Sobre el fin de año, inesperados nubarrones de adentro y de afuera ponen a prueba el plan del Gobierno

La tranquilidad financiera y cambiaria de repente se vio trastocada. Muchos inversores salieron a dolarizarse, pero se sumó una nueva devaluación del real y la advertencia de la Reserva Federal sobre complicaciones para seguir con la baja de tasas

El ministro de Economía, Luis Caputo, junto al Presidente Javier Milei

Parecía que fin de año llegaba casi como un un paseo para el Gobierno, con niveles récord en la Bolsa, baja del riesgo país y una brecha cercana a cero. Pero una mezcla de situaciones estacionales junto a algunos nubarrones que llegaron de afuera agregaron tensión de manera inesperada.

El Banco Central se vio obligado a intervenir a última hora para que los dólares financieros no superen los $ 1.200, tal como había ocurrido un rato antes con el dólar libre. Aunque no hay cifras oficiales, se habría tratado de una cifra significativa, no inferior a los USD 150 millones.

Fue una suma contundente que logró el objetivo inmediato de devolver al dólar MEP incluso a un nivel menor del que había comenzado la jornada, cerrando a $ 1.130.

Luis Caputo dio un mensaje fuerte con esta jugada: quiere evitar a toda costa que la brecha cambiaria supere el 10%. Ni bien lo superó, salió el BCRA con su artillería para evitarlo.

Todo indica que ésta será la estrategia durante el año electoral: mantener el cepo cambiario, pero con una brecha baja y un fuerte poder de intervención con reservas cuando el mercado empieza a pulsear. Algunos brokers lo equiparan con el “cepo versión 2014”, que se mantuvo con una brecha acotada tras la devaluación del dólar oficial de $ 6,50 a $ 8 que definió el entonces titular del BCRA, Juan Carlos Fábrega en febrero de ese año. Y le alcanzó al segundo gobierno de Cristina Kirchner para “aguantar” hasta las elecciones de octubre de 2015.

El ministro de Economía había minimizado la suba del tipo de cambio un día antes con dos argumentos: la cotización venía de caer un 30% y es una época en la que hay mayor demanda estacional por parte de argentinos que viajan al exterior en verano.

Sin embargo, la rapidez de la suba de los distintos tipos de cambio y la magnitud de la intervención de ayer dejaron claro que el fenómeno va un poco más allá. Entre las razones debe mencionarse una cantidad de inversores que decidieron tomar ganancias por las inversiones en pesos y dolarizarse.

Pero además, el contexto internacional también se presenta más desafiante. El dólar continuó en alza en Brasil, alcanzando un récord nominal de 6,30 reales. Resultaba cada vez más difícil que el tipo de cambio local siguiera apreciándose cuando el principal socio comercial de la Argentina sufre un fuerte proceso devaluatorio.

Los nubarrones alcanzaron la categoría de tormenta luego de los anuncios de Jerome Powell. El titular de la Reserva Federal en Estados Unidos aclaró que el año próximo habría menos bajas de tasas que las proyectadas: en vez de cuatro serían solo dos.

La noticia tuvo un fuerte impacto en Wall Street, donde hubo fuertes caídas, pero sobre todo en mercados emergentes.

Para los planes del Gobierno este anuncio también es un golpe. Si las tasas en Estados Unidos permanecen más altas que lo previsto, entonces será más difícil recuperar el acceso a los mercados de financiamiento. Puesto de otro modo, para colocar bonos a tasas razonables (abajo del 8% anual), la Argentina precisa ir a un riesgo país de alrededor de 350 puntos básicos. Es casi la mitad del nivel actual.

Esta situación explica por qué en las últimas horas tanto el Presidente, Javier Milei, como Caputo salieron a apurar el acuerdo con el FMI. El ministro de Economía dijo que llegará en el primer cuatrimestre de 2025. Y el Presidente aseguró que espera el apoyo de Donald Trump para destrabar las negociaciones. Obviamente ambos ahora quieren bastante más que los USD 10.000 millones de desembolso a los que hacían alusión hace algunos meses.

El ”plan A” del Gobierno, que consiste en reabrir el financiamiento de los mercados en algún momento del primer semestre luce ahora más desafiante y conviene curarse en salud teniendo al Fondo como sostén.