subrayó que este cambio abaratará importaciones, pero advirtió sobre el desafío que enfrentará la industria local para competir. “Los consumidores verán precios más bajos en algunos productos importados, pero los productores locales tendrán más dificultades debido al atraso cambiario y al fortalecimiento del peso frente al dólar oficial”, destacó Kiguel.
En tanto, Claudio Caprarulo, de Analytica, afirmó que la eliminación del impuesto es una buena noticia porque “permite empezar a normalizar el sistema de precios y el pago de importaciones”. “A su vez -agregó- reduce costos y eso se puede traducir en menores porcentajes de inflación. Por caso, lo que sucedió con la baja de septiembre”. Pero el analista remarcó que hay dos efectos que generan desafíos para el Gobierno: por un lado, porque se reduce una fuente importante de recaudación y obliga a buscar compensar esa perdida de ingresos ajustando más algunas partidas o generando mayores ingresos; y por el otro, porque incentiva aun más las compras al exterior en un contexto de atraso cambiario.
“Esta medida abarata las importaciones y, por lo tanto, va a generar mayor demanda de bienes importados por encima de los nacionales. La pregunta es si eso es artificialmente inducido por el Gobierno, es decir, si está subsidiando a la importación. Porque con la intervención masiva que hace en los dólares paralelos y el manejo que hace del dólar oficial a través del cepo, está manteniendo un tipo de cambio demasiado bajo”, dijo a Infobae el economista Martín Kalos, de Epyca.
Sobre el impacto en los precios, opinó que “no significará un 10% de baja en el precio de productos importados”, pero sí que en algunos “podría haber al menos un sostenimiento de precio durante algunos meses en vez de una suba por inflación. Esto será notorio en ciertos sectores, como autos y electrónica”, añadió.
El efecto en el turismo internacional
El impacto más directo del fin del Impuesto PAIS se observará en los servicios contratados en el exterior, como turismo y suscripciones digitales, que actualmente están gravados porque el “dólar tarjeta” se conforma por el dólar oficial más 30% de anticipo de Bienes Personales y Ganancias y otro 30% de gravamen que se elimina.
Respecto de los servicios, si bien no tienen un impacto en la inflación local, la eliminación del impuesto PAIS hará que el turismo o las compras en el exterior con tarjeta de crédito se vuelvan más baratos. Este incentivo, sin embargo, podría tener efectos secundarios. Kiguel advirtió que una mayor salida de divisas por turismo y servicios importados incrementará la presión sobre las reservas del Banco Central, ya debilitadas por la necesidad de sostener un tipo de cambio competitivo para exportadores.
“El juego es raro porque racionalmente es más barato comprar dólar MEP y, por lo tanto, eso no debería impactar. Pero en la práctica hay pagos que se hacen aafuera, que se siguen haciendo con dólar tarjeta. Una parte importante. Entonces, por la razón que sea, esos pagos se acaban de abaratar por la caída del impuesto país”, evaluó Kalos.
Desafíos para el gobierno
El Impuesto PAIS ha sido una fuente importante de recaudación y su eliminación obligará al Gobierno a buscar fuentes alternativas de financiamiento.
Kiguel destacó que la eliminación del tributo, aunque es positiva en términos de normalización económica, genera desafíos para las cuentas públicas. “Esta decisión representa un sacrificio porque implica una caída de ingresos del orden de 1,5% del PBI que hay que reemplazar con otros impuestos, o con baja de gastos, yo diría que con otros impuestos en su mayor parte, y se basa más que nada en esperanza de aumento de recaudación en IVA, ganancias, seguridad social, impuesto al cheque, a lo mejor por la recuperación económica, y algo que puede venir por impuesto a los combustibles”, remarcó el titular de Econviews.
En conclusión, la eliminación del Impuesto PAIS reducirá costos en bienes y servicios internacionales, pero también generará desafíos para la industria local, las reservas del Banco Central y las cuentas fiscales. Economistas destacan que el impacto positivo en los precios será moderado y dependerá de la gestión gubernamental los efectos secundarios.