La empresa estatal Agua y Saneamientos Argentinos S.A. (Aysa) advirtió a sus clientes del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) que los posibles cortes de luz en el verano pueden afectar el normal funcionamiento de su servicio, por tener característica de “electrodependiente”. El Gobierno acelera su plan para mitigar los riesgos de interrupciones en el suministro de electricidad durante los momentos de mayor temperatura.
“El verano es la época de mayor demanda de agua debido a las altas temperaturas. Es importante ser eficientes en el uso del recurso, pero también hay que tener en cuenta que la producción y distribución de agua dependen directamente de la energía eléctrica. Por eso decimos que es un servicio electrodependiente”, resaltó Aysa.
La empresa estatal explicó que las variaciones de tensión eléctrica o los cortes de energía, causados por el alto consumo, pueden afectar la producción y la presión en la distribución de agua.
“El agua cruda se capta de la naturaleza (ríos o pozos) y se potabiliza mediante un proceso controlado en nuestros laboratorios. Luego, se envía a las estaciones elevadoras que impulsan el agua hacia las redes primarias y secundarias, llegando a cada hogar, industria e institución”, detallaron.
Todo este proceso de potabilización y distribución, hasta llegar a los hogares, está directamente relacionado con el servicio de energía eléctrica.
“Los cortes o bajas de tensión en la producción y distribución de agua no impactan instantáneamente en tu red. De igual manera, la normalización después de un corte de energía puede demorar algunas horas. Por eso, es importante que incrementes los cuidados para conservar el agua disponible”, advirtió Aysa.
El Gobierno acelera junto a las generadoras, distribuidoras y transportistas de electricidad el plan para mitigar los riesgos de cortes de luz durante los picos de consumo que traerán las típicas olas de calor durante los próximos meses. Este verano combinará la fragilidad de una red con dos décadas de prácticamente nula inversión y lo que se espera será una eventual menor oferta de energía disponible.
El trabajo se da bajo la premisa de estar preparados para un escenario complejo, aunque el panorama dio algunas señales positivas en las últimas semanas. Se conjugan una mayor disponibilidad de agua en Brasil, que puede aportar energía a través de las hidroeléctricas y las temperaturas podrían ser más benignas a las esperadas originalmente.
El principal ojo del sector está puesto en el AMBA, por ser la región en la que viven casi un tercio de los usuarios de toda la Argentina, unos seis millones, y donde se concentra la mayor demanda de luz. El momento crítico suele darse entre el mediodía y las cuatro de la tarde, momento en el que los aires acondicionados se encuentran encendidos.
En esos momentos, en el AMBA se consume el pico de 12.000 megawatts (MW) de los cuales 7.000 MW son suministrados por el sistema interconectado y los 5.000 MW restantes deberá ser aportado por las usinas que se encuentran en CABA y el Gran Buenos Aires, según información de las generadoras. Las empresas avanzaron durante los últimos meses en el mantenimiento de las centrales y los equipos más viejos, que funcionan con quema de combustible.
Solo el uso de los aires en la temporada estival representa una exigencia de 10.000 MW a nivel nacional, un 40% más que el promedio anual. El verano pasado hubo un pico de 29.653 MW y, según estimaciones de Cammesa, en 2025 se incrementará este máximo histórico por encima de los 31.000 MW.