Las empresas automotrices japonesas Honda y Nissan confirmaron que mantienen conversaciones para una posible fusión. Según diversos reportes, esta unión podría estructurarse bajo un único holding que agruparía a las operaciones de ambas compañías y, eventualmente, a Mitsubishi Motors, empresa en la que Nissan posee una participación del 24%. Este movimiento busca fortalecer la posición competitiva de ambas empresas frente a desafíos en la industria global, particularmente en el creciente mercado de vehículos eléctricos.
De concretarse, la fusión convertiría a este conglomerado en uno de los mayores grupos automotrices del mundo, capaz de competir más eficazmente contra gigantes del sector como Toyota y Tesla. Según informes de Nikkei, las compañías ya trabajan en un memorando de entendimiento que establecería las bases para una nueva entidad conjunta, y se espera que este documento se firme próximamente.
El diario Nikkei también informó que la posibilidad de esta unión cobró impulso debido a la presión que enfrentan ambas empresas en el mercado chino, el más grande del mundo para automóviles. Las marcas locales, como BYD, han ganado terreno gracias a precios más accesibles y tecnologías competitivas, lo que desplazó a fabricantes extranjeros como Honda y Nissan.
Además, la competencia con las marcas chinas no es el único reto. El auge de los vehículos eléctricos ha exigido mayores inversiones en tecnología e infraestructura, un terreno donde ambas empresas han avanzado, pero que requiere recursos significativos. En este contexto, la posibilidad de compartir costos en investigación y desarrollo se convierte en una de las principales motivaciones detrás de estas conversaciones.
Por su parte, Foxconn, el fabricante taiwanés conocido por producir iPhones, también manifestó interés en adquirir una participación en Nissan. Este intento aceleró las conversaciones entre Honda y Nissan, ya que ambas empresas buscan evitar que un actor extranjero tome el control de una parte significativa de su capital. Foxconn, que ha invertido agresivamente en la producción de vehículos eléctricos, representa un nuevo tipo de competencia en el sector automotriz, aumentando la urgencia de una consolidación entre empresas japonesas.
En un comunicado conjunto, Honda y Nissan explicaron que exploran “varias posibilidades de colaboración futura, aprovechando las fortalezas de cada uno”. Sin embargo, no ofrecieron detalles específicos ni plazos concretos para la culminación de las negociaciones. Desde marzo, ambas compañías anunciaron su intención de asociarse en áreas clave como vehículos eléctricos y tecnología de baterías.
La situación de Nissan refleja una crisis más profunda dentro de la compañía. En noviembre, la automotriz japonesa recortó su pronóstico de ganancias y anunció que eliminaría 9,000 empleos a nivel global, además de reducir su producción en un 20%. Estos problemas financieros se suman a los efectos persistentes del escándalo de su ex-CEO, Carlos Ghosn, cuya destitución debilitó la alianza automotriz entre Nissan, Renault y Mitsubishi.
Renault, que posee una participación del 36% en Nissan, también juega un papel crucial en este contexto. Según reportes, la automotriz francesa no se opone a las conversaciones entre Honda y Nissan, ya que busca reducir su exposición a los problemas de su socio japonés.
Por otro lado, Honda, que cuenta con una capitalización de mercado significativamente mayor que Nissan, se encuentra en una posición más sólida para liderar las negociaciones. Analistas del sector aseguran que cualquier acuerdo entre ambas compañías podría incluir aspectos delicados, como posibles recortes laborales en Japón.
En cuanto a la estructura de la posible fusión, una fuente mencionó que las empresas consideran la creación de una nueva sociedad holding bajo la cual operarían conjuntamente. Este modelo permitiría mantener ciertas divisiones independientes mientras se consolidan las operaciones más estratégicas.
Otro punto importante es el impacto que esta fusión tendría en el mercado japonés. De concretarse, consolidaría la industria automotriz japonesa en dos grandes grupos: uno liderado por Toyota y otro por la alianza de Honda, Nissan y Mitsubishi. Esta nueva estructura podría ofrecer mayores oportunidades para competir tanto a nivel doméstico como internacional.
Mientras tanto, las acciones de Nissan experimentaron un salto del 24%, alcanzando el límite diario permitido en la bolsa japonesa, tras conocerse la noticia de las conversaciones. En contraste, las acciones de Honda cayeron un 3%, reflejando la percepción del mercado de que esta última empresa asumiría un rol de liderazgo en cualquier acuerdo.
Según TBS, un anuncio formal sobre el memorando de entendimiento podría realizarse antes del 23 de diciembre. Aunque los detalles finales, como la participación accionaria de cada empresa en la nueva entidad, todavía están por definirse, el simple hecho de que estas conversaciones estén en marcha ya genera expectativas significativas en el sector.
En el fondo, tanto Honda como Nissan enfrentan el desafío de adaptarse a un entorno cambiante, marcado por la electrificación y la presión de nuevas dinámicas competitivas. Además de las dificultades en China, ambas empresas deben lidiar con una transición hacia modelos de negocio sostenibles y rentables en un mundo donde las normas y las demandas de los consumidores evolucionan rápidamente.
El caso de Foxconn añade otra capa de complejidad al panorama. En 2016, la empresa taiwanesa adquirió una participación mayoritaria en Sharp, un fabricante de electrónicos japonés. Desde entonces, ha demostrado interés en expandirse hacia el sector automotriz, lo que genera preocupaciones entre las automotrices japonesas sobre una posible pérdida de control en su mercado local.
Sin duda, la posibilidad de una fusión entre Honda y Nissan marca un momento decisivo en la historia de la industria automotriz japonesa, con implicaciones significativas tanto a nivel regional como global.