La Verificación Técnica Vehicular (VTV) nació como un recurso del Estado para garantizar que los automóviles y motocicletas que circulan por las calles y rutas argentinas tengan un estándar mínimo de funcionamiento acorde las normas de seguridad vial. Originalmente constaba de unos 120 puntos de revisión y si no se aprobaba esos chequeos, el dueño del vehículo debía repararlos y volver a inspeccionarse.
Sin embargo, como si el índice de accidentes viales hubiera disminuido consistentemente, hoy se chequean sólo unos 20 puntos, pero además no hay un parámetro o referencia certera del control. Dependiendo de la jurisdicción, la exigencia es mayor o menor; y un auto que es rechazado en una planta puede pasar el examen en otra.
Federico Sturzenegger, ministro de Desregulación y Transformación del Estado, incluyó en la Ley Bases aprobada a fines de junio una modificación a la Ley Nacional de Tránsito 24.449, por la cual se permitirá hacer la VTV en concesionarias oficiales o talleres autorizados que tengan el equipamiento necesario para una correcta inspección vehicular. Todavía resta la reglamentación e implementación del nuevo sistema, pero el Gobierno aspira a poder ponerlo en práctica a la brevedad, quizás antes de fin de 2024.
La idea es que, con estos cambios, los propietarios de automóviles, pick-up y motocicletas, e incluso de camiones y omnibus de media y larga distancia, puedan elegir el lugar en el cual hacer la verificación de sus unidades de acuerdo a su comodidad, pero además, reducir el costo que hoy está tarifado por cada jurisdicción y dejaría de estar en esa condición. Pero también podría haber un cambio mayor aún si se transforma en un requisito obligatorio con un comprobante que no tenga que quedar exhibido en el parabrisas, como ocurre actualmente.
En la ley de tránsito ya estaba contemplada esa opción, ya que la autoridad de control tenía la posibilidad de “delegar la verificación a las concesionarias oficiales de los fabricantes o importadores o a talleres habilitados”. Eso nunca ocurrió, pero enmarcada en la Ley Bases, la VTV en un futuro próximo debería poder hacerse sin esa delegación, y los talleres y concesionarios que cumplen con los requisitos establecidos podrán hacerlo una vez que esté reglamentado el procedimiento y la implementación.
“Hoy vos tenés que ir a un lugar específico a hacer la VTV. Bueno, nosotros queremos que si vas a hacer el service a una concesionaria, te puedan hacer ahí la VTV, es una obviedad absoluta que así sea”, dijo Sturzenegger en una nota con Esteban Trebucq en la señal de La Nación más. “Yo quiero creer que antes de fin de año vamos a publicar una reforma integral del código de tránsito”, explicó el funcionario, citando tópicos puntuales como la renovación de las licencias de conducir, la VTV y la importación de autos por parte de particulares evitando tener que aprobar la Licencia de Configuración de Modelo (LCM) como se hace actualmente, y que funciona como un impedimento por el costo y los trámites que incluye.
Los posibles obstáculos
Sin embargo, el ministro aclaró inmediatamente que “las provincias tienen que adherir a este cambio. Se pretende que la Verificación técnica se pueda hacer en un concesionario, por eso lo vamos a incluir en la Ley de Tránsito. Pero las provincias tienen que adherir a la medida para que se pueda aplicar en cada jurisdicción. Entonces vamos a ver si en la provincia de Buenos Aires adhieren a la medida”, señaló.
“Nosotros vamos a dar el paraguas jurídico para que quien no quiera hacer de eso un negocio, pueda hacerlo. Este gobierno va a dar mucha libertar, y el votante va a poder ver qué gobernador toma esa libertad para sus habitantes, y quién se las niega”, finalizó Sturzenegger.
Ese es el primer obstáculo que se deberá sortear, el de la adhesión de provincias y municipios. Una de las legisladoras que mayor importancia le ha dado a este tema es la diputada Patricia Vásquez (PRO), a través de su proyecto de Ley que incluye una reforma integral de la Ley Nacional de Tránsito y del sistema de registros del automotor, que si bien perdió estado parlamentario sin poder tratarse en comisiones durante 2024, será presentado nuevamente en el mes de marzo cuando se reinicie la actividad legislativa en el Congreso.
“La VTV empezó con una concesión a 20 años con una empresa multinacional, pero después se prendieron las provincias porque vieron que ahí tenían un curro, la ‘vaca atada’. Entonces te cobran una fortuna y te complican la vida, porque tenés que hacer la VTV o la RTO (en el caso de los vehículos de transporte de cargas o pasajeros) en las plantas en las que está radicado el vehículo y no en dónde vivis o te queda más cómodo”, señaló la legisladora.
Para que no sea posible que las jurisdicciones elijan adherirse a esta reforma o no, Vásquez dice que “la única facultad que debe tener una provincia o municipio es la de cambiar el sentido de una calle o hacer una rotonda. No puede ser que puedan fijar prescripciones distintas, cobrar multas, de disponer cómo y cuándo hay que renovar el registro de conducir o quién tiene que hacer la VTV. Todo eso tiene que ser nacional. Por eso, en mi proyecto de ley, yo le doy carácter de orden público a la Ley 24.449. Para que se dicte una emergencia en seguridad vial y las provincias no puedan hacer lo que quieran”, explicó.
“El desorden es tal, que hay plantas verificadoras nacionales y provinciales. Estas últimas habilitan vehículos para circular únicamente por el territorio provincial, pero si ese auto va a Córdoba, le pueden hacer una multa. La gente, en general, eso no lo sabe. Pero el colmo se da en la provincia de La Pampa, que no adhirió a la Ley Nacional de Tránsito y no exige VTV para autos particulares. Sin embargo, si un usuario pampeano viaja a otra provincia argentina, tiene que tener la verificación técnica o estará en infracción”, comentó un abogado especialista de Santa Rosa, La Pampa. “Lo curioso es que ahora decidieron hacer una VTV local en Santa Rosa, y cualquier auto de otra ciudad de la provincia de La Pampa que viaje a la capital provincial, si no tiene la VTV de Santa Rosa, no puede circular por la ciudad”, enfatizó.
Entonces aparece el segundo obstáculo, que es puramente técnico. Aunque los concesionarios oficiales tengan la posibilidad de hacer la verificación técnica obligatoria, es necesarios tener el equipamiento correcto y actualizado, lo que no resulta un tema menor.
“La calibración de los equipos es fundamental, y debe hacerse al menos una vez por año. Alguna vez hicimos una VTV con nuestro equipamiento y con ese resultado fuimos a hacer dos VTV distintas a dos plantas de la misma jurisdicción. El resultado era alarmante, con diferencias de hasta un 40% en algunas mediciones. Se perdió el sentido de la VTV. En algunas plantas te revisan que funcionen las luces pero no verifican que estén alineadas correctamente. Antes te chequeaban los cuatro o cinco cinturones de seguridad, y hoy no los miran. Así ocurre con muchos chequeos”, dijo a Infobae un experto en Seguridad Vial.
“Lo que hay que hacer es, además de permitir que lo puedan hacer concesionarias y talleres autorizados, reformular los chequeos que se hacen y que sea una verificación exigente que contribuya con la seguridad vial. Hoy es más un negocio recaudatorio que un control técnico serio”, concluyó.
Implementarlo no es fácil ni rápido, porque además de reescribir la reglamentación y especificar el equipamiento adecuado para que el control sea eficiente, hay que crear un “ecosistema” que vincule todos los centros habilitados y el modo de certificar que un vehículo tiene la VTV al día.
“Quizás no sea necesario coleccionar stickers en los parabrisas de los autos, que además afectan la visión del conductor. Si se genera un comprobante que pueda adjuntarse con la documentación del vehículo, sea físico o digital, sería suficiente”, señaló la misma fuente.