El dólar blue superó ayer los $1.200, en fuerte contraste con lo ocurrido hace poco más de una semana cuando la cotización del billete llegó incluso a cotizar por debajo del tipo de cambio oficial. Sin embargo, el proceso estacional de principios de diciembre, fecha en la que suele imperar la necesidad de liquidez en pesos, se revirtió rápida y furiosamente por factores que, según analistas del mercado, también son estacionales.
El billete avanzó $40 ó 3,4%, a $1.205 para la venta, su precio más alto desde el 28 de octubre ($1.220). En lo que va del mes acumula una suba de 7,6%, a $85, lo que implicó un ensanchamiento de la brecha cambiaria a 17 por ciento. También los dólares financieros acusaron fuerte presión alcista, que llevó por caso al dólar MEP hasta los $1.160 antes de que, sobre el fin de la rueda, ingresara mayor oferta proveniente, según los operadores del mercado, de la fuerte intervención del Banco Central.
El principal de los motivos de la fuerte suba, enmarcada en una jornada difícil en los mercados internacionales, particularmente válido para los dólares financieros que también operaron al alza igual que las ocho ruedas anteriores, es la dolarización de carteras por fin de año. Este fenómeno, habitual, se vio potenciado por la baja de las tasas de interés de hace dos semanas, tras el dato de inflación mucho menor a lo esperado. La tasa de política monetaria de 36% anual (2,66% mensual) sin embargo, sigue en terreno negativo si se espera una inflación otra vez en torno al 3% para diciembre con algo de incertidumbre respecto de hasta dónde bajará en enero.
En cualquier caso, ambos movimientos estacionales del mes, tanto la baja como la suba, tuvieron un elemento crucial, particularmente la suba: el Banco Central permitió que ambos fenómenos ocurrieran sin mayor intervención. Eso cambió en las últimas horas de la rueda de ayer, según los operadores que siguen a diario el mercado y la entidad monetaria parece haberle puesto techo a la suba del billete para evitar mayor nerviosismo en la plaza.
Desde el CEPEC, Leonardo Anzalone identificó cuatro variables clave que influyen en la presión que sobre el billete. La primera de ellas es la baja en la tasa de interés. “La reciente reducción de la tasa de interés impacta en el tipo de cambio. Creemos que la intención detrás de esta decisión fue presionar al alza la brecha cambiaria, que se encontraba en niveles históricamente bajos.
A eso se suma la demanda estacional por la que a medida que se acercan las vacaciones, muchos individuos comienzan a dolarizarse para planificar sus viajes al exterior, particularmente este año en el que se prevé un aumento del turismo a otros países.
También, según Anzalone, la dinámica del real y emergentes: ”Brasil en las últimas semanas enfrenta turbulencias fiscales que provocaron una devaluación del real, que es más competitivo, ejerce presión sobre nuestro tipo de cambio” aportó. Agregó también que desde julio, la brecha cambiaria cayó abruptamente y aquellos que apostaron por instrumentos en pesos, como las LECAP, lograron rendimientos extraordinarios en dólares.
Para el analista, un valor de $1230 podría ser un “dólar objetivo” según análisis técnico, pero todo indica que no es por ahora un precio que el BCRA esté dispuesto a convalidar. En cualquier caso, la presión alcista que se verificó en el mercado es una muestra de lo que tanto el presidente Javier Milei como el ministro de Economía, Santiago Caputo, definen como los “stocks” de pesos a los que todavía hay que encontrarles solución antes de levantar el cepo cambiario.